Contrareloj

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Compas, una disculpa el atraso. Avisé en mi perfil que he estado muy enferma y apenas he podido levantarme a agarrar la compu x.x 

*

— ¿Recuerdas, Kaoru? ¿Recuerdas cuando me llevaban a jugar contigo? Antes de que me llenaran de agujas solías leerme un libro... No recuerdo cuál era el nombre, pero era la historia de un conejo que cruzaba todo el mundo para encontrar a su amigo conejo que se había ido de viaje... A veces recuerdo ese cuento con mucho detalle, y a veces es un relato borroso, pero te recuerdo a ti leyendo, y te recuerdo llorando cuando era tu turno de entrar a la habitación donde te hacían pruebas a ti. Creo que tú eres mi amigo conejo al otro lado del mundo, y yo soy el conejo que irá a buscarte.



El pelirrosa abrió los ojos nuevamente mientras parpadeaba varias veces para aliviar la resequedad con la que amanecían sus ojos.

Kojiro estaba aún dormido detrás de él. Los dos estaban acostados de cucharita, completamente entrelazados. Poco le duró el silencio, pues un par de minutos después el peliverde despertó también.

Kaoru se dio la vuelta para poder verlo de frente. Los dos se observaron cuidadosamente. Kojiro sonrió con ligereza.

—Buenos días —dijo el guardaespaldas.

—Hola.

Ese día tenían que hablar con los otros muchachos guardaespaldas. Habían pasado ya dos semanas y aún no podían separarse por mucho tiempo sin sentir desesperación, por lo que Kojiro no había podido ver para nada a sus compañeros.

Quería disculparse con ellos por haberles complicado el trabajo, pues ahora debían cuidarlos a ambos. Esa era la única indicación que habían recibido hasta el momento. No habían obtenido otra respuesta todavía, pero aún así debían hablar con ellos.

Kaoru se puso de pie primero. Necesitaba ir a darse un duchazo de agua fría, y Kojiro lo siguió y lo esperó sentado en el inodoro hasta que terminara.

—David y Gandhi nos van a matar —dijo el guardaespaldas.

—Mientras no les hagan nada, todo estará bien para ellos. Ahora lo que necesitamos es robar ese maldito control que me maneja.

Kojiro se quedó en silencio por algunos segundos. — ¿No crees que sería buena idea contarles a ellos?

— ¿Contarles?

—Sí, sobre todo esto. Así podremos tener más manos que nos ayuden. O tal vez no decirles todo, pero si sus familias deciden intervenir eso nos ayudaría.

—No creo que sea una buena idea. Según mis padres, solamente la familia de David tiene bastante poder, los demás tienen familias comunes.

—Podemos averiguarlo. No creo que todos estén tan vulnerables.

Kaoru lo miró con una mezcla de ternura y desesperación.

—Mi amor, tu padre tiene un restaurante. De no ser porque eres mi persona destinada, también estarías en la misma situación —dijo el pelirrosa.

—Bueno, pero todos los demás tienen familias más grandes. Yo sólo tengo a mi padre.

—Podemos intentar contarle a Suha. Tal vez su amigo de la escuela nos pueda ayudar de forma externa y... ¡LA ESCUELA! ¡¿Cómo está Yua?!

Kojiro abrió mucho los ojos. Se había olvidado de ella por completo con todo lo que estaba pasando.

—Ya debe haber tenido la cirugía —dijo el peliverde—. Espero que esté bien. Todos desaparecimos de la escuela sin decirle nada.

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⏰ Última actualización: Jun 02, 2022 ⏰

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