25: Con ella es diferente

49.8K 1.8K 482
                                    

Pablo.

Después de casi veinte minutos intentando elegir que película íbamos a ver, me rendí dejando que fuese ella la que la escogiera ya que sino no íbamos a acabar nunca. Finalmente puso una que yo ni siquiera sabía de que iba.

—Qué guapo es Cuatro —suspiró mirándole.

—Joder, menudo nombre que tiene —me empecé a reír pero me gané un golpe de su parte.

—No te metas con él, ese es su nombre en la película.

—Jess, solo por que sea guapo no le tienes que defender. Yo soy guapo y nunca me defiendes.

—Porque tu me caes mal —sonrió irónicamente.

Le saqué el dedo ganándome una mala mirada por parte de ella.
Estábamos los dos medio tumbados en mi cama y el ordenador en medio, donde estaba puesta la película. La verdad que Jessica me estaba torturando, quería besarla y tocarla pero no podía. Por que ella no quería y si no le apetece yo le voy a respetar.

Ya estábamos casi acabando la película y Jessica no se paraba de mover, no sabía por qué, pero me daba a mi que le estaba doliendo algo o estaba incómoda.

—¿Estás bien? —pregunté mirándola, ella giró su cuello para mirarme.

—¿No tendrás una pastilla por ahí no? —hizo una mueca tocándose la barriga—. Un ibuprofeno o algo.

—Pues creo que no ¿por qué? Si quieres puedo ir a ver si abajo tienen.

—No, no pasa nada. Solo me duele la barriga pero seguramente pronto se me pasará.

—¿Es por la regla? —le pregunté, ella asintió—. Espérate aquí, ahora vuelvo —me levanté de mi cama.

—Que no hace falta, Gavi enserio.

Le ignoré y me dirigí hacia el baño. Saqué una toalla pequeña del primer cajón y la mojé con agua caliente. Luego la escurrí un poco y salí del baño. Jessica me estaba mirando extrañada.

—Esto le calmaba el dolor a mi hermana. Sé que no a todas os vienen bien las mismas cosas pero igual te ayuda algo.

Le levanté su camiseta dejando su abdomen al aire, también le desabroché un poco el pantalón y le coloqué la toalla caliente en el vientre.

—Muchas gracias, Pablo —me sonrió—. No sabía que sabías cuidar de alguien.

—Pues parece que si —sonreí—. Cuando tenga hijos seré un buen padre seguro.

—¿Piensas tener hijos?

—Si, ¿tú no? —fruncí el ceño.

—Nunca me paro a pensar en ello pero por que lo veo muy lejos. Igual si que me gustaría tener uno o dos pero más adelante.

—Yo tengo claro que mi hijo sea chico o chica, va a jugar a fútbol como su padre.

—Pues espero que le vaya mejor que a ti y no sea tan malo o mala. —se burló de mi.

—Vete a la mierda —bromeé— solo me has visto jugar dos veces en tu vida, ya me verás de aquí unos años...

Jessica sonrió burlona y se volvió a tumbar en la cama. Yo me tumbé de nuevo al lado de ella y le iba a dar play de nuevo a la película pero ella lo impidió colocando su mano en mi brazo.

—¿Te estás aburriendo? —me preguntó riendo suavemente. Yo como la persona sincera que soy, asentí con la cabeza.

—La verdad, tienes un gusto pésimo para las películas —bromeé.

Debilidad | Pablo GaviDonde viven las historias. Descúbrelo ahora