El significado de protegerte con mi vida

Capítulo 61: Rescate en el último segundo

Jiang Cheng no pudo esperar ni un segundo más cuando Wen Ning le mostró la puerta tras la cual encontraría a su hermano. Aunque la puerta parecía robusta y estaba envuelta en energía resentida, corrió inmediatamente hacia ella. La cantidad de resentimiento que la rodeaba era realmente preocupante, era casi como si estuviera custodiada no sólo por los guardias que él y Lan Wangji ya habían sacado sino también por otra capa de protección.

No tenía tiempo para pensar en una forma perfecta de neutralizar la energía resentida, tenía la sensación de que Wei Wuxian lo necesitaba justo en ese momento. Su hermano no podía esperar a que se le ocurriera una forma mejor de entrar. Jiang Cheng no quería tocar el resentimiento con sus manos, así que redirigió su energía espiritual hacia abajo, hacia sus pies, y abrió la puerta de una patada con un solo movimiento de su pie derecho.

Una mirada al interior le confirmó que había acertado al decir que Wei Wuxian estaba en un aprieto. Sólo le costó una fracción de segundo localizar la jaula en la que Wen Ning les había dicho que Wei Wuxian estaba retenido y ver que estaba vacía. Sus ojos recorrieron inmediatamente toda la habitación, buscando las familiares túnicas negras y rojas. Sintió que se le estrujaba el corazón por la preocupación de que ya hubieran llegado demasiado tarde y que Wei Wuxian ya no estuviera en la habitación ni vivo.

Por suerte, en el momento siguiente, vio a Wen Ruohan de pie junto a un altar de aspecto extraño, sujetando a alguien por el pelo y arrastrándolo aún más hacia las piedras cubiertas de lava seca. El altar brillaba, la luz pulsaba al ritmo de los latidos del corazón mientras las manchas de lava no tan seca ardían perezosamente a su alrededor. Jiang Cheng ni siquiera necesitó mirar más de cerca para saber que el líder de la secta Qishan Wen estaba sujetando a su hermano. De nuevo, como antes, cuando había huido cobardemente y dejado que capturaran a Wei Wuxian en lugar del resto de su familia.

Sólo le llevó un segundo más comprender la situación por completo. Había varios cadáveres en el suelo. Aparentemente no eran marionetas; no se movían ni mostraban signos de despertar. Y cuando Wen Ruohan se dio la vuelta, molesto por la puerta derribada, Jiang Cheng pudo ver en su rostro una rabia sin límites. ¿Podría ser que Wei Wuxian hubiera tenido realmente éxito y estuviera ahora en control del hierro Yin para que el líder de la secta Qishan Wen no pudiera resucitar más marionetas?

Y entonces la mirada de Jiang Cheng se posó en la figura de su hermano y gritó de rabia y horror. La última vez que había visto a Wei Wuxian, el otro ya no tenía un aspecto demasiado saludable, pero ahora, su complexión era completamente blanca, parecía realmente un cadáver. Sólo el hecho de saber que los cadáveres del suelo seguían sin levantarse tranquilizaba a Jiang Cheng, que su hermano seguía aferrándose obstinadamente a la vida. ¿Pero por cuánto tiempo?

Lan Wangji entró en acción un latido antes que él. Ambos apuntaron con sus espadas al líder de la secta Qishan Wen y medio corrieron medio volaron hacia él. Un pensamiento fugaz invadió la mente de Jiang Cheng y casi se rio, ¡parecía que los discípulos de la secta Gusu Lan podían correr después de todo! Era la primera vez que veía que el Segundo Jade no se movía con gracia y con un movimiento pensado y calculado. Estaba seguro de que si fuera capaz de ver la cara de Lan Wangji en ese momento, reflejaría su propia urgencia y miedo.

Wen Ruohan dejó de gritar y los miró con ojos llenos de furia. Habían conseguido desviar su atención de Wei Wuxian, aunque no había soltado a su prisionero y seguía agarrando el pelo de Wei Wuxian con la mano. Su otra mano se movía ahora casi con pereza mientras convocaba energía resentida y formaba un muro en medio de la habitación, justo entre él y Jiang Cheng y Lan Wangji. Parecía que, aunque Wei Wuxian tenía cierto control sobre el hierro Yin, el líder de la secta Qishan Wen seguía siendo un poderoso cultivador demoníaco incluso sin el uso completo de la reliquia.

