XIII

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— ¿Te encuentras bien? — Jimin le preguntó a Yoongi, luego de que se mantuviera callado por un largo rato, mientras todos iban tienda tras tienda, llenando de regalos a Beomgyu.

— Sí... — vaciló un poco. Ver a Jisoo lo había dejado pensativo, ya no sabía qué esperar. Primero aparece un hijo en su puerta, se enamora, su secretaria finge un embarazo, y luego una de sus ex, tiene algo importante que hablar con él ¿qué se iba a encontrar ahora?

Habían quedado de verse en un par de días más, así que iba a disfrutar de su familia y luego se preocuparía por lo que la castaña tuviera que decirle. Negó con la cabeza — Ven, vamos por un helado — agarró a Jimin de la mano y luego de depositar un casto beso en sus labios, se dirigieron a la heladería.

Beomgyu no podía estar más feliz, cuando vivía con su mamá nunca conoció más familiares, solo algunos tíos que su mamá le presentaba. Y ahora tenía un papá, tío y abuelos. Llevaban varias horas comprando, llenándolo de regalos, tendría muchos juguetes nuevos para mostrárselos a Yeonjun y que pudieran jugar largo rato juntos, porque Yeji solo quería jugar con él al príncipe y la princesa y él se aburría, prefería jugar con Yeonjun a los superhéroes.

Yejin y Hyunbin agotaron el cupo de sus tarjetas de crédito con tantos regalos, pero es que Beomgyu era su primer nieto y tenían 4 años perdidos de cariños, regalos, cumpleaños, etc.

El fin de semana pasó tan rápido como llegó, la familia Min tuvo que regresar a su hogar, pero con la promesa de verse pronto para el cumpleaños de Beomgyu.

...

Esa mañana de lunes, tuvieron que volver a su rutina, Jimin y Beomgyu al jardín y Yoongi a la oficina, tenía mucho trabajo y una conversación pendiente.

— Surán — llamó a su secretaria cuando iba llegando a su oficina — Te espero en mi despacho en 5 minutos.

Taehyung ese día no iría a trabajar, se encontraba con una infección estomacal, pero no era el único. Jungkook y Yeji también estaban enfermos. El día anterior salieron los tres y se decidieron por comer en un nuevo restaurant, solo que al parecer la comida les había provocado un malestar en el estómago.

Surán tomó su espejo del cajón de su escritorio y revisó su maquillaje, que estuviera todo en orden, retocó un poco su labial y volvió a dejar todo en su lugar para dirigirse a la oficina de Yoongi.

— ¿Para qué me necesitabas? — preguntó sentándose frente a él de piernas cruzadas y ambas manos sobre sus rodillas. Yoongi le entregó un sobre de color azul.

— Estás despedida — el pelinegro juntó sus manos en su regazo, esperando por la reacción de su secretaria.

— ¿Qué? ¿De qué estás hablando? — comenzó a alterarse — ¡No puedes despedirme! ¡Estoy esperando un hijo tuyo! — Yoongi comenzó a reír, provocando que ella se molestara más. Agarró el vaso con agua que tenía en el escritorio y se lo lanzó en la cara.

— Pero, ¿qué haces? ¡Loca! — Yoongi agarró una servilleta y con ella secó su rostro. — Ya sé que no estás embarazada — Mencionó con tranquilidad, viendo que Surán se había puesto pálida. No era posible que Yoongi supiera eso. Intentó relajarse.

— Yoongi...

— No Surán, ya lo sé todo y te pido amablemente que tomes tus cosas y te vayas

— Pero nuestro hijo...

— No sigas mintiendo y no me hagas llamar a los guardias...

— ¡Te odio! — gritó cuando iba llegando a la puerta. Se volteó a mirarlo antes de irse — Menos mal que no me acosté contigo, me das asco

— ¿Qué?

— Eso, — habló jugando con su cabello — No pasó nada esa noche. Estabas tan ebrio, que cuando tocaste la cama te quedaste dormido

— Retírate — pidió antes de cometer una locura y sacarla él mismo de ahí. Respiró hondo, agarró su maletín y salió de la oficina.

...

Ser el jefe tenía sus ventajas, como por ejemplo, ir en camino hacia el Jardín Infantil donde trabajaba Jimin. No sin antes haber pasado por una florería y comprar un ramo de peonias.

Aún era muy temprano, pero se moría por verlo y contarle lo que había sucedido.

Le envió un mensaje de texto, pidiéndole que se encontraran en la entrada del jardín, diciéndole que se trataba de algo urgente.

Jimin al ver el mensaje, le pidió a su colega que lo cubriera un momento. Debía ir rápido para que no lo regañaran.

— Yoongi — el castaño se alegró al verlo en la puerta de su trabajo — ¿Qué estás haciendo aquí?

— ¿Acaso necesito un motivo para venir a ver al hombre que me robó el corazón? — Jimin soltó una risita

— Eres un cursi — se acercó a él rodeándole el cuello con sus brazos.

— Pero te encanta que sea así — Jimin asintió con la cabeza

— No podemos dar un espectáculo aquí — dejó un casto beso en los labios de Yoongi y se separó.

— Traigo esto para ti — le entregó el ramo de peonias. Jimin las aceptó ruborizándose hasta las orejas, era la primera vez que le regalaban flores.

— Son hermosas — mencionó olfateándolas.

— No más que tú... — Jimin le dedicó una sonrisa — Despedí a mi secretaria — a Jimin le sorprendió el cambio de tema.

— ¿Por qué hiciste eso?

— Porque es una mitómana — Jimin lo miró con una ceja alzada — No estaba embarazada... ni siquiera nos acostamos. Ella inventó todo ¿puedes creerlo?

Jimin se mordió el labio nervioso, tal vez era su oportunidad de que le confesara a Yoongi que estaba embarazado... o lo de Beomgyu... ¡No! No podía decirle eso... Yoongi no se lo perdonaría, pero tenía que decirle que iban a tener un hijo juntos.

— Yoongi... — tomó una respiración profunda para continuar — Tengo algo que decirte... ¡Estoy-

— ¡Jimin! — el castaño estuvo a punto de desmayarse al ver quién lo estaba llamando.

— No... — susurró, pero no pudo decir más cuando unos brazos lo rodeaban. Yoongi observaba toda la escena perplejo. ¿Por qué una rubia desabrida abrazaba a su novio y ahora lo besaba? — Rosé... 

Mi Final Feliz. YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora