Los helicópteros comenzaron a atestar el cielo, se detuvieron como por cinco minutos mientras sus compuertas se abrían. Desde abajo la gente veía como el cielo azul se convertía en una sola nube mortal de color negro.
De repente, como si fuese una lluvia descontrolada, las bombas empezaron a caer. La gente corría en círculos sin saber donde refugiarse, sin saber lo que les esperaba, sin saber si después de esto seguirían con vida.
Los tripulantes de los helicópteros seguían arriba, como solo unos espectadores más viendo la destrucción que ellos mismos habían causado.
Las bombas lo destruyeron todo, o casi todo. Los helicópteros se fueron juntos y al mismo tiempo como una parvada de cuervos. Pero abajo estaba pasando algo, ellos pensaban que habían acabado con todo, pero no era así, ellos solo sabían que las bombas eran de destrucción, no un virus.
El virus era como el humo, viajaba por el aire y se metía en los pulmones de las personas, viajaba como trenes a todo motor por el torrente sanguíneo de las personas, se metía en sus cerebros y los hacia comportarse de una manera... extraña.
Más tarde, el caos se apodero del planeta entero, el virus logro llegar a todo el mundo. Los Dirigentes de la nación crearon sus barreras y sus colonias para refugiarse del mal que habían causado, para separarse de los metamorfos.
Los Dirigentes solo querían estar a salvo y tener todas las comodidades del mundo, y para conseguir eso, no les importo destruir a la mitad de la humanidad.
El mundo se volvió un paramo desolado.
Nadie podía salir de los muros a menos que quisiera una muerte segura. Pero dentro de los muros no se estaba tan bien, había pequeñas colonias que estaban en la ruina, y otras en las que los metamorfos habían logrado entrar.
Los Dirigentes se escondieron en una de las colonias con más seguridad, y la llamaron Metrópolis. Se dejaron caer en sus asientos tras grandes escritorios mientras veían como todo pasaba, creían estar a salvo, creían estar separados del caos. Pero dentro de la colonia había un metamorfo.
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METAMORFO.
Science FictionEl virus se propaga. La guerra es algo que no termina. Amor. Odio. Rencor. Deseo. Miedo. Enojo. Y ningún sentimiento de esos importa en éste mundo.