Capítulo 35

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Las puertas sur y norte fueron derribadas, por ambos costados los ninjas estaban entrando matando sin piedad a cada uno de los samuráis. 
Por el lado norte, Naoko se había encargado de derribar la puerta, asegurando que sus hombres entrasen, su habilidad con el puño era la ideal para derribar el portón. Por otro lado, en el lado sur, Ring Ring se había encargado de derribar las puertas, no tenia tanta fuerza como Naoko, pero poseía una habilidad que le permitía hacerlo. De una forma inexplicable, su ropa paso a ser de un color rojo con encajes dorados haciéndola lucir, en su cabeza surgió una clase de tiara que lograba que su cabello permaneciera en la parte de atrás de su cabeza, dejando a la vista sus ojos y marcas rojas que surgieron de repente. Poseía una forma singular de pelear, su cabello se movía como si en verdad tuviera vida (similar a Muji), de sus manos, una especie de lienzo que salía de sus largas mangas, que de la misma forma se movían por si solas. 

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Para todo aquel que se metía con ella, les hacia recordar la forma en la que atacaba Muji; a ella no le importaba cuanto daño les hacia, ni siquiera podía media su fuerza. Recién comenzaba aprender a dominarlo, apenas y podía mantenerlo. Su cuerpo le dolía con cada movimiento, pero para que lograran la distracción que buscaban, únicamente se centraba en aquellos hombres con armadura y se desasía de ellos como le fuera posible, el resto que trataba de golpearla, era derribado por aquellos hombres que resguardaban de ella. 

En otra parte, una vez lograron entrar gracias a Naoko, el resto de los lideres comenzaron adentrarse al castillo sin que nadie se diera cuenta. Buscaban por doquier, no pudieron encontrarlo ni siquiera en la sala del trono, debía estar en algún otro salón. 
De la misma forma en la que ellos habían entrado, Tobe y Dada habían entrado en busca de su amigo; corrían por cada uno de los pasillos, evitando a todo aquel hombre que se les apareciera enfrente.

Tobe: ¿Estas seguro por dónde vamos? [Pregunto mientras le seguía

Dada: ¿Acaso no confías? [Dijo con sarcasmo]

Tobe: te recuerdo... [Tomo un poco de aire] Que de todos, tu eres el peor en orientarte. 

Sin poder replicar, Dada había recibido un golpe en la cara que le había hecho caer en el piso, En cambio, Tobe estaba a punto de atacar pero en cuanto lo vio, se calmo al instante, olvidando por completo a su amigo yacido en el suelo. 

Tobe: aquí estas, te estábamos buscando. [Hablo aliviado

Garu: habíamos acordado dos malditos días. [Respondió con bronca]

Dada: lo siento, no esperamos quedar inconscientes tanto tiempo. [Dijo, sosteniéndose la nariz]

Desde el suelo, pudo ver que el semblante de su amigo había cambiado. Incluso Tobe pudo notarlo. 
Aquello le hizo recordar los años que estuvo como discípulo de Muji, cuando trababa de explotarlo, para sacar su verdadera cara. Le sorprendía lo rápido que lo había logrado con Garu. Ahora tenia la misma mirada que Takeshi, incluso talvez de Osamu; dura y afilada, la postura que tenía ante ellos les recordó mucho a Isao, aparentaba ser imponente. Tal vez, nunca debieron planear esto. 

No Importa Que... [Garucca] [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora