Oliver y Thea habían vuelto a la isla donde había comenzado todo, honestamente no estaba interesada en saber cómo estaba no después de lo que había sucedido.
—Entonces—Alargo—Solo tengo que firmar estos papeles—Ray suspira frustrado.
—Camille eso es lo único que tienes que hacer—Trata de lucir tranquilo.
—¡Ahhh!—Me burló—Debiste decirlo antes—Tomo la pluma del escritorio y firmo—Pero ¿Para que son?—Cuestiono, había leído los documentos pero no tenía ni la más mínima idea solo sabía que llevaba mi nombre y el de Felicity.
—Es algo que espero nunca tenga que usar—Se los entrego y el los toma—Por cierto ¿Sabes algo de Felicity?—Dice fingiendo que no le interesa.
—Siguen confundidos por lo del beso ¿Cierto?—El asiente—Deberías preguntarle a ella, créeme las mujeres preferimos que nos hablen con la verdad a qué solo den vueltas—Suspiro.
—Por eso te contrate, eres mi capricho—Mi sonrisa se borra al escuchar eso.
Eres mi capricho, aún podía escuchar su voz diciendo eso, realmente lo extrañaba.
—¿Paso algo?—Pregunta sacándome de mis pensamientos.
—Tuve un dejá vu—Confieso—Pero no importa, mejor dime qué más tengo que hacer—Pido cambiando de tema.
—Solo encárgate de revisar los papeles y si puedes preparar el anuncio mejor—Asiento feliz, Ray está a punto de irse pero vuelve—¿Puedo pedirte un favor?—Sacudo mi cabeza—¿Cómo puedo hacer feliz a Felicity?—Sonrió.
—Ella es una genio así que debes ser original—Comienzo—Puedes regalarle media cuidad Star—Bromeo y el ríe—Pero si quieres algo más tranquilo solo invitarla a cenar y hazle saber que realmente te importa—Ray se acerca a mi y deja un beso en mi mejilla.
—Gracias Camille—Chilla feliz.
—No es nada—Le resto importancia —Para eso son los amigos—Su mirada cambia—¿Qué?—Pregunto.
—Nada solo que hace mucho nadie me consideraba su amigo—Le regalo una media sonrisa.
—Soy tu amiga—Afirmo.
El sonríe y sale de la oficina. A los pocos minutos Roy entra junto a Aidan quien lleva una caja en las manos.
—Hola Camí—Saluda Roy, ya era costumbre tener a Roy en mi oficina la mayoría del tiempo, era bueno ya que casi no hacia nada y el me hacía compañía.
—Hola Roy—Respondo—Hola Aidan—El se acerca a mi escritorio.
—Hola Camille—Me sonríe.
—¿Qué haces aquí?—Pregunto.
—Aquí trabaja—Responde Roy obvio, le lanzó una mala mirada.
—Llego un paquete para ti—Deja la caja color azul en mi escritorio.
—¿Para mí?—Era raro que yo recibiera paquetes ya que técnicamente no existía aquí.
—Si—Asegura—Por cierto, ¿Sigue en pie lo de esta noche?—Su semblante cambia a uno más serio y atractivo.
—Por supuesto—Afirmo.
El me regala una última sonrisa y sale de la oficina.
—¿Quien lo manda?—Roy camina y se sienta en el escritorio para tomar el paquete.
—No se, es raro—Le quitó la caja y leeo la nota que viene en esta.
Para:Camille Ruselle Lavonier.
De: Su nuevo amigo.
