Es curioso saber que lo imposible puede ser posible. Yo no creía en varias cosas como la reencarnación, era algo ilógico y estúpido, pero bueno, cada quien tiene sus creencias. Sinceramente nunca pensé renacer en un mundo como lo es Kimetsu no Yaiba...
Las ganas de pelear desaparecieron al momento de que Haruka perdiera su primera pelea. No podía creer lo que había pasado. Primero pierde a Aiko por su culpa y ahora es derrotado por un cazador de demonios.
Haruka: ¿Y ahora que? *pregunto a la nada. Uzui se molestó porque haruka no le puso atención* Me duele todo el cuerpo. En especial la mano
Uzui: Deja de quejarte *acercándose a Haruka con molestia* Te mataría pero el patrón te quiere entre sus filas
Haruka: Supongo que... *levantándose del suelo* Gracias
Suma: ¡No lo agradezcas, niño! ¡Yo sí te voy a matar! *intento apuñalar con un kunai a Haruka, pero este último le doblo el brazo a Suma* ¡Duele!
Haruka: ¿Por qué seguir peleando si ya me ganaron? *estaba muy enojado con todos* Si no guardas silencio yo te voy a poner la pijama de madera
Suma: ¡¿De que hablas?! *pregunto muy asustada*
Uzui: Ya dejala *palmeó la cabeza de Haruka* Debemos de irnos antes del amanecer. Despídete de tu familia y luego vienes con nosotros
Haruka: Pero... *miraría la casa de Aiko* Creo que lo primero que debo de hacer es enterrar a mi amiga
Uzui: Hazlo rápido. No quiero perder el tiempo aquí *yéndose junto a sus esposas* Te espero afuera del pueblo
Con gran pésame Haruka se dirigió a la casa de los Nakamura. Cargo a Aiko y a la señora Sumi. Unas lágrimas se escaparon de sus ojos. Era algo frío en el tema de la muerte, pero está vez no podía soportar el dolor de perder a un ser querido. Y todo porque no fue lo suficientemente rápido.
Haruka: Está vez... Mataré al padre de los demonios para vengar tu muerte Aiko... Haré incluso lo imposible para que las personas no mueran por culpa de los demonios *enterró a Aiko y a la señora Sumi* Dejaré las marcas y el mundo transparente a la siguiente generación de pilares
Juntó sus manos para rezar. Esto era el comienzo de la leyenda del pilar del sol. Aquel que se convertiría en pilar en tan solo tres días. El más poderoso de su generación. El que le daría fin al reinado de Kibutsuji Muzan.
Terminó de rezar y se dirigió a su casa para guardar algunas cosas. Sabía que su familia estaba dormida así que no se iba a despedir de ellos. Camino por la montaña recordando todo lo que ha vivido en ella. Sería difícil dejar todo por una venganza. Pero realmente vale la pena hacerlo.
Haruka: ¿Makomo? *estaba extrañado al ver a la pelinegra afuera viendo las estrellas* Es muy tarde para que estés afuera de la casa
Makomo: Bienvenido. Es bueno que no estés herido *acercándose un poco al rostro de Haruka* Te toca
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