Jiang Cheng se armó de valor y siguió corriendo hacia el muro de energía resentida, esperando poder atravesarlo de alguna manera. ¿Quizás Wei Wuxian le ayudaría en el último segundo a pesar de estar inconsciente ahora? Al fin y al cabo era su rescate, al menos debería darles una señal si seguía vivo, la tensión y la preocupación estaban haciendo que Jiang Cheng fuera más lento y torpe que nunca.

Tanto él como Lan Wangji se estrellaron contra la pared y fueron empujados violentamente hacia atrás, volando primero y aterrizando a pocos pasos. Wen Ruohan se mofó de ellos por el resentimiento y se dio la vuelta, arrastrando de nuevo a Wei Wuxian hacia el altar, aparentemente sin inmutarse por el par de cultivadores atacantes.

Y de hecho no tenía motivos para preocuparse, porque una vez que Jiang Cheng se puso en pie y atacó de nuevo a la energía resentida, el resultado fue el mismo y acabó de espaldas con el aire expulsado de sus pulmones. No pudo superar el muro hacia su hermano. Lo intentó varias veces más, cada vez más desesperado, pero fue en vano. Wei Wuxian estaba justo delante de él, pero le parecía que estaba a años luz y que era inalcanzable.

Jiang Cheng sólo hizo una breve pausa en sus esfuerzos para ver cómo le iba a Lan Wangji. Pero rápidamente volvió a mirar a Wen Ruohan porque el Segundo Jade no estaba en mejor posición que él. Y su expresión de absoluto horror y dolor heló a Jiang Cheng hasta los huesos. Era igual que antes; estaban tan cerca de rescatar a Wei Wuxian y al mismo tiempo estaban tan lejos.

Miró a su alrededor, tratando de encontrar cualquier otra cosa que pudiera utilizar para superar el muro de energía resentida o cualquier otra forma de llegar a Wen Ruohan antes de que hiciera lo que quisiera con el todavía inconsciente -no, no muerto, Jiang Cheng se negaba a pensar siquiera en esa posibilidad, su hermano era fuerte, sobreviviría a esto y le molestaría hasta la saciedad en poco tiempo- Wei Wuxian, que parecía una marioneta con los hilos cortados. Jiang Cheng nunca lo había visto más vulnerable y débil y eso le rompía el corazón, hacía que su visión se volviera roja de furia.

Y entonces sucedió. Lo que más temía Jiang Cheng.

El líder de la secta Qishan Wen arrojó a Wei Wuxian sobre el altar, evitando por poco que cayera en la lava. Levantó las manos sobre los tres trozos de metal que flotaban en el aire -Jiang Cheng se había fijado ahora en ellos, pero supuso que debían de ser el hierro Yin- y empezó a moverlos en elaborados patrones. Jiang Cheng no sabía qué intentaba hacer exactamente, pero temía que lo descubriría pronto, y que no le gustaría.

Oyó un grito agónico a su lado y una túnica blanca pasó por delante de él, lanzándose sobre el muro de energía resentida sólo para ser devuelto. Pudo comprobar que Lan Wangji sentía la misma impotencia que él mismo. ¿Cómo podían ayudar a Wei Wuxian? Tenían que pensar en algo rápido para que no fuera demasiado tarde de una vez por todas.

El resentimiento se acumuló alrededor del hierro Yin y luego, lentamente, como si Jiang Cheng lo estuviera viendo a cámara lenta, se dirigió hacia su hermano. Sus ojos se abrieron de par en par con horror y supo que estaba gritando, pero no podía oír nada en absoluto, sólo el ruido abrumador de la sangre corriendo en sus oídos.

"¡Wei Wuxian!"

De repente, todo se detuvo. Incluso la energía resentida pareció dudar, sin estar segura de lo que debía hacer y luego se dispersó en el aire.

Jiang Cheng tardó varios segundos en darse cuenta de que Wen Ruohan ya no estaba de pie sobre el altar, sino que ahora estaba tumbado en el suelo, justo al lado de Wei Wuxian. En su lugar, había otra persona, sosteniendo una espada de la que goteaba perezosamente sangre en el suelo.

El muro de energía resentida se derrumbó y Jiang Cheng no pensó en otra cosa que en ir al lado de su hermano y comprobar si había alguna señal de vida. Corrió incluso antes de decidirse conscientemente a moverse.