Im Nayeon inspectora de policía en el distrito central de Seúl.
Yoo Jeongyeon narcotraficante y sicario a sueldo.
Un desesperado encuentro, encenderá las ganas de una interminable pasión, que solo puede terminar en dolor.
Las primeras impresiones no...
Desde nuestro primer encuentro supe que había algo extraño en ti, tu sonrisa, tu caminar, tus ojos, solo fueron un cruel engaño para desviar mi mente e ignorar mis presentimientos.
Todo lo que creamos fue víctima de mentiras y engaños, de secretos bien guardados, de noches donde te aseguraba estar en un sitio totalmente diferente en donde me encontraba, noches en las cuales hacía lo que mejor se me daba.
Desearía haber sido otra persona, con otras costumbres, oficios, adicciones... Pero a fin de cuentas, si yo hubiese sido otra persona a lo mejor no te habrías enamorado de mí. Te enamoraste de una persona que no conocías, pero que jurabas conocer, y no te juzgo, en el fondo tú y yo nunca nos llegamos a conocer, a lo mejor no te llegué a conocer por completo, pero juro que amé cada parte que me dejaste ver por más falsa que fuera.
Voy a extrañar todo de ti, la forma en la que hablas, te ríes, lloras, besas, la forma en la que te enfadas, comes, cantas, gimes, duermes....
Siento que nuestra historia haya acabado así pero, entre finales tristes, este será el más feliz y hermoso. Nuestro mejor final es uno en el cual tú y yo no estemos juntas, donde yo no sea lo que tú juras destruir, eliminar y exterminar.
Me gustaría haberte explicado muchas cosas, pero a pesar de lo que soy, tengo miedo de que no lo quieras escuchar todo lo que este alado tiene para decirte.
Te desea lo mejor.
Te quiere
Jeongyeon.
{Tres Meses Atrás}
(02/03) Seúl, Corea. 22:03 h.
Mierda, mierda, mierda.
Era todo lo que podía pensar Nayeon. Resulta que después de darle el alto a un jovencito que se encontraba vendiendo sustancias no muy legales, este, en vez de hacer las cosas más fáciles para todos, se echó a correr como si no hubiera un mañana, involucrándola en una persecución a pie.
El joven, salió disparado hacia una calle al lado del casino donde se encontraban, Nayeon, que se encontraba a un metro del chico, optó por dar una gran zancada y agarrarle del jersey, consiguiendo así pararlo en seco, pero no contó con que el joven le asentara un fuerte cabezazo, cabezazo que la dejó viendo a los dioses durante varios segundos.
Terminamos bien el día
El chico aprovechó los segundos en los que la agente soltó su jersey, para correr hacia una valla de alambre de por lo menos dos metros de alto e intentar con éxito saltarla, Nayeon, que se encontraba aún aturdida por el fuerte cabezazo del joven, limpió su mano ensangrentada en su camiseta y saltó la valla dispuesta a atrapar al camello.
Camello, que no contaba con ser casi embestido por un coche al final de la calle, Nayeon, que estaba comenzando a enfadarse seriamente, aprovechó esa ocasión para tirarse encima del chico, quedando este con la cara contra el suelo.
-Espero que te haya gustado tu última carrera al aire libre, porque te aseguro que no vas a volver la luz del sol durante mucho tiempo - Escupió Nayeon mientras agarraba con brusquedad sus dos manos por la espalda y le ponía las esposas.
-Hazme el favor de levantar tu maldito culo del suelo, no tengo todo el día - Exclamaba Nayeon, esperando a que el joven se levantara mientras ella intentaba parar la hemorragia de su ceja.
Te odio Park Jihyo, tú y tu manía de coquetear con jovencitos.
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