único

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RenJun se sentía raro usando aquello, ni siquiera debió comprar aquellas prendas de vestir.

Mirándose en el espejo de la habitación, continuó observándose. No estaba tan mal...

Es decir, las leves curvas de su cuerpo alcanzaban a resaltarse, se sentía expuesto. ¿Cómo podían las mujeres siquiera sentirse cómodas con faldas puestas?

No iba mentir, sus piernas delgadas y tersas se lucían en sobremanera, moldeadas y suaves. La sudadera turquesa que llevaba colocada lo hacía ver más pequeño a pesar de no serlo, aunque a diferencia de JaeMin, su novio, vaya que había diferencia.

En la tarde del día anterior, RenJun fue a una tienda de ropa con el fin de conseguir ropa nueva puesto que las otras estaban en un mal estado, bien podría usarlas para el diario. Sin embargo, quiso experimentar un poco.

"Deberías probar con las faldas cortas, tu cuerpo se vería perfecto, RenJun... Yo las he usado para JeNo"

ChenLe le había recomendado aquello semanas atrás después de platicar por un buen rato. No supo cómo llegaron a ese tema, tan solo hablaban del cuerpo y proporción que a ambos les diferenciaba y ChenLe expuso aquello. RenJun se mostró perfectamente horrorizado por el hecho de usar prendas femeninas, él nunca usaría eso.

Ahí estaba, usando una falda que le quedaba por sobre las rodillas.

Levantó un poco la sudadera y giró un poco, quedando de lado, fijándose en cómo su trasero creaba una curva de perfil, su abdomen plano lo hacía lucir frágil. Definitivamente no se sentía como él. Pese a ello, había comprado al menos unas cinco faldas y todas se las había probado.

Por suerte, JaeMin no las vio en ningún momento aún cuando llegaron al mismo tiempo. JaeMin regresando de trabajar y RenJun regresando de las compras.

La puerta de la casa se escuchó rechinar al haber sido abierta. JaeMin había llegado. RenJun entró en desespero y bajó la sudadera de golpe. Se tomó de los cabellos pensando en qué hacer. Todas las faldas y camisas estaban encima de la cama.

—¡RenJun, llegué! —la voz suena pacífica.

Mientras tanto, RenJun está alterado.

Rodeó la cama con rapidez y comenzó a levantar las ropas sin acomodarlas, poco le interesaba. Cuando logró reunir todo, lanzó todo en el sillón cubriendo las prendas con una toalla, toalla con la que se secó, puesto que recientemente había tomado una ducha.

Suspiró tranquilo y luego se miró en el reflejo del espejo. ¡Aún seguía con aquella estúpida falda puesta! Corrió nuevamente hasta su armario, buscando un pantalón corto para ponérselo. Lo encontró, justo a punto de desabrocharse la falda, la puerta fue abierta.

RenJun se detuvo en seco mientras JaeMin lo observaba de pies a cabeza repetidamente.

Seguro piensa que soy un enfermo.

¿Qué haces vestido así? —frunce las cejas y camina directamente hacia RenJun, quién retrocede en el acto—. ¿Por qué te alejas? —sonríe pícaro y ahora es RenJun quien frunce el ceño.

—Puedo explicarlo, tan solo deja me quito esto —JaeMin se acercó justo cuando RenJun colocó su mano sobre el botón para deshacerse de la falda, deteniéndolo en el intento, lo miró de mala manera—. ¿Por qué me miras así? —no respondió—. No quiero que pienses que soy una clase de fetichista raro, tan solo déjame-

—No —suspira—. Quizá tú no seas el fetichista pero puede que yo sí. —susurra y lo inspecciona nuevamente.

—¿Qué?

bonito     [renmin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora