C-Volkacio-🦋🍃

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Días previos antes de viajar a Londres.

Como ya se había hecho una pequeña costumbre, Horacio despertaba en una habitación que no era la suya.

Aunque muchas veces era porque ya era algo tarde como pasa seguir dormido, esta vez fue porque sintió unos labios sobre su frente y una mano acariciando la suya.

Sólo abrió uno de sus ojos y divisó el gafete que colgaba del cuello del peligris con el que compartía la habitación.

Quería fingir estar dormido para que Viktor no se apartara todavía y le siguiera acariciando la mano, pero sus mejillas enrojecieron y se pusieron algo calientes. Aún peor cuando le besaron una mejilla.

Aunque eso hizo que el federal se diera cuenta de que estaba un poco caliente. Su mano dejó la del ex director del FBI y se posó sobre la mejilla del mismo, acariciándola un poco, también apartó un poco unos cabellos que le estaban estorbando.

—¿Hache...?

—¿Mmh...?

—¿Te encuentras bien?

—S-sí... ¿Por qué no lo estaría? Buenos días...

—Buenos días... ¿Seguro? Pareciera que tienes fiebre.

—No, no... para nada. Oye... pensé que era mentira...—Se sienta en la cama.

—¿Qué cosa?

—Que me besabas la frente antes de irte.

—No, no, te dije que sí lo hacía. ¿No me creías?

—Bueno... joder, realmente creí que te estabas burlando de mí.

—¿Burlándome de ti? Joder, Hache, ¿Por qué piensas eso?

—No lo sé, creí que... sólo bromeabas por lo de... ya sabes qué.

—Que no, que no.

—Es que... no me lo esperaba, ¿Qué querías que pensara? ¿Que de la nada me darías un beso en la frente antes de irte a trabajar? Claro que no, cojones...

—Pues ahora ves que sí.

—No te enojes...

—No estoy enojado.

—Sí lo estás.

—Hache.

—¿Qué?

—¿Quieres que te lo demuestre?

—Muéstramelo... y también que no estás enojado.

El más alto casi se atraganta con su propia saliva.

—Joder... bien, te demostraré que estás equivocado.

—Ay, sí... Como si fueras a-

Viktor le tomó las mejillas, callándolo.

—¿Qué coño haces?

—Lo que debí haber hecho ese día que te me declaraste en comisaría... y lo que debí haber hecho el día en que nos reencontramos. Horacio...

—¿Si?

—Horacio... yo... люблю вас.

—¿Komo...?

—Que te amo, coño... Por eso los besos, por eso acepto tus citas, por eso te preparo el desayuno antes de irme... joder, te amo y mucho. Me cambiaste por completo... tanto que ahora puedo decirte lo que siento por ti.

Los ojos heterocromáticos del de cresta roja se empezaban a cristalizar. Aún era sujetado suavemente por el ruso.

—Te amo... mucho. Te amo y... no quiero perderte, por eso hago lo posible para... librarte de esa acusación, sé que no fuiste tú, porque te conozco, porque pude conocerte mejor todo este tiempo, sé tus mañas para que pague yo en el mecánico, sé lo que te gusta, sé que te gusta dormir abrazado a una almohada o a mí... que ese osito que tienes es especial para ti, que... extrañas a Gustabo... que te gusta cuando... jugamos un poco aunque sea en el trabajo. Que te relaja que te acaricien la cresta y así te duermes.

Mientras hablaba, al fin, expresándose libremente, Horacio había empezado a derramar lágrimas, escurriendo el rastro de maquillaje que no quitó el día anterior.

—Sé que te gusta maquillar tus ojos, que eres coqueto con otros para darme celos, sé muchas cosas de ti... y también sé que... Me gustas... ¿Yo te gusto?

El moreno asintió frenéticamente y cerró los ojos.

—Dame un abrazo... por favor...

—Sí...

El otro se sentó a su lado y lo abrazó, cubriendo su cuerpo con el suyo. Sintiendo como Horacio le correspondía.

Por un segundo se separaron un poco y sus labios se encontraron al fin, luego de tanta espera.

El pelirrojo tomó al federal por las pistoleras y se acostó en la cama de espaldas, jalandolo para que estuviera encima, a lo cual no se opuso en ningún momento.

—¿Puedes llegar un poco tarde al trabajo hoy?

—¿Por qué?

—Porque papi Horacio se quiere divertir con el oficial.

—¿Komo dices...? Wah—Había sido tirado a la cama y Horacio se subió encima—Hache, estás yendo muy rápido.

—No, tú vas muy lento... te voy a poner en x2... y tú me pondrás en x4.

Eso hizo que el ruso se sonrojara. Aunque sus ojos azules se le quedaron viendo al hombre que tenía arriba suyo.

—Hoy corono.

—Coronamos...

Horacio dejó escapar una risita y luego su agachó para besarle las mejillas al federal, quien tomó la cintura del contrario con una mano para luego atraerlo hacia él, pegandolo a su pecho lo más que pudo.

—¿Seguro que quieres ir tan deprisa? Podemos... quedarnos aquí... abrazados... ¿Sabes?

—Bueno... Ok, para luego será. Pero no hagas tortitas... yo haré el desayuno esta vez, será Rial Fut...

Recordó las palabras de su hermano y sonrió con nostalgia mientras abrazaba el cuerpo del ruso que estaba debajo suyo.

—люблю вас, Hache...

—La tuya por si acaso.

Eso hizo reír al de cabello gris, contagiando al moreno con su risa.

Eso hizo reír al de cabello gris, contagiando al moreno con su risa

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Créditos del Fan art a: @Pxkibu en Twitter.

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