Se suponía que sería un día normal y tranquilo, amaneciendo al lado de su querido alfa con aroma a menta y chocolate que tanto le fascinaba. Sin embargo, fue todo lo contrario ya que Felix no pudo sentir la presencia de su alfa, Hyunjin. Una extraña sensación empezó a surgir dentro de lo más profundo de su ser alterando también a su propio alfa, porque sí, ambos conformaban una bella e increíble relación a pesar de su casta. Sentía a su lobito mostrarse entre abatido, triste y desesperado; salió de la cama omitiendo colocarse sus pantuflas buscando a Hyunjin, yendo primeramente al baño de su habitación sin lograr nada; posteriormente, se dirigió a la sala y cocina sin éxito alguno.
Mientras tanto su hogar empezaba a llenarse de un aroma a lavanda y limón entre agrio y podrido, volviendo el ambiente pesado por las feromonas que podría alterar a cualquiera; el alfa mayor entraba corriendo al edificio de su apartamento con una orden de desayuno para él y su hermoso rubio en manos sudorosas, las cuales estaban así por el nerviosismo y preocupación que sentía debido a las emociones a través del lazo.
El alfa azabache era amoroso, cuidadoso y protector siendo un joven adulto dos años mayor que el de hebras doradas, trataba de brindarle y hacerle saber siempre todos esos bellos sentimientos que el menor hacía surgir tanto en su parte humana como en su parte animal. Realmente fue un flechazo directo a su corazón, con esas pequitas que adornaban su bello rostro haciéndolo lucir más tierno y dulce; añadido a eso, le gustaba hacer reír a su alfa dando paso a que sus ojos se convirtieran en un par de adorables líneas y a sus costados se formaran unas ligeras arruguitas.
Finalmente llegó a su hogar, rompiendo el pomo de la puerta principal para poder llegar rápido a auxiliar a su querido Lix, apodo que decidió ponerle dado lo tierno y bello que era su bebé.
— ¡Amor! ¡Lix! Cariño...— el azabache empezó a llamarlo, pero al no verlo por ninguna parte decidió ir a su habitación luego de haber dejado el desayuno en la mesa ratona de la sala.
Quedó demasiado asombrado por encontrar a su menor hecho una bolita a un costado de la cama, abrazado a una almohada con su aroma a menta y chocolate y envuelto entre sábanas de seda de tonos sobrios. Jamás lo había visto así y se preocupó en demasía, lentamente se acercó a la cama para recostarse en su lado libre, colocó su brazo derecho a través de la cintura de su alfita brindándole leves caricias.
— Precioso... ¿Qué ha pasado amor, te duele algo? ¿Es tu celo? ¿Qué está mal?— Hyunjin susurro dulcemente a pesar que su tono era preocupado y dudoso, debido a que su celo estaba próximo a llegar la siguiente semana. Felix bajó mínimamente las sábanas que cubrían hasta sus ojos y su cabellera rubia; sin embargo, no dijo nada sólo se apegó más al pecho definido de su alfa.
El mayor intentaba relajarse para poder transmitirle seguridad y tranquilidad a su dulce rubiecito y que pudiera exteriorizar verbalmente lo que lo agobiaba.
Dando ligeros y dulces besitos en la cabellera del menor y abrazándolo un poco más volvió a susurrar — Cielo, estoy aquí contigo puedes decirme lo que te agobia príncipe. Sabes que te amo con toda mi alma y mi espíritu—.
Con voz quebrada el de hebras doradas le cuestionó — ¿Aún me amas alfa? ¿De la misma manera?—. Hyunjin pudo sentir la duda y la tristeza a través del lazo. Con cuidado trató de girarlo para poder estar frente a frente y decirle con toda convicción pura lo siguiente — Alfa eres la luz que ilumina hasta mis días más oscuros, la brisa fresca que tranquiliza mi corazón y me mantiene en paz, eres la calidez más agradable y acogedora en los momentos fríos y tormentosos, ¿cómo no amarte?... cuando eres el alfa especial que la Madre Luna me ha permitido encontrar y poder compartir nuestras vidas juntos —.
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Adaptación de OS: ALFA ESPECIAL ღ HyunLix
FanficAdaptación y modificación de mi One Shot "Omega Especial ღ JiKook"