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Si vas a leer este capitulo en público... te recomiendo que no lo hagas :) Después de este capitulo no tenéis derecho a pedirme nada hasta dentro de mucho tiempo, ¿vale? venga os quiero <3 disfrutad


MELISSA

Silencio.

Soy incapaz de hablar. Toda la habitación está a oscuras y en silencio, solo se escucha la lluvia golpeando con fuerza las ventanas. Tardo unos minutos en recuperar el ritmo de mi respiración. Y entonces hablo.

— Viniste.

No sé por qué eso es lo primero que digo. Supongo que necesito una respuesta a esa gran pregunta. ¿Por qué? ¿Por qué vino?

Fui —es su respuesta. Tan monosílaba como la mía.

— ¿Por qué?

Melissa... —suena suplicante.

— ¿Por qué viniste, Logan?

Flor, no me hagas esto... ya sabes por qué fui —todo mi cuerpo vuelve a reaccionar ante esas cuatro letras, transportándome de golpe hacía unos meses atrás, pero esta vez mi reacción es fría, distante.

— No. No tienes derecho a llamarme así. Respóndeme Logan —. No entiendo por qué me duele tanto. Tengo un nudo en la garganta y otra vez me encuentro reprimiendo mis lágrimas. — ¿Por qué viniste?

Silencio. Solo escucho un largo suspiro al otro lado de la llamada.

Necesitaba verte.

— Eso no es una respuesta.

Joder Melissa. Porque te echaba de menos. ¿Contenta? —levanta un poco la voz.

No digo nada. Mis mejillas empiezan a mojarse y de pronto me doy cuenta de que estoy llorando.

Fui, porque soy un estúpido inconsciente e impulsivo que siempre toma las peores decisiones, un estúpido inconsciente que echaba tanto de menos verte que cogió un puto tren y se planto delante de la primera universidad que pillo con la suerte en su contra. Pero luego ahí estabas. Y fui un estúpido inconsciente de pensar que después de tomar esa decisión impulsiva tenía derecho de volver a tu vida. Y no podía estar más equivocado. Pero lo hice. Y lo siento muchísimo Melissa, no tengo ningún derecho a decirte esto, pero lo cierto es que soy incapaz de no hacerlo. Porque te echo de menos, y no hay un solo puto día en el mes que no piense en lo estúpido que fui, y no hay ni un solo minuto en el que no piense en ti.

Silencio.

— No... no puedo hacer esto. No así —. Es lo último que consigo decir antes de colgar.

Me siento en la cama y dejo el teléfono a un lado. Fijo la vista en la pared y respiro profundamente.

Busco otra persona en mis contactos y tecleo rápidamente un mensaje.

Enviar.


No pienso mucho en lo que estoy haciendo. Solo cojo mis cosas y me dirijo con la vista fija al frente hacía el único sitio en el que debo estar ahora mismo. Me acomodo en mi asiento y saco el libro que estoy leyendo. Esta vez va sobre tomar decisiones y un viaje a Grecia. Muy adecuado para la situación.

Intento concentrarme en la lectura y no tanto en las seis horas de viaje que me quedan por delante. Estamos a 17 de diciembre, encontrar un asiento libre en un autobús casi a las puertas de la navidad ha sido una locura. Les expliqué a mis padres qué tenía que hacer y que volvería para antes del 24. Lo entendieron y me ayudaron a pagar el viaje. Alquilé una habitación en un hostal y compré los billetes de bus. Fue culpa de un impulso, una decisión inconsciente y sincera.

Sempiterno(1) {terminada} PRÓXIMAMENTE EN FÍSICO Donde viven las historias. Descúbrelo ahora