CAP 1

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"La muerte es algo que no debemos temer, porque mientras somos, la muerte no es y cuando la muerte es, nosotros no somos"
                     —Antonio Machado

—Según informan vías internacionales queda aproximadamente un 6% de la población humana en el mundo. No sabemos cómo ha podido suceder tal calumnia. Se encuentran vivas al menos unas 40 personas de cada ciudad...

Escuchaba los televisores en las casas mientras corría en la calle. No sabía si esas personas estaban vivas dentro, o sólo habían dejado los TV encendidos. Todos tenían el mismo canal. Debían haber hecho alguna interferencia para avisar a todos sobre el apocalipsis.

—Hemos recibido muchas señales de ayuda las últimas 24 horas y esperamos... —volvía a hablar la voz que he escuchado mucho últimamente y que tanto morbo me causa. El Dr Rojas.

El Dr Rojas daba hace unos meses —antes de este loco apocalipsis zombie— las primeras noticias sobre el deporte. No lo soporto, ya que soy antideportiva. Su voz es muy machista y debe tener casi unos 21 años nada más. Muy joven para creerse todo lo que se cree en la tele.

—¡¡AYUDA!! —escuché gritar. Era una voz mayor de hombre.

No sabía si seguir la voz y ayudar, o seguir huyendo antes de que cayera la noche. Escuché gruñir algo y sabía que eso sólo podía significar una cosa. Los zombies estaban cerca.

Mire detrás de mí y venían 4, todos por distintas direcciones. Corrí hacia delante con todas mis fuerzas.

—No... puedes... huir —decían deslizando la voz lentamente hasta terminar la frase.

Sí que puedo. Siempre hay una manera.

—¡¡AYUDA POR FAVOR!! —volví a escuchar. Venía de un callejón. Vi a el señor mientras se retorcía e intentaba huir. Un zombie mordía su pierna.

Los demás venían detrás de mí, y entrar allí sería un suicido. Pero por un momento lo miré y pude ver a mi padre en él. Sus ojos pedían ayuda, me hubiera gustado que me ayudaran en su posición tan vulnerable.

—OK ESTHER. TU PADRE TE ENSEÑÓ A PELEAR.

Me adentré en el callejón y me escondí detrás de los botes de basura. Avanzando. El zombie desafortunadamente sintió mi aroma. Mi miedo.

Contrólate —me dije a mí misma

Los zombies que venían detrás de mí se habían perdido. Al menos no los veía. Pero tenía un problema aún mayor delante de mí.

El hombre se seguía retorciendo del dolor. Miré a todos lados y encontré un palo de escobillón.

Venga ¿En serio? Vas a darme eso. —suspiré— Ok. Lo haré.

Hablé con mi cerebro.

—3, 2, 1. Ahora.

Corrí hacia delante, justo donde estaba el escobillón, lo golpeé entre mi pierna, y así lo partí en dos, dejándolo sólo en el pedazo de palo. El zombie escuchó el ruido y se giró. Dejando de morder al pobre hombre pero mirándome a mí.

—Venga maldito muerto viviente. Ven a mí. —lo llamé

—Esther...

Mis huesos se congelaron y todo el vello de mi cuerpo se erizó.

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⏰ Última actualización: Apr 24, 2022 ⏰

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