Eres un gigante de acero
Con alma de diferentes hombres,
Con agudo ruido que aturdes
Hasta los nublados pensamientos.
Llevas himno: ruido de herreros
Coses la boca a las suplicas
Llevas bajo tu nombre las fosas
Te tragas con ganas los tormentos.
Multiplicas ajenas lágrimas
Hasta llevarlas al seco yermo
Donde poco sopla el palpito,
Y se hacen globus en gargantas.
Diablo que se bebe las ganas
Con miedo buscan un lugar mejor;
Luz clara a través de los muros,
Son almas reclusas sin defensa.
Dueño de asesinos sin nombre
Lugar dónde dejas media vida
Ni cerca saludas la caridad
Caminas de mano con la morgue.
Se aglutinan: sed, frío, calor.
Ve pasar, huir las esperanzas,
Que no parece oportunidad;
No cesa al infierno derrotero.
Bestia, demonio que jalonas
El dolor, miedo y la muerte.
Ignoras a tan llenos albergues.
No conoces, vida en malezas.
Hurtas, robas, las preciadas cosas
Las diminutas bolsas de oro
A quien no lleva algún tesoro
Robas la más amplia vergüenza.
Arrancas sin lastima al candor
Sus debiluchos brazos y piernas.
Al pudor su ajuar y monedas,
Arrojas historias al bastidor.
Son polvo o se desaparecen
Manos se extiende para buscar
Y ofrecer escasa ayuda
Con gran rapidez, sin interés.
Infierno que atrae como imán.
Se es tiro en blanco en todo
Eres mal sueño en el infierno
Penuria para quien te rodea.
Se llevo la presencia de padre
Se llevo, a primos y hermanos
Arranco mitad de matrimonio
La alegría de una madre.
Llevo la ausencia en círculos
De aquellos que cargan y llevan
La poca esperanza sin piernas.
Con fuerza se llevó el miedo.
Se llevo grande y buena suerte.
El rastro, dejando mal recuerdo
La existencia, la ilusión
Un soñador, que aún no vuelve.
Como sueño, dejas el desvelo
Con su gran ruido industrial
Callas bruscamente las suplicas,
Tú, máquina, la voz ha callado.
D. Alexander M. G.
ESTÁS LEYENDO
Fugaz instante (timón del momento)
PoetryPoemas que han nacido pequeños y delgados, entre frías y cruzadas banquetas, de un parque de hojas secas, en presencia de las huellas de la lluvia, el paso tranquilo de la noche, entre cuchillas y garganta. Otros por cargar a sus hombros la prisa, d...