Por si no se van cuenta, cuando Harbinger aparece, este ya parece tenerle confianza a Kiki, pero según Medea los Santos de oro nunca se habían reunido, por lo tanto ya debieron haber tenido uno que otro encuentro.
De eso va esto.
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Sonriendo con mucha arrogancia, Harbinger estada orgulloso de su logro, lanzando el cristal en el aire y volviéndolo a sujetar. Ahora con un puesto como la elite de los Santos de Oro junto a quien se puede decir que su maestro, (Ionia de capricornio) llevándolo a lo que sería su primer encargo como dorado. Aunque si bien no le prestada la misma atención a lo que sea que le esté diciendo Ionia a modo de discurso, Harbinger estada totalmente concentrado en el objeto en sus manos, concentrando su cosmos en este, desprendiendo un brillo segador que lo vistió con la legendaria armadura de oro. Jactándose de sí mismo al comprobar su poder ahora, orgulloso.
- Harbinger. - El Capricornio engroso la voz encarando al toro, parándose frente él deteniéndolo de su auto alarde personal. - Tienes un gran potencial como Santo de oro que merece ser florecido, no obstante en todo momento note como eres muy impulsivo y totalmente agresivo, pero no bruto, por lo tanto te recuerdo; Te reclute porque el Señor Marte necesita guerreros fuertes, cumplan su voluntad en lo que desgraciadamente Athena nunca fue capaz de hacer. No es juego, no puedes permitirte deseos triviales y sumamente personales, ya que la Cloth de Tauro no te los va a conceder.
- Si, aja, aja. Ya me viste ese discurso muchas veces. Si el Señor Marte puede recrear un mundo donde cosas como la que yo pase no se repitan, cuenta con toda mi voluntad, pero no implica que mi lealtad siempre estará en los fuertes. - El viejo torció las cejas ante las palabras del joven, apretando la cubierta del libro en su mano fuertemente, buscando calmarse antes de cometer una locura. Athena, ni los muchachos de palaestra le eran tan rebeldes como este toro. Ni el Santo más incontrolable con el que tuvo la mala fortuna de combatir era así. Pero bueno, solo prosiguió.
- Lo entiendo, disfrutas de torturar al vil, pero a pesar de que tienes una fachada de sádico aun tienes humanidad, por lo nunca lastimarías al indefenso. - Se jacto. La mirada del pelimorado se endureció como si quiera golpear a la cabra, hasta que prosiguió. - No me malentiendas, para un Santo dorado cuya finalidad es matar en el nombre de los dioses, esas 2 cualidades son hasta necesarias. Pero a lo que te traje, tu primera misión para el cargo será buscar un santo en específico que se niega a responderle a nuestro dios. ¿Te interesa intentar apaciguarlo a que Responda?
- ¿Es fuerte? - La cabra asintió. - Umm... Bueno, ya que no me queda de otra, iré. ¿Cómo es?
- No lo subestimes, es el santo de Aries. Creo que eso te ayudara a tratarlo, los Aries suelen ser amigos de los libra y los Tauro.
