Cerca del gran objetivo

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El rostro de Mitsurugi no podía expresar otra cosa que no sea incredulidad.

El colosal y poderoso dragón, uno de los reyes de su raza sobre el mundo. Con un poder y autoridad suficiente para regir un bastó territorio.

Ese mismo dragón, ahora le había hecho una propuesta de matrimonio.

Durante su confusión, Mitsurugi dio unos pasos hacia atrás.

-¿Sucede algo, humano?

-¡Esta claro que sucede algo! ¡No vayas diciendo esas cosas al aire!

Un ligero rubor apareció en el rostro de Mitsurugi.

Aunque toda su vida fue popular con las mujeres, esta era la primera ves que recibía una propuesta como esa.

Y mucho menos de una forma tan directa como esa.

-¡Eres un hombre fuerte! ¡Esta claro que eres más que digno de ser mi esposa!

-¡No fastidies!

Mitsurugi ahora estaba enojado, no podía creer las palabras del dragón.

Pero su enojo era más a un tema de sexualidad, ya que el no tenía atracción por los de su mismo género.

No era que fuera homofóbico, pero pensar que lo consideraban así lo enojaba.

-Además… los dos somos macho. ¡Eso no funciona así!

-¿Ma… cho?

El gran dragón se movió de entre los escombros, levantando su cabeza por encima de Mitsurugi.

-¿A que te refieres, humano?

Lafcer también puso un rostro de confusión.

-¡Que a mí no me gusta la banana! ¡Si voy a tener sexo quiero que sea con una linda chica! ¡Albina si es preferible!

‘Tengo estándares.’

-Ouh. Ya veo, parece que te has confundido, humano.

El cuerpo de Lafcer comenzó a emitir un ligero vapor, seguido por un fuerte brillo.

Mitsurugi se tapó la vista con sus manos, para evitar que sus ojos se lastimaran por la cegadora luz.

Una ves que sintió que la luz se había esfumado, abrió sus ojos nuevamente. Aunque está ves ya no logro ver al dragón de gran tamaño.

-¿Huh? ¿Dónde…?

Mitsurugi comenzó a buscar a Lafcer con la mirada, viendo que no había rastro de tan gran criatura en ningún lado.

‘¿Cómo hizo eso…?’

Mitsurugi pensó que el dragón había decidido huir luego de su propuesta, usando la luz como camuflaje.

-Oye, humano. ¿Así es de tu agrado?

-… ¿?

Una voz llamó a Mitsurugi justo delante de él, mirando bien a través de las rocas.

Su vista se quedó abierta a más no poder, luego de mirar a una linda chica parada delante de él.

Ella era de baja estatura, con un cabello apariencia albina de ojos rojos, aunque vestida únicamente con unas ligeras prendas.

Ella era de baja estatura, con un cabello apariencia albina de ojos rojos, aunque vestida únicamente con unas ligeras prendas

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Konosuba : ¡Bendito sea el Monarca! - Parte 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora