Capítulo 3.

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Capítulo 3: Errores

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Capítulo 3: Errores.

Tal vez se estaba divirtiéndo demasiado en compañía de aquel chico tímido.

Tal vez tomar de aquella manera no era lo más inteligente.

Tal vez entrar en aquel cuarto de hotel era demasiado imprudente.

Tal vez, dejarlo tocarla de aquella manera era solo uno más de los errores que había cometido esa noche.

Se mordió los labios, soportando un gemido, dos de los dedos del peliplata acariciaban su clítoris sin piedad, ella solo era una masa caliente que se retorcía bajo el toque de aquellos dedos, él besaba su cuello, podía sentir con su resbaladiza saliva le mojaba la piel, y como su respiración le erizaba la piel. Los dedos que torturaban su pequeño botón se adentraron más en su ropa interior, y uno se enterró profundo y con fuerza en ella.

Gimió con fuerza y a todo pulmón, aquello la había hecho venirse con fuerza, Sesshomaru le beso los labios, un regusto a alcohol lleno su boca, habían tomado distintos tipos de bebidas y tragos, aquel sabor permanecían en sus bocas.

—. Ya no puedo más— dijo sobre sus labios el peliplata, de un tirón rompió su ropa interior, le abrió las piernas, Aome sentía la cabeza en el espacio, se desconocía a sí misma, ¿De donde había sacado el valor para comportarse de aquella manera? Con la mirada borrosa, miró como el peliplata se quitaba apresurado la camisa, lo que su adormecida vista captó fue un abdomen delgado, el chico frente a ella era delgado y muy pálido. Escucho el sonido del cinturón cuando lo quitaba, pudo reconocer perfectamente el sonido del cierre abriéndose.

Iba a decirle algo, pero su mente no podía mantener una idea por mucho tiempo, los labios de él tomaron los suyos, pudo sentir como una lengua entraba en su boca y la acariciaba a profundidad. Se estremeció, aquello se sentía tan bien, le calentaba todo el cuerpo y le daba cosquillas en lugares de su cuerpo que ni conocía.

Él tomo sus pechos en sus manos y los masajeo, rompió el beso para poder gemir ante las sensaciones, su cuerpo estaba totalmente desnudo, y su piel rozaba con la del peliplata, aquella piel era suave y cálida, todo su cuerpo reaccionaba, poniéndose caliente y desesperado.

Aunque todo se sentía muy bien, algo le parecía faltar, Sesshomaru pegó sus caderas y sintió a su pene rozarle, apenas pudo acallar su jadeo, él comenzó a frotarse y ella se perdió más en la neblina de su mente, tal vez era el placer, o porque estaba demasiado borracha, pero apenas y sintió dolor cuando el invadió su interior y lleno aquel vacío que sentía.

—. Esto... Se siente, tan bien...— dijo con voz ronca y atontada el peliplata, Aome no pudo decir nada, aquello se sentía extraño, pero no en un mal sentido, al contrario, le gustaba.

Las manos de Sesshomaru tomaron sus caderas, y comenzó un lento vaivén, sus respiraciones se aceleraron, la habitación se llenó de calor y de un morboso sonido cuando el peliplata se enterraba en lo más profundo de la azabache, los gemido y gruñidos no se hicieron esperar.

Aome no sabía muy bien qué pasaba, se sentía atrapada en una neblina, su cuerpo estaba caliente y sudaba, pero se estremecía y su piel se erizaba cuando su cuerpo se encontraba con el de aquel chico.

Se abrazo con fuerza a él cuando sintió que todo daba vueltas, gimió con fuerza cuando el clímax la golpeó, todo su cuerpo fue recorrido por una electricidad vibrante y fuerte. El vaivén suave y lento se volvió rápido y violento alargando aquel placer que recién descubría, sentía que su intimidad palpitaba con cada nuevo embiste, su mente se perdió por completo, aquello era tan jodidamente bueno.

—. Aguanta un poco más— pidió el peliplata, ella asintió, no sabía que tenía que aguantar pero ella lo haría. Su cuerpo fue dado vuelta como si ella fuera una muñeca de trapo, quedó boca abajo en la cama, él tomó una almohada colocandola bajo su vientre, elevando ligeramente su trasero—, eres tan sexy— murmuró antes de darle una nalgada que resonó en toda la habitación, su respiración que había comenzado a calmarse se aceleró, aquello le había gustado demasiado.

De un estocada profunda lo sintió llegar a lo más profundo, gimió, él tomó sus manos y las junto en su espalda, aquello era doloroso, pero no insoportable, con las rápidas envestidas del peliplata su mente desplazó el dolor en sus brazos al placer que sentía por ser tomada de aquella forma tan dura, sus pezones se rozaban con la tela de la sábana estimulandola, su boca se abrió para gemir pero lo único que salían eran jadeos.

Sentía que nuevamente su cuerpo sería golpeado por aquella placentera electricidad, cerró los ojos con fuerza, Sesshomaru soltó sus brazos liberando su agarre, gimió con fuerza al sentir el alivió en sus hombros, en su espalda sintió el pecho de Sesshomaru, sus cuerpos estaban pegados, y aquel contacto de piel con piel le había puesto los sentidos a mil.

Las manos de Sesshomaru tomaron sus pechos, atendiendo sus adoloridos pezones, mordió la sábana, aquello era demasiado,  su cuerpo estalló en pedazos, y el placer la atacó desde la cabeza hasta la punta de sus pies, sintió como los dientes del peliplata le mordieron el hombro, dándole más de aquella extraña combinación de dolor y placer, en su interior sintió como se derramaba un líquido caliente, pero eso pasó a segundo plano cuando los labios de su acompañante la besaron robandole la poca conciencia que aún le quedaba.

*************

A la mañana siguiente, cuando despertó, lo hizo solo, a su lado la mujer de cabellos azabache no estaba, lo único que había era un lugar frío y vacío.

Se tallo el rostro, recordaba perfectamente la noche anterior, aunque estaban borrachos, eran conscientes, o al menos eso le sucedió, y debía admitir que sin el alcohol en su cuerpo no habría tenido la valentía que tuvo para hacer todo lo que hizo.

Su cuerpo y cabeza estaban adoloridos, había sido su primera vez, o bueno, sus primeras veces. Se sonrojo violentamente, no era un santo, y como todo adolescente en su pubertad había mirado porno, y se había dado amor propio, mucho amor propio, pero las experiencias de la noche anterior eran muy diferentes a lo que alguna vez había experimentado.

Se levantó de la cama, seguramente Aome estaba avergonzada y por eso lo había dejado, era una persona inteligente, y supo entender que ella se fue para no enfrentarse esa mañana. Recordó lo que ella le dijo, Aome, tenía un prometido al cual amaba, aquello se sintió como una patada.

A él le gustaba Aome, es más, la había visto de lejos tantas veces que ya había memorizado todos los lunares de su rostro, y cuando por fin pudieron convivir se dio cuenta que no sólo era bonita, también era agradable, y divertida. Pero ella tenía una vida, y una pareja, seguramente ella solo lo recordaría con uno más de los errores que se cometen en la vida.

Continuará...

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⏰ Última actualización: Jul 17, 2022 ⏰

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