Capítulo 12

1K 145 11
                                    




Lia Blake

Lo único que tengo claro en este momento es que la vida no está hecha para mí. Yo solo quería ser feliz, libre, tener una vida como cualquier chica de mi edad, pero claramente eso no estaba escrito en mi destino. ¿Pensáis que nuestro destino está escrito? Muchas personas creen que desde que nacemos nuestro destino ya está escrito, que todos estamos predestinados a algo, pero de verdad ¿este va a ser el mío? ¿Sufrimiento? ¿Dolor? ¿Conseguir que me maten? Porque eso es lo que me están dejando claro ver que es el mío, y me niego a aceptarlo. No voy a permitir que logren acabar conmigo ninguno de los dos, no pienso rendirme y haré lo que haga falta, lucharé  para poder sobrevivir.

Después de lo sucedido anoche y de la propuesta que me hizo Eric...bueno que más bien fue como una amenaza, o vienes o no te dejaré tranquila quiso decir, Adam nos trajo de vuelta a casa de Amalia. Antes de irme de casa de Eric, cuando salí de ese asqueroso sótano les conté a todos lo que había sucedido dentro y como os podéis imaginar, todos estaban sin poder creer lo que oían. Amalia estaba histérica, lloraba y se lamentaba por haberme traído. Adam no paraba echarse la culpa y lamentarse también, Aiden estaba furioso y solo me decía que hablaría con Eric para intentar convencer de esa gran locura, que cuidaría de mí y no permitiría que alguien me hiciese daño. Ethan seguía igual con su postura de serio y oyente en mis palabras, pero parecía también como si estuviese molesto y James opinaba igual que Aiden y me dijo que también me ayudaría asique por esa parte agradecí a todos por toda su ayuda.

Cuando por fin llegamos a su casa, no tenía ganas de hablar, no tenía ganas de nada, estaba tan cansada mentalmente que solo quería dejarme caer en la cama y dormir, y eso es lo que le dije a mi amiga y ella con una tristeza en sus ojos asintió.

Por la mañana me desperté tarde, era fin de semana y por tanto no había clases. Amalia aún seguía durmiendo y no quise despertarla. Estuve un buen rato pensando, analizando y procesando todo lo ocurrido. No se qué voy hacer, no se cómo voy a lograr conseguir ir. Me dediqué a pensar todas las opciones posibles para escaparme de casa sin que David se diese cuenta, y la verdad que no logré encontrar una buena forma. ¿Cómo lo haríais vosotros? Porque a mí no se me ocurren muchas ideas, mi imaginación no da para tanto. ¿Escaparme por la ventana? Esa sería una buena opción, pero la altura de arriba al suelo es un poco alta y seguramente podría romperme una pierna o yo que se que. También se me ocurrió la idea de darle somníferos y así se dormiría ¿esta os gusta más no? ¿a que sí?, pero hay un pequeño detalle y es que ofrecerle algo para beber a David? Ja, eso nunca ha pasado, va a ser raro y se va extrañar porque tonto no es, por lo que lo descartamos también. En verdad estoy pensando en cosas estúpidas y creo que lo más fácil sería decirle que me quedo un día más con Amalia asique si eso haré.

-Lia... -escucho la voz de Amalia y me quita de mis pensamientos.

-Buenos días –le digo con una dulce voz.

-Lia... no se muy bien que decirte... ni como ayudarte... –me dice apenada y confusa.

-Amalia no te preocupes, todo saldrá bien, iré luego a esa misión y todo habrá acabado –le digo intentado tranquilizarla e intentando quitar preocupación al asunto aunque estoy por dentro muerta de miedo y en pánico.

-Lia necesito que me digas que viste anoche para poder entender todo esto, vistes algo que no deberías haber visto y quieren callar tu boca.

-No puedes saberlo si te lo digo estas en peligro tu también, entiéndelo -ella asiente y se queda unos segundos pensativa. Luego vuelve hablar:

-Me arrepiento de haber conocido a Adam, si no lo hubiese conocido ahora... -intenta decir pero la interrumpo

-Deja de lamentarte Amalia –empiezo a decir agarrándola de la mano -Ya está hecho y no hay vuelta atrás, además parece buen chico bueno quitando a que pertenece .... –iba a decir a un grupo de asesinos –me refiero que se junta con gente peligrosa –digo finalmente.

Hasta que logren acabar conmigoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora