El comienzo

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Estaba muy oscuro, casi no podía ver a su alrededor. Ella nunca había sentido tanto frío, así que se limitó a sentarse y a abrazar sus rodillas.

"¿Cuál es el camino que me regresa a casa?, no sé cómo volver". Pensó la pequeña hada entre lágrimas y añadió.

- ¿M-mami, papi?... ¿Dónde están?, ¿Dónde estoy yo? - Estaba aterrada, después de todo en ese entonces, Dahlia era tan solo una pequeña niña, que se había alejado mucho de casa siguiendo a una hermosa mariposa que atrapó su atención.

- ¿Qué haces aquí sola pequeña niña?, es algo tarde - Una voz calmada invadió suavemente el solitario bosque.

Dahlia levantó la mirada, y se encontró con una mujer mayor como su madre, con una larga cabellera castaña, y unas hermosas alas luminosas, de hecho todo su cuerpo parecía irradiar una especie de luz, eso calmó a la pequeña quién reunió fuerzas para hablar.

- Yo, no lo sé, no sé cómo llegué aquí. Mi casa, es... Está en un castillo, es muy grande y - sus palabras se vieron interrumpidas por una oleada de llanto, pero la pequeña suspiró y continuó - es tan grande que se ve en el cielo, aunque, desde aquí no puedo verlo.

- Descuida pequeñita, te llevaré a un lugar seguro - Dijo la mujer extendiendo su mano.

La pequeña niña vaciló un momento, pero el parecido de con su madre inundaba su corazón de un sentimiento cálido, así que decidió tomarla. - ¿Un castillo dices?, no hay nada así por aquí en las montañas.

- ¿Qué es montañas? - preguntó la niña sujetando su mano con fuerza y mirándola confundida.

- Cariño... ¿Cómo llegaste hasta aquí? - Dijo la mujer con tono preocupado.

- No estoy segura, vi una hermosa mariposa, y quise hablarle, pero se escapó, la seguí y entonces solo recuerdo una fuerte luz saliendo del tronco de un árbol. Me acerqué mucho y no pude ver porque la luz me hizo doler los ojos. Cuando los abrí, estaba aquí.

- Creo que cruzaste un portal pequeñita, si es así podrías venir de cualquier lugar del mundo, eso complica un poco las cosas. ¿Recuerdas el nombre de tu hogar al menos?

- Yo, no puedo recordar... - Dijo volviendo a llorar - cada vez que lo intento todo parece un poco más borroso.

- Tranquila, tranquila - La mujer la tomó en sus brazos para calmarla - ¿Cómo te llamas?.

- D-Dahlia... - dijo sollozando.

- Tienes un nombre muy bonito, yo soy Dhamer Sul y este - dijo mientras cruzaba una delgada barrera transparente que reflejaba su entorno cual espejo - este es mi bosque, el bosque Aldara. Un lugar seguro.

- Es muy cálido - dijo la niña invadida por una repentina paz.

- No te preocupes pequeña Dahlia, yo te voy a proteger de ahora en adelante - dijo Dhamer Sul sonriendo amablemente.

- Está bien - replicó la pequeña ocultando su rostro en el hombro de ella, y más calmada susurró- Gracias.

Mariposa inquebrantableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora