Un día antes

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Hola, mi nombre es Miguel, bueno era Miguel cuando aún era un hombre. Acababa de cumplir 16 años, estaba en segundo año de preparatoria, era titular del equipo de fútbol de la escuela por lo que tenía un cuerpo bien cuidado y además tenía buenas calificaciones, no me consideraba muy popular pero sí tenía mi grupo de amigos cercanos con los que hablaba siempre, eran Felipe y luna y juntos los tres éramos inseparables, secretamente yo estaba enamorado de Luna pero aún no me atrevía a confesarle mis sentimientos por temor a que me rechazara y perdiéramos nuestra amistad. Mi familia, aunque no era rica tampoco era pobre me consideraba clase media alta, ellos siempre estuvieron ahí para mí y yo los ayudaba con las labores de la casa. Me gustaba el estatus quo al que estaba acostumbrado toda mi vida.

Un día mientras salía con Felipe y Luna en las tiendas encontramos una tienda nueva que no habíamos visto en la ciudad, parecía ser una tienda con antigüedades de diferentes países, así que decidimos entrar para ver, ya adentro vimos que la tienda parecía ser más grande de lo que se veía por fuera y empezamos a explorarla vimos desde herramientas de campo, armas antiguas como espadas y lanzas, artículos de magia como una bola de cristal y un báculo gigantesca casi del tamaño de una persona y hasta artículos de lujo como pulseras, collares y anillos, estábamos tan concentrados viendo las cosas de la tienda que no nos percatamos de que atrás nuestro se encontraba una señora ya de edad avanzada, que tenía una bata negra y un cuervo en su hombro, la señora se nos acercó y nos dijo

— Hola jóvenes, que bueno que entraron a la tienda, casi no había venido gente y ustedes son los primeros en entrar solo por eso les daré un regalo especial.

Nosotros nos quedamos viendo, sospechando al principio de la señora, pero pues quien le dice que no a un regalo por lo que terminamos aceptando a lo que ella nos contestó

— Perfecto, pueden elegir un artículo de lo que hayan visto en la tienda, puede ser cualquiera, no importa el precio

Nosotros nos alegramos, porque ya habíamos visto muchas cosas interesantes por elegir, miguel rápidamente fue a la sección de armas y eligió la espada negra que había visto antes, poniendo la funda sobre su espalda, Luna a su vez fue a la sección de artículos de magia y eligió el báculo gigante tamaño persona real, y lo abrazo con una enorme sonrisa, al parecer ellos ya sabían que querían pero yo aun estaba indeciso, no había algo que me llamara particularmente la atención, es cierto que me gustaría coleccionar un arma o tener un articulo de magia pero no les veía realmente un uso y creo que no me darían mucho dinero por ellos si los vendiera luego, es por eso que me acerque a la sección de artículos de lujo y fue ahí que vi un anillo dorado, brillante y que parecía algo caro, no lo pensé dos veces y lo elegí, sabía que aunque yo no le diera un uso, seria un articulo por el cual me darían mucho dinero si lo vendiera. Cuando terminamos de elegir fuimos con la señora y le mostramos lo que elegimos

—Interesante elección, bueno espero que los disfruten y sobre todo que les sea de provecho en su aventura

Nosotros nos quedamos viendo un poco extrañados por lo que había dicho la señora sin embargo no le prestamos mucha atención y nos fuimos.

Ya mientras caminábamos cada uno miraba emocionado el artículo que había elegido

Felipe dijo

—Esta espada es lo mejor que pude haber elegido, se vera muy cool en mi cuarto

Luna dijo

—Realmente no le veo mucho uso a una espada, un báculo es un artículo de colección y sobre todo algo que te da un poco de misterio a tu habitación

Al escuchar a los dos les respondí

—¿En que mundo creen que viven? Ni espadas ni báculos son útiles, por lo que no sirven de nada ni para ganar dinero, yo elegí este anillo de oro por el que me darán mucho dinero cuando lo venda, no vengan a mi luego llorando por dinero cuando no puedan vender sus cosas

Luna me respondió

—Ashh que aburrido, hubieras elegido algo con lo que te puedas divertir, con ese anillo de señora no puedes hacer nada

Felipe dijo

—Bueno, dejémoslo con su anillo y mañana veremos quien es el que se arrepiente de haber elegido su objeto, por lo pronto ya me tengo que ir, aquí pasa mi camión

Luna y yo seguimos caminando ya que, aunque no éramos vecinos vivíamos en la misma calle, mientras caminábamos en la puesta de sol yo seguía pensando en los usos que le daría a mi anillo y como obtendría mucho dinero con él, en eso Luna dijo

—Ya fuera de bromas, me pareció buena idea la que tuviste, siempre piensas de manera lógica y al parecer yo me deje llevar por mis emociones

—Eso no es cierto, yo creo que un báculo es un gran objeto y quien sabe a lo mejor hay un mercado de coleccionistas de artículos de magia muy grande y puedas obtenerlo para ganar mucho dinero

Cuando le dije eso, por un momento pensé en confesarme y como prueba de mi amor regalarle el anillo

— Oye luna, que pasaría si dijera que me...

— Ah miguel, que bueno que te veo, ayúdame con las bolsas del super

Que mal momento para que me pida ayuda mi mama, no me quedo de otra mas que despedirme de luna y decirle que no era nada importante que tenía que decirle

—Que mal momento mama, siempre te metes en los momentos mas importantes

—Ay hijo, es que ya estaba cansada de caminar bastante cargando estas bolsas, tu porque estas joven pero yo a mi edad ya no estoy para hacer tanto ejercicio, algún día me entenderás

—Si bueno, ya dame las bolsas para llevarlas

Después de llegar a casa con todas las bolsas, subí a mi habitación y me puse a pensar en todo lo que había pasado hoy, en la extraña tienda a la que entramos, el articulo que elegimos y como estuve a punto de confesarle mi amor a Luna, agarre el anillo que traje conmigo y por mera curiosidad decidí probármelo, fue entonces que comencé a sentirme mareado y como todo me daba vueltas en mi habitación y de la nada todo se volvía oscuro y perdía todos mis sentidos, hasta que finalmente caí desmayado, nunca hubiera imaginado el cambio tan drástico que daría mi vida.

Al día siguiente al levantarme, me dolía mucho la cabeza y todo el cuerpo en general, al abrir los ojos no reconocía el cuarto en donde estaba, parecía algún tipo de cuarto de madera con artículos históricos extraños para la época, no tenia idea de lo que estaba pasando, empecé a buscar mi teléfono para ver que hora eran o comunicarme con alguien pero no lo pude encontrar y empecé a buscar o reconocer el lugar en donde estaba, en eso me encontré con un espejo y vi una señora no tan grande sino que debiera tener como sus 30 años, era una señora regordeta con grandes senos, pelo castaño y unos hermosos ojos verdes, pensé que estaba solo en la habitación pero no me di cuenta de ella.

—Disculpe señora, ¿sabe dónde estamos?

A lo que la señora no me respondió y fue ahí cuando me di cuenta de algo aterrador, la señora parecía mover los labios al mismo tiempo que yo, asustado decidí levantar mi mano para saludar a lo que vi como el reflejo igual levantaba su mano

[—Esto no puede ser posible, no dime que no es verdad]

Toco su rostro y pudo sentir una piel suave y como sus cachetes regordetes eran tocados al mismo tiempo en el reflejo

[Me convertí en una señoraaaa, ¡¿qué diablos está pasando?!]


Transportado a otro mundo como la mamá del héroeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora