Capítulo 32: Maquinación

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Sus pasos pasaban desapercibidos en aquel largo pasillo, sin hacer el más mínimo ruido. Tenía activado sus sentidos ante cualquier movimiento o ruido por más ligero que fuera. Sabía que al estar en la guarida del enemigo podría salir un ataque de cualquier parte. Debía ser sigiloso a pesar de que ya sabían que estaban ahí, para tener la habilidad de poder contratacar en el momento preciso y finalizar con esto en el menor tiempo posible.

Había sido algo realmente malo que los separaran, se había sorprendido del hecho de que detectaran su presencia desde el primer paso que habían dado en la fortaleza. Se atrevía a decir que desde kilómetros atrás sabían que habían llegado. Posiblemente tenían monitoreado el perímetro y ante cualquier eventualidad prepararse para atacar. Pero esperando que fuera una coincidencia, de gente pasando por ahí. Al acercarse al sitio, confirmaron que no eran visitantes casuales y que iban para encontrarlos. Por eso habían enviado a sus hombres un kilómetro antes de llegar a la fortaleza. Eso confirmaba que no estaban tratando con cualquier persona, eran ninjas bastante capaces, un verdadero reto.

El plan inicial era permanecer juntos hasta llegar al fondo de todo esto. Más que nada porque sabían que el enemigo tendría la intención de separarlos. Esa había sido la estrategia que usaron con Neji y Tenten. Desconocía si por practicidad a la hora de pelear o porque conocían que Neji y Tenten eran mucho mejor peleadores cuando peleaban juntos, ya que sus habilidades se complementaban. Si la segunda opción era la correcta, suponía algo bastante grave y una gran desventaja. Ellos los conocían, sus habilidades y eran conscientes del poder que poseían. En cambio, ellos no tenían ni idea a que se enfrentaban, por eso debían ser muy cuidadosos, evaluando el poder del enemigo antes de poder realizar un contrataque.

La balanza no parecía estar a su favor y pensó en como estaría el resto de su equipo. Sonrió para sí mismo, al pensar que el enemigo buscaba estar un paso delante y ganar con creces, pero habían cometido un grave error.

Nadie subestimaba al equipo Gai.

Confiaba con los ojos cerrados en su equipo y en cada una de sus habilidades. Sabía que aquella ves años atrás, cuando Tenten fue secuestrada, había sido un error de ambos al distraerse de su misión. Neji nunca había mencionado que era lo suficiente importante que había pasado aquella vez para que un usuario del byakugan no viera al enemigo acercarse. Pero podía intuirlo, había percibido cierta situación entre los dos castaños del grupo. Él estaba casi seguro que algo terminaría pasando entre ellos, era tan evidente, aunque jamás pensó que Neji no supiera lidiar con sus propios sentimientos. Eso era en parte por no entregarse a la llama de su juventud como Lee y él. Sin embargo, todo eso había sido el peor error del Hyuga, uno que le había costado bastante caro y que lo hundió muy profundo.

Maito Gai sabía que Neji no estaba dispuesto a cometer el mismo error dos veces. Por simple orgullo y por defender aquello que más le importaba.

Por esa simple razón, aunado al hecho de saber las capacidades de Lee y confiar con los ojos cerrados en Tenten, que jamás fallaba, que confiaba plenamente en ellos.

Su tarea, como persona a cargo de la misión, encargarse de que todo saliera perfecto. Recuperar el pergamino, acabar con el enemigo, sin ninguna baja por parte de su equipo. Algo más no estaba permitido y lo había dejado en claro de camino ahí.

Los pasillos de aquella base enemiga eran por completo de metal. En el techo había algunas farolas cada determinado metro que iluminaba tenuemente el camino. Luego de un par de minutos percibió una luz brillante, el final de aquel pasillo. Aguantó la respiración cuando salió de ahí, encontrando un espacio amplio, como el área donde habían sido las eliminatorias del primer examen chunin donde habían participado sus pupilos. En el fondo pudo percibir una y a una figura ahí sentada, con total relajación. Se detuvo, sin acercarse más. Miró todo a su alrededor, todo seguía siendo de metal pero en las laterales del cuarto había celdas, una docena quizá. No había nadie más en la sala

Gazes to the soul [Nejiten]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora