Gracias a un favor a su ex-jefe termina en una noche loca, en la cual queda embarazada, su primer pensamiento fue buscar al padre de su hijo, pero por algunas cosas de la vida su única opción es huir lejos.
5 años después, con su vida arreglada mien...
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Hace 5 años.
Se limpió el sudor de la frente, esa era su última noche trabajando en aquel restaurante, la próxima semana sería su graduación. Estaba tan orgullosa, los últimos 4 años había trabajado y estudiado, sus padres le habían proporcionado todo su apoyo, y por fin vería los resultados de su arduo trabajado.
Sus compañeros le habían organizado una despedida para el día siguiente, un escalofrío le recorrió el cuerpo al recordar que el gerente Naraku había prestado su casa para la fiesta, se dijo que no debía pensar en eso, después de mañana ese hombre ya no sería su jefe, ya no debía sentirle más miedo.
Terminó su turno con una sonrisa y se despidió como siempre de sus compañeros de trabajo, sonrió como una boba cuando vio a su prometido esperarla—. Inuyasha— se lanzó a sus brazos, de una forma cariñosa y cálida él correspondió su gesto.
—. Princesa— Inuyasha le llenó de besos el rostro, Aome río como una niña pequeña, su novio era tan dulce y encantador, lo miró llena de amor, ese chico maravilloso en unos meses se volvería su esposo. Se sentía tan afortunada, ambos en los últimos 4 años se esforzaron por ser las mejores versiones de sí mismos, ahora, ella había terminado su etapa de estudios e iniciaría una nueva con él.
—. Hoy fue mi último día— dijo con una sonrisa, pero los ojos llenos de lágrimas, Inuyasha la apretó en un protector abrazo y ella lloró, aunque su jefe era un tanto extraño y más de una vez la hizo sentir incomoda o triste, en el año que trabajo ahí, hizo buenos amigos, y si era honesta, los extrañaría mucho.
—. Tranquila pequeña— Inuyasha la arrullo dulcemente mientras le acariciaba el cabello, su prometida era tan linda, pronto juntarian sus vidas para siempre, apenas y podía esperar, se fueron tomados de la mano hasta el hogar de la azabache, quien lo despidió con palabras de amor
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Decidida a tener un respiro se fue al patio trasero de la casa, sus ojos miraron el amplio espacio, había diferentes árboles y flores, también unos juegos para niños, se sentó en uno de los columpios, la brisa fresca de la tarde acarició su piel, cerró los ojos complacida, quería tener un patio así en su casa con Inuyasha, pero sabía que eso no lo tendrían hasta después de años de trabajo duro.
Estaba tan relajada que comenzó a quedarse dormida, aquello no había sido la mejor idea, pero sin aquella imprudente acción, su vida no se habría cruzado con la de un peliplata que había esperado una oportunidad para acercarsele.
Su cuerpo despertó de forma abrupta cuando sintió como sus manos fueron jaladas, lo primero que miró fue un delgado chico, su cabello era largo y plateado, él tomaba sus manos con algo de fuerza, se confundió, entonces recordó donde estaba, ¡Se había quedado dormida en un maldito columpio! Se sonrojo espantosamente, ¿Como había hecho algo tan estúpido? Logró enderezar su espalda y recuperó el equilibrio.
