Capítulo 37

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Furia desatada

Pov Hoseok

- Si mi padre se entera no dudo en que también venga para acá y si ve a Lucifer todo se va a descontrolar. - Seokjin estaba de pie frente a mi arrullando a su pequeño en brazos.

- No me apuren, jamás había hecho algo así. - Hablé desesperado.

En este momento nada cruzaba por mi mente, todo estaba yendo tan rápido que me hacía doler la cabeza, estuve pensando mucho hasta que por fin una idea cruzó por mi mente.

Caminé hacia ambos atriles de madera, uno junto al otro y una enorme piedra que quedaba a mi altura, ahí estaban los restos de las drogas que consumieron. El libro volvió a abrirse pero las hojas estaban en blanco, aunque le pasara mi mano por encima, nada aparecía.

- Lo tengo. - Grité con algo de desesperación mientras abría el códice satánico justo al principio donde estaban escritas algunas frases en latín.

Solté un largo suspiro y pronuncié una de estas frases, al terminar esta, el cielo se nubló, sin perder aquel tenue color morado que apenas se iba asomando, un trueno hizo eco en aquel lugar y de inmediato varias gotas desenfrenada comenzaron a caer.

- Recuerda, solo cuarenta y un años, nosotros nos encargaremos de este mundo. - Volvió a hablar Asmodeo mientras se acercaba a Seokjin.

Asentí con mi cabeza y seguí hablando en latín tomando aquel pergamino de la profecía, no iba a permitir que esto terminara de forma trágica.
La sangre en mis manos se convirtió en un fuego incandescentes, el cual quemó por completo aquel viejo papel.

Recordé mi visión, todo estaba siendo idéntico a lo que vi, cada detalle, cada movimiento y sensación, era realmente extraño.

- Entonces tu debes cuidarlos. - Habló Jin sin dejar de ver al bebé en sus brazos quien ya se había quedado dormido al igual que su hermanito.

- Pero no puedes esconderte aquí... al menos Lucifer tiene súbditos que le dicen todo, te encontrarían muy rápido. - Interrumpió Namjoon.

Otro silencio se formó, cuando recordé lo que decía el libro, el portal debía ser abierto. Pronto Jin volvió a  hablar, justo pensó lo mismo que yo.

- Necesito que abras los portales - Dijo serio sin apartar la mirada de su hijo.

- Debes huir de aquí y no volver - Se incluyó Asmodeo, mirándome fijamente, notaba la suplica en sus ojos

Luego se escuchó un fuerte estruendo y el cielo terminó de teñirse de morado, todo estaba siendo tan irreal. La lluvia cesó de golpe pero aún seguía aquel fuerte olor a tierra mojada y el suelo estaba lleno de lodo.

Miré el centro de aquel lugar, un hoyo comenzó a formarse, poco a poco se iba abriendo.
Lo estaba logrando, el portal estaba siendo abierto. Una enorme sonrisa se formó en mi rostro, pero de inmediato fue borrada al escuchar aquella voz proveniente del mismo rey de las tinieblas.

- No podrás escapar de mi Hoseok - Volteé hacia donde la voz hacia presencia y noté la llegada de Lucifer quien parecía realmente satisfecho, consigo venía un enorme ejército de demonios incluyendo a los príncipes Infernales, quienes miraban a Namjoon con desprecio.

- Nos volvemos a ver. - Otra voz hizo presencia del lado contrario. Ahí estaban Drácula y junto con él su propio ejército de vampiros, todos mirando con odio a los demonios al frente. - No puedo creer que hayas hecho esto Seokjin. -

Mi mirada se dirigió hacia Jin, quien estaba pasmado sin soltar a su hijo, se notaba a leguas que tenía mucho miedo de lo que podría ocurrir.

Lucifer y Drácula comenzaron a acercarse a nosotros con la intención de tomar a los recién nacidos, pero yo era quien debía cuidarlos, no podía permitir que murieran.

Sin pensarlo más, corrí hacia mis amigos, tomando a ambos bebés en brazos, estos se habían despertado y estaban llorando.

- Les encargo el mundo. - Fue lo último que dije antes de correr hacia el círculo en el suelo, sintiendo como varios seres me perseguían. - Porta claudit - Grité en latín a la vez que me lanzaba a aquel circulo el cual volvió a cerrarse pero con mayor rapidez.

Sentí una fuerte quemadura en mis dos brazos, ardía en demasía, pero no podia soltar a los bebés en mis brazos.

Segundos transcurrieron cuando llegué al mismo Stonehenge en el que estaba, la unica diferencia de este lugar era que el cielo estaba en un color normal de noche.
Bajé la mirada al suelo observando este totalmente intacto, pronto miré a mi alrededor, estaba solo, no parecía haber ni una sola alma cerca.

Solté un suspiro entendiendo que ya estaba en otro mundo, miré a ambos bebés e intenté calmarlos ya que su llanto no cesaba.

- Aquí estarán a salvo. - Susurré bajo sintiendo algunas lágrimas brotar de mis ojos. - Solo cuarenta y un años y volveremos a ver a sus padres, lamento que tengan que pasar por esto. -

Una  ez se calmaron, cerré mis ojos haciéndonos desaparecer,en cuanto volví a abrirlos estaba en un callejón vacío de alguna ciudad, noté que en la calle frente a mi habían personas caminando y disfrutando de la noche.

- Debemos buscar un hogar. - Susurré mientras salía de aquel callejón.

Mi ropaje ya estaba totalmente limpio, no iba a pasear por ahí en un mundo desconocido luciendo como todo un psicópata. Al igual que yo, los pequeños en mis brazos ya estaban limpios y ambos usando mamelucos a su medida.

- Venta de departamentos, consiga el suyo a buen precio. - Un hombre gritaba desde el otro lado de la calle, traía en sus manos varios papeles los cuales se los entregaba a la gente que iba pasando cerca de el.

- Gracias Aleysha. - Susurré bajo y crucé la calle acercándome a aquel hombre.

- Buenas noches señor, ¿está buscando departamento? - Aquel hombre me dirigió la palabra, asentí con la cabeza y el volvió a hablar. - Tengo departamentos realmente hermosos, su esposa y sus hijos le agradecerán mucho. -

- No tengo esposa. - Solté de una sin quitarle la mirada de encima a aquel humano.

- Oh... padre soltero, entiendo. ¿Para cuando necesita el hogar? Puedo entregárselo entregárselo una semana. -

- Hoy mismo. - Sonreí amistosamente sin dejar de mirarlo, noté como se sorprendió y luego me miró de pies a cabeza.

- Pagar un departamento no es tan fácil y rápido, necesita papeleo y no es tan barato como para comprarlo en una noche, no estamos hablando de dulces. -

- ¿Cuánto necesita para vendermelo hoy? Puedo darle el doble. -

- El departamento cuesta un millón, ¿seguro que puede pagarlo? -

- Le daré dos millones ahora mismo, solo necesito un hogar temporal. - Interrumpí con una enorme sonrisa, al ser hechicero podía aparecer aquel dinero en un par de segundos.

- ¡¿Dos millones?! - sus ojos se abrieron de inmediato. - Puedo enseñarle los departamentos que tengo y usted decide. -

Así fue como encontré un lugar para alojarme, le dí de contado el dinero y aquel hombre no cabía de la emoción, maté dos pájaros de un tiro.

Una vez en aquel lugar, aparecí una pequeña cuna de madera en la cuál puse a los dos pequeños quienes ya estaban dormidos.

- Espero tengan una vida tranquila. -

Seres mitológicos || Namjin +18 (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora