delilah.

510 38 36
                                    


It's a different kind of danger

And my feet are spinning around

Never knew I was a dancer

'Till Delilah showed me how


•❅──────✧1✧──────❅•

Era en las noches. Extrañas secuencias que iniciaban y terminaban rápidamente, como un susurro en medio de los pasillos de la mansión y que quebraba la quietud de la noche. Era una revelación explosiva que solo existía por preciosos minutos que nunca se extendían más de lo debido. Era un secreto que compartían recelosamente y en las mañanas, era un peso extraño en el pecho.

La primera vez fue cuando la música de la fiesta de año nuevo retumbaba por cada esquina de la mansión. Faltaban quince minutos para la medianoche y se escuchaban las ráfagas de viento frío chocar contra las ventanas adornadas. Las luces por los pasillos eran tenues y casi inexistentes, toda la iluminación concentrada en el salón de la mansión.

Damian tenía que estar allí obligado por la socialité de Gótica. Sus pensamientos estaban en lo que pudiera estar haciendo en ese momento, vestido en su ropa casual dibujando en su habitación, pero por ahora tenía que conformarse con el traje. Había tomado una copa de vino y andaba por los pasillos tratando de esconderse del ambiente festivo. A Damian no le agradaba mucho el espectáculo de meter doce uvas a la boca y Bruce pretendió no darse cuenta, sabiendo que su hijo necesitaba un respiro.

Titus estaba detrás de él, contento por tener un poco de compañía después de la soledad que soportó por dos horas. Damian le acarició las orejas, balanceando la copa en su mano. Sus pasos hacían eco en los pasillos y se confundían con los sonidos sordos de la música que Damian detestaba.

Dio la vuelta y se encontró con un pasillo más oscuro que los otros, la luz de la luna oculta por los follajes de los pinos cubiertos de nieve. Titus jadea alegre y Damian alza la mirada, curioso por lo que llamó la atención del perro.

Dick está recargado contra la pared y también tiene una copa de vino, vacía y tambaleando entre sus dedos. Se suponía que Dick tenía que estar abajo, en una fiesta ruidosa como las que él disfruta en ocasiones. Al parecer Dick debió subir cuando Damian deambulaba por otros pasillos y también, por el aire que le rodea, supone que el hombre ha tomado de más.

Sus sentidos parecen adormecidos y carga un aura de tristeza y cansancio que Damian no le había visto desde que tomara el manto. Ni siquiera ha notado que el chico está allí y parece que Titus quiere amenizar el momento porque jadea y va a lamerle la mano, asustando a Dick quién arrastra el nombre del perro y alza la mirada confundida.

Tiene los ojos nublosos y Damian siente algo pesado en la base de su estómago. Dick ofrece una sonrisa que tal vez engañaría a los invitados pero no a Damian. El chico se acerca lentamente y Titus se hace un lado, atento a los movimientos de ambos. Damian se recarga a un lado de Dick y da un trago largo al vino, casi terminándolo.

—¿Y bien, Grayson, qué haces aquí cuando todo mundo te busca abajo? —Damian trata de aligerar el ambiente pero Dick mueve la cabeza de un lado a otro y talvez tomó aún más de lo que sospecho Damian en un principio—. ¿Grayson?, ¿estás bien?

Dick se ríe y Damian siente como vibra su cuerpo. No es una risa que Damian esté acostumbrado a escuchar. Es una risa de tristezas y nostalgias y Damian no tiene una idea de que hacer. Titus se acuesta a sus pies y la música sigue sonando. Dick no dice nada más y Damian comienza a sentirse ansioso.

delilah.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora