Capítulo 14

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6 meses más tarde...

- Bueno ya está todo listo - dijo mi madre terminando de cerrar una de mis cajas - no me puedo creer que mis niños mayores se vayan de mi casa y a otras ciudades - sí, mi hermano había sido aceptado a hacer un Erasmus en Italia, y yo por mi parte había decidido trasladar mi expediente a la universidad de Barcelona, donde terminaría allí mi carrera - ¿y todo esto lo has hecho por Pedro? - preguntó mi madre sentándose al lado mía en la cama.
- No solo por él mamá, necesito cambiar de aires, conocer gente nueva y empezar a valerme por mi misma, voy a seguir trabajando allí al igual que lo he hecho allí, pero si no lo hago ahora ¿cuando lo voy a hacer? - dije intentando aguantar las ganas de llorar que tenía, me daba mucha pena dejar a mi familia aquí, el caos diario de cada día con mis hermanos, las peleas constantes... pero sobretodo iba a echar de menos a Nico; una de las razones de porqué me iba es porque él también se iba.
- Sólo quiero que sepas que te queremos y que vamos a estar para todo lo que necesitéis ¿vale? - dijo mi madre, mientras me atraía hacia ella para fundirnos en un cálido abrazo; vale, esto también lo iba a echar de menos - además que iremos a verte cada vez que podamos, no te vas a librar tan fácil de nosotros - dijo provocando la risa de la dos.
- Bueno, yo ya estoy, cuando quieras nos vamos - dijo Nico mientras entraba por la puerta de mi habitación.
- Esta bien, empecemos esta nueva aventura.

...

5 horas más tarde, estábamos aún de camino a Barcelona, Nico conduciría hasta el apartamento; que había alquilado con Emma, quien venía en unos días ya que tenía varias cosas que cerrar antes de mudarse a Barcelona; y allí en unos días él cogería un avión rumbo a Milán, donde se encontraría con Pedri, si con Pedri, a quien no quería ver ni en pintura.
- Y al final, ¿qué ha pasado con Pedri? - preguntó mi hermano provocando un suspiro por mi parte.
- Hable con él al poco tiempo de que pasara lo de la discoteca, un día me lo encontré por los pasillos de la universidad y me paró, me dijo que si podíamos quedar para hablar y me puse tan nerviosa que fui incapaz de decirle que no...

Hace 5 meses...

- Valeria, espera un momento - dijo una de las voces que menos quería escuchar - Valeria me estas oyendo, por favor espera - volvió a repetir provocando que yo parará y girará para verle de frente.
- ¿Qué quieres Pedri? - pregunté cortante.
- Quiero hablar contigo, ven esta tarde a mi piso y hablemos por favor.
- Esta bien - dije algo nerviosa.
- Perfecto, nos vemos esta tarde a las 4, te espero - terminó por decir Pedri mientras salía a toda prisa de aquel pasillo interminable de la universidad.

16.00 p.m.

El autobús acababa de parar en la parada que había justo al lado del piso de Pedri, me bajé de él y caminé hasta que llegar al portal de este; busqué el número de su piso y dejé mi dedo sobre durante unos segundos, haciendo que un sonido de la puerta se escuchase indicándome que estaba abierta y podía pasar. Estaba nerviosa, realmente nerviosa, llevaba casi un mes que evitaba a Pedri por todos sitios, no quería hablar con él, ni verlo, ni escucharle ni nada por él estilo, y por desgracia para mí, hoy me vió y bueno pues aquí estoy subiendo las escaleras de su piso. Subí hasta el último piso y me encontré con la puerta de este abierta, entré sin ni siquiera antes pedir permiso y lo ví ahí sentado en el lugar donde habíamos pasado tantos buenos momentos, y sí, no éramos nada, pero yo le quería, y no como un amigo, si no como algo más que nunca llegó a pasar.

- Hola Valeria - dijo Pedri levantándose del sofá para acercarse a mí y darme dos besos.
- Hola, ¿qué querías?
- Solo quiero hablar y aclarar las cosas, lo que vistes no fue...
- No fue ¿qué? ¿un beso?, ¿ahora no tengo ojos en la cara o qué?, Pedri por favor.
- Si fue un beso, pero para mi no significó nada más que eso, había bebido, llevábamos mucho tiempo sin vernos y me dejé llevar, lo sé, sé que no tendría que haberlo hecho pero lo hice.
- Pedri, no me importa que estuvieras bebido o como si estuvieras hasta arriba de pastillas, a mi lo que me importó fue que te besaras con otra y encima de todo me mintieras, diciendo que no ibas a salir que ya nos veríamos otro día, cuando sabías de sobra que si tú me hubieras dicho que si podríamos vernos yo hubiese venido, o que si me hubieses dicho que querías salir con tus amigos lo hubiera comprendido perfectamente, pero no puedo con las mentiras y menos con las infidelidades, aunque no si lo era porque realmente no éramos nada - y sí, esa última frase "no éramos nada" rompió un pedacito de mí, me la había repetido tantas veces y ninguna de las anteriores me había servido para darme cuenta de lo que realmente sentía, pero está última me había roto todos mis esquemas.
- Valeria por favor, perdoname.
- Lo siento Pedri, sabes todo lo que he sufrido por temas como este, sé que no tienen ni punto de comparación pero no puedo, ojalá algún día sí - terminé de decir, y salí del apartamento dejando una parte de mi allí, mientras la otra parte bajaba por esas infinitas escaleras desolada.

En la actualidad

- Bueno pues ahora hay que vivir una nueva vida aquí en Barcelona, y aprovechar cada minuto de este año como si fuese el último - dijo mi hermano mientras en el fondo del paisaje se empezaba a divisar la ciudad de Barcelona.
- Que comience la aventura.

Incondicional - Pedri GonzálezDonde viven las historias. Descúbrelo ahora