7.

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Capítulo 7.

HEATHER.

Joe abandona mi habitación en el momento exacto en que la puerta principal de mi casa se cierra de golpe. Ellos están aquí, mis jodidos padres han vuelto a casa.
Él me observa sabiendo perfectamente que hacer, deslizando su cuerpo de casi un metro noventa por mi ventana, sale al exterior y se va.
Solo hemos fumado un poco de yerba y bebido algunas cervezas. Quería follar con él, quería desprenderme de mi cuerpo y dejar que hiciera lo que quisiera conmigo, quería escucharlo decirme todas aquellas cosas que merezco, todas aquellas cosas que soy. Pero no ocurrió, él tenía planes más importantes.

Ya me siento demasiado molesta como para tener que enfrentarme a mamá y papá. Escucharlos llamar mi nombre me irrita y lo único que deseo es poder irme también, saltar por la estúpida ventana y desaparecer, tanto de sus vidas como de la faz de la tierra.
No hago ningún esfuerzo por expulsar el olor a alcohol, tabaco y yerba de mi habitación mientras escucho como suben las escaleras.
Me duele la cabeza y aún puedo escuchar el zumbido en mis oídos por la mezcla de drogas que he ingerido. La habitación gira, pero no suficiente como para hacerme perder la razón, debí haber bebido más, debí meterme más pastillas por la garganta, debí saltar por la ventana.

-Heather —Me llama ella, abriendo mi puerta de par en par. Sus ojos negros de encuentran con los míos y luego observa a su alrededor, notando el desastre —Heather... ¿En que has convertido tú habitación?

No respondo. Me siento en la cama, esperando que pase lo que tenga que pasar y el temblor de mis extremidades se detenga. Papá aparece detrás de ella y aquella sonrisa en sus labios se desvanece. Pareciera que fuera a decir algo, pero solo se queda allí, mirándome decepcionado. Lo sé, yo también veo la decepción cada mañana cuando me miro en el espejo.

-Creí que no volverías hacerlo —Dice al fin, entrando en mi habitación mientras mamá continúa de pie junto a la puerta —Prometiste que no volverías a fumar esa cosa, pero cada rincón de esta habitación huele a marihuana.

Sí, eso ya lo sé.

-Heather —Continúa ella y la miro —Háblanos, siempre te hemos dicho que puedes confiar en nosotros.

-¿Qué debería decir? —Pregunto —¿Lo prometo, no volveré hacerlo?

-Eso sería pedir demasiado —Musita papá paseándose por mi habitación. Sus dedos se deslizan por mi escritorio y retira una capa de polvo —Te dejamos aquí sola en casa, porque confiamos en ti. Creímos en tus palabras, nos miraste a los ojos y nos dijiste que estabas bien, que no debíamos preocuparnos —Él me observa, tranquilo pero decepcionado —Hemos estado dando charlas a cientos de adolescentes, mostrándole las consecuencias de las drogas, lo que ocurrió con Francis... Y tú, tú estabas aquí... —Papá desvía la vista y observa el tacho de la basura —Limpia esto, es todo lo que diré.

Él abandona mi habitación. Mi mentón tiembla a causa del nudo que se forma en mi garganta, solo quiero estar sola.
Pero mamá no me hace las cosas fáciles, ella entra en el lugar y comienza a retirar las latas de cervezas vacías.

-Déjalo, lo haré yo —Se me quiebra la voz al hablar, odio la sensación, solo vete.

-La próxima semana volveré al trabajo, pero encontraré un momento libre durante la tarde para pedir un hora con la psicóloga Danet Bell —Dice —Date una ducha, ordena el desastre y luego bajarás a cenar. No dejaré que eches a perder tu vida.

-Quizás ya es demasiado tarde —Murmuro, pero ella no me escucha, porque abandona mi habitación tan rápido como le es posible.

Durante minutos me quedo sentada en la cama, mirando la pared. La casa pareciera que estuviera vacía aunque ya no lo esté.
Mis padres ya no son lo que un día solían ser, la calidez, los abrazos de bienvenida, los saludos cariñosos, todo desapareció cuando Francis murió.
No cumplir aquella promesa que hice mirándolos a los ojos no significa nada para mí, así como no significa nada para ellos. Todo es un montaje, no existe preocupación, no existe responsabilidad. Arthur y Aerynne Johnson han dejado de quererme, puedo sentirlo y puedo verlo en sus ojos. He soñado con ellos, estando solos, siendo un único matrimonio sin hijos y jamás los había visto tan feliz.

OBSERVA LAS MARIPOSAS - BY NATH 🥀Donde viven las historias. Descúbrelo ahora