Embriagandome En La Melancolía.

Primer abordaje a la melancolía.

¿Quién soy? ¿Quién seré? ¿Qué lograre? ¿Me seguirían amando, aunque cambie? ¿Qué estudiare? ¿Seré realmente feliz con esa carrera? ¿Acaso los decepciono? ¿Los decepcionare? ¿Esperan más de mí? ¿Puedo darles más de mí? ¿Cómo?

El cambio... probablemente lo que más me aterre en el mundo luego de la soledad, lo cual es curioso, no tuve una vida muy estable en lo que a hogares se refiere.

Recuerdo muchas mudanzas, muchos cambios en general, recuerdo ir de escuela en escuela, debido a eso nunca pude mantener amistades muy duraderas, recuerdo la perdida de seres queridos que hasta el día de hoy me siguen marcando, recuerdo maravillosos momentos con mis abuelas, momentos que lastimosamente, no pudieron ser para siempre. Esto debido a que mi abuela de parte de mi madre tuvo que irse del país cuando yo estaba en cuarto grado, suceso que hasta el día de hoy en mis dieciocho años de edad sigo tomando como abandono.

Como era de esperarse, ese cambio genero en mi mil emociones que teniendo de 10 a 9 años fui incapaz de expresar correctamente, de echo si me ocurriese actualmente aun me vería incapaz de hacerlo. Este hecho me genero una muy grande depresión de la cual no estoy dispuesto a contarles. A pesar de todo lo que me provoco su ida (o abandono según yo lo veo) la considero una asombrosa persona y una mejor abuela.

Por fortuna hasta la fecha hemos podido seguir hablando, manteniendo contacto, si el extraño puedo escribirle, si deseo saber cómo esta puedo preguntarle y sé que me responderá, sin embargo, no puedo preguntarle a mi abuela de parte de padre como esta, no puedo escribirle cada vez que me invade la nostalgia y solo quiero estar a su lado viendo novelas, hablando, limpiando, comiendo o simplemente durmiendo

Quisiera haberle dicho tantas cosas, desearía haber ido a su casa a hacer todas esas cosas anteriormente dichas, solo una última vez cuando y como ella me lo pidió, pero no fue así, yo preferí quedarme en mi casa, jugando videojuegos. Decisión de la cual me arrepentiría el resto de mi vida, quisiera solo poder tener un solo minuto a su lado para abrazarla, decirle que me hace falta... y en el fondo de mi corazón quisiera saber si me perdona, si puede perdonarme por no ir esa última vez como ella tanto deseaba.

Odio los cambios, sin embargo, estos parecen seguirme o seguirnos a todos, de eso se compone la vida, de cambios desde que nacemos, hasta que morimos en un ciclo sin fin, generación tras generación, persona tras personas, todos cambiamos y cambiaremos al igual que todos tarde o temprano moriremos.

HOJAS Y ARBOLES.

"Hojas y árboles" fue el título que decidí darle a un pensamiento o más bien teoría que tuve en clase de filosofía, en un día de lluvia como cualquier otro.

Recuerdo estar prestando atención en clase cuando mis pensamientos me invadieron, me llovían todo tipo de preguntas tales como ¿Qué tan pequeños e insignificantes somos en un mundo tan cruel, tan enorme pero vacío a la vez, un mundo lleno de cambios y de ciclos?

Mientras preguntas de este tipo surgían, empecé a escuchar, a observar Mi alrededor, a apreciar mi existencia y a contar cada segundo de mi respiración. Me perdí en mis pensamientos mirando al exterior a través de la ventana, cuando esta teoría apareció ante mí en mi mente. ¿Acaso somos los seres humanos como hojas?
Tenemos diferentes formas, colores, tamaños, rasgos y venimos de diferentes arboles con distintos tamaños y diferente resistencia.
Me puse a realmente analizar esta idea al punto de llamarle teoría, y observe la escena en el exterior, por más que la hoja desee quedarse en el árbol, aferrarse a él, esta tiene un ciclo, las hojas tenemos un ciclo y un proceso de cambios que por más que queramos y tratemos de seguir en esta vida, de aferrarnos al árbol, ya sea por nosotros mismo, por nuestros seres queridos, por miedo o por metas sin cumplir el fin de nuestro ciclo y ese último cambio es inevitable, y al final del día, hay hojas cayendo en la tierra todos los días, al igual que nosotros, en algún momento.

Rodolfo vera.