Diez de la noche.

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Caminando lentamente entre dos muros plenos de fuego y aturdida por disparos de lejos...

Logré despertarme de aquella pesadilla horrible, sí horrible, asquerosa, inhumana. Quería volver a dormir para reconocer sus rostros, eran tan familiares, que diría que los conozco.

Y ahí volví a dormir; me inunde en un sueño muy profundo, te vi a ti.

Música muy fuerte, de género techno, ambiente típico de una disco. Todos bailaban al ritmo de la canción, y yo me perdía en la multitud, y me sentí llamada por una voz, eras tú, la persona que todos los días aparece en mis pesadillas. Me acerque más a el individuo, siempre tenia un rostro encubierto, y con la luces de la disco menos podía ver.

-¿Estás disfrutando del espectáculo?- Me tomo de la barbilla y pude alcanzar a reconocer su rostro, sabía su nombre, lo había visto un montón de veces, ¿Dónde? No lo sé. Pensé mucho en que responder, no supe de que hablaba.

El entorno se volvía cada vez más oscuro a medida que pasaba el tiempo, la música se retorcía en mi.

De pronto el encubierto me cogió del brazo para apretarme hacía él. 

-¡Atención a todos!- Saco un arma escondido dentro de la sudadera negra que tenía.-Sí no hacen los que les ordeno.- Me apunta con el arma en la cien.- Ella morirá.- Todos estaban aterrorizados, el ambiente tenso y todos inmóviles.-Quiero que todos los hijos de perra dejen a sus queridas esposas conmigo, les tengo un regalo que les encantará, si no lo hacen, no solo asesinare a ella.- Me empuja hacia el suelo.-Matare a todos, si intentan salir, se encontraran con una sorpresa allá fuera.- Cabizbajo me señalo con un dedo en su boca para que no hablara. Tenia miedo, no sabia que pasaría realmente.

La gente se empieza a retirar, y con temor dejaban a sus novias junto a el encubierto.

Una persona se trató de llevar a su novia con impulsividad y termino mal.

Un disparo, dos, tres, cuatro disparos retumbaron en la disco.

-Si actúan así de idiotas, terminaran igual de muertos.-Lanzo besos de forma sarcástica.

La multitud ya se marcho y solo quedaban las mujeres, siendo abandonadas recientemente.

El chico encubierto comenzaba a rodear a todas, e incomodar, acercándose a nuestras clavículas para besarlas. Se levanta feliz, para hacer burla a nuestra calma.

-Así me gusta, arrodíllense y esperen la orden que les de.- Saca su teléfono y marca -Estoy preparado, clave dos, todas listas para que ustedes lleguen y las llevemos a clave cinco.- No sonaba bien eso, pensé y pensé y no encontré una solución para este caos, esta pesadilla era continua, me empecé a pellizcar para despertar, pero preferí otra opción.

Decidí hablarle a quién no se veía para nada confiable.

-Óyeme, por favor.- supliqué al encubierto

Con asco se giró el encubierto.

-Cállate no me hagas hacerte algo que no quiero.- Me apunto nuevamente, pero esta vez en la frente.

-Dispárame.- No es lo que hubiera elegido pero sé que despertare si muero en mi sueño.

-Bueno.- Sin dudar me dispara, pero en la pierna, y no, no desperté.

Me retorcía de dolor en el piso.

Mi vista se nublo y decidí cerrar los ojos pero la misma voz de siempre me interrumpió.

-Que imbécil eres.- Reía sin parar.- ¿Estamos de acuerdo que es una tonta esta mujer?.- Todas me miraron con timidez y temor. Nadie sabia como actuar en esta situación.

Eran las diez de la noche y recordé que me dormí a las doce de la noche, era imposible que esto fuera real. Quería correr hacia la salida, tenia inmensas ganas de curiosear que era lo que ocurría, si podría ir a mi casa o no, pero el tiempo de pensar fantasías, se acabo, observo como vienen personas armadas de lejos, y disparan.

El encubierto se esconde detrás de un muro para disparar hacia la salida que eran unas puertas de vidrio y unos ventanales gigantes.

Entraron, no sabíamos si eran policías, no se veían sus uniformes. Por el lado del encubierto salieron cinco hombres con mascaras a disparar y a llevarse a las mujeres, pero tres de ellos fueron heridos por los disparos, nos estaban ayudando. Pero también nos estaban sujetando fuertemente a ellos, para retirarnos del lugar. La música ya no se oía, de la balacera en la disco, se confundía el ritmo, me logre liberar de todos ellos pero me empujaron.

-¡Al suelo!.- Un hombre de los que nos estaba defendiendo me mira amenazante.

-Déjame ir, no le diré a nadie.- Mi vista se puso borrosa, mis ojos estaban llenos de lagrimas, quería irme lejos.

Una bomba exploto dentro del lugar, una bala paso por encima mío, dándole en la cabeza a quien me empujo al piso. Observe por cinco segundos la escena monstruosa, y todo se lleno de fuego, explotaron los vidrios dejando a todos con heridas, vi la salida pero tenia que pasar un pasillo, lleno de fuego y detrás mío, aun seguían batallando.

Escapé, iba cojeando, no podía ir rápido, mi pierna me fallo en esta misión.

Y desperté.

En un sillón rojo de cuero, no era mi casa, ¿Dónde estaba?, me levanté como pude y te vi a ti, aún encubierto me hizo un gesto para seguirlo.

Pero antes de moverme alguien me puso un paño en la nariz, traté de aguantar la respiración, pero fue en vano, todo se volvió oscuro.

amenaza&venganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora