¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—_______... —la llamé y ella dejó de ver alrededor para observarme a mí— ¿Cómo sabes donde vivo? ¿Y por qué estas aquí?
—Oh.. Takeomi me dijo que vivías aquí.
Fruncí mi ceño por su respuesta. —¿Por qué te diría eso?
—¿Quien sabe? —ella sonrió con diversión, cerrando sus ojos. Aunque, después de un par de minutos, su expresión cambió, se endureció— Ahora... ¿Por qué has estado ignorandome?
—¿Qué?
¿Yo? ¿Ignorándola?
—Después de lo que pasó aquel día, no has vuelto a hablarme.. Cuando te saludé hoy viste a otro lado. —comentó cruzando sus brazos mientras hacía un ligero puchero— ¿Por qué?
—No te he estado ignorando, eres tú quien ha estado ignorandome. —le contradije rápidamente— Además, te veías bastante feliz con esa chica..
Eso último lo dije entre dientes y me sorprendió el veneno con el que salió mi voz al hablar de aquella chica castaña que desconocía. Me sentía extraña y no me gustaba ese sentimiento que comenzó a abrumar en mi pecho.
—¿Mh~? ¿Acaso estás celosa? —chasqueé la lengua cuando aquel tono jocoso llegó a mis oídos.
—¿Por que lo estaría?
—Naomi es mi amiga desde hace tres años.
—Eso no me interesa. —argumenté rápidamente— ¿Eso es a lo que viniste? Si es así, ya vete de mi casa.
¿Por que me sentía tan molesta en ese momento? No la quería cerca, pero tampoco la quería lejos. ¿Se quedaría o se iría? No lo sabía, pero el pensar que lo más probable es que tomaría la segunda opción, provocó que mi pecho se oprimiera ligeramente.
—Senju... —me llamó y yo, por inercia, levanté la vista para verla.
Al instante, sus labios chocaron contra los míos con un poco de furia. Me alejé por lo brusco que fue aquella acción pero ella tomó mi nuca y volvió a juntar nuestros labios de tal manera. Su mano en mi cabeza no me dejaba separarme y la intensidad del beso era algo con lo que no podía lidiar así que me sentí desfallecer en ese momento.
Hasta que ella finalmente separó nuestros labios, y juntó nuestras frentes. Mi respiración era irregular y la suya también, solo que la mía era un poco más agitada. La observé y ella a mí, ambas en completo silencio.
—No tienes porque estar molesta o celosa —mencionó, llevando una de sus manos a mi cadera desnuda; su pulgar acarició mi piel suave y lentamente— Porque eres tú quien me pertenece. Tu cabello... Tus labios... Tu cuerpo... Toda tú es mía.
—¿Y tú? —murmuré. Ella me observó confusa— ¿Tú me perteneces a mí?
_______ sonrió, posteriormente soltando una pequeña risa. —Mi cabello... Mis labios... Mi cuerpo... Toda yo te pertenece también.
—Entonces supongo que... Está bien.. —susurré nuevamente, sintiendo mi rostro calentarse un poco.
¿A dónde se había ido aquel amargo sentimiento? No lo sabía, pero en ese momento, tampoco me interesó.
—Tambien vine a invitarte a salir así que vístete. —acotó repentinamente, separándose de mí para observarme de arriba a abajo— Realmente no me molesta verte así.. —una de sus manos bajó por mi abdomen, pasando por encima de mis bragas antes de llegar a mis muslos. Se hizo en cuclillas y una sonrisa adornó su rostro — Pero no creo que quieras mostrarle estas marcas a alguien más.. —solté un pequeño chillido cuando sentí que mordió mi muslo— ¿O si?
Cuando intenté alejarme de ella sus manos fueron sus mis piernas y me detuvo, bajé la mirada y observé las marcas de la vez anterior que ya estaban desvaneciendose y otra marca que aparecería eventualmente, producto de su recientemente mordida.
—Iré.. A cambiarme... —musité y mi voz sonó ligeramente temblorosa.
—Bien. —_______ soltó mis piernas y se incorporó— Te esperaré aquí.
Y así, caminé rápidamente hacia mi habitación dispuesta a cambiarme. No había notado que estaba semidesnuda hasta ahora... Agradezco que haya sido a _______ a quien le abrí de este modo..
Solté un suspiro y caminé hacia mi armario, dispuesta a buscar algo para ponerme encima.
