62. La bestia

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Eres un gigante de acero

Con alma de diferentes hombres,

Con agudo ruido que aturdes

Hasta los nublados pensamientos.


Llevas himno: ruido de herreros

Coses la boca a las suplicas

Llevas bajo tu nombre las fosas

Te tragas con ganas los tormentos.


Multiplicas ajenas lágrimas

Hasta llevarlas al seco yermo

Donde poco sopla el palpito,

Y se hacen globus en gargantas.


Diablo que se bebe las ganas

Con miedo buscan un lugar mejor;

Luz clara a través de los muros,

Son almas reclusas sin defensa.


Dueño de asesinos sin nombre

Lugar dónde dejas media vida

Ni cerca saludas la caridad

Caminas de mano con la morgue.


Se aglutinan: sed, frío, calor.

Ve pasar, huir las esperanzas,

Que no parece oportunidad;

No cesa al infierno derrotero.


Bestia, demonio que jalonas

El dolor, miedo y la muerte.

Ignoras a tan llenos albergues.

No conoces, vida en malezas.


Hurtas, robas, las preciadas cosas

Las diminutas bolsas de oro

A quien no lleva algún tesoro

Robas la más amplia vergüenza.


Arrancas sin lastima al candor

Sus debiluchos brazos y piernas.

Al pudor su ajuar y monedas,

Arrojas historias al bastidor.


Son polvo o se desaparecen

Manos se extiende para buscar

Y ofrecer escasa ayuda

Con gran rapidez, sin interés.


Infierno que atrae como imán.

Se es tiro en blanco en todo

Eres mal sueño en el infierno

Penuria para quien te rodea.


Se llevo la presencia de padre

Se llevo, a primos y hermanos

Arranco mitad de matrimonio

La alegría de una madre.


Llevo la ausencia en círculos

De aquellos que cargan y llevan

La poca esperanza sin piernas.

Con fuerza se llevó el miedo.


Se llevo grande y buena suerte.

El rastro, dejando mal recuerdo

La existencia, la ilusión

Un soñador, que aún no vuelve.


Como sueño, dejas el desvelo

Con su gran ruido industrial

Callas bruscamente las suplicas,

Tú, máquina, la voz ha callado.


D. Alexander M. G.



Fugaz instante (timón del momento)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora