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Se la habían pasado muy bien, demasiado para tener una segunda vida. La verdad fue mas como una, emm... comida para saber mas de Thalia, ponerse al día y así.

Contaron planes a futuro, razones y anécdotas, esto abrio mas la mente de todos los murciélagos, dándose cuenta de que ella había llegado para quedarse.

Tim y Thalia empezaron un vinculo, uno como el que Jason tenia con ella y eso emocionaba a Tim, amaba a su familia pero, había que admitir que faltaba una mamá, una que si lo fuera que no solo simulara, una que sepa que era tener un niño en su vientre y esas cosas. Thalia le dijo que no buscaba que la aceptara porque fuera solo la madre de Damian y porque estará con Bruce, sino porque se lo gano.

También paso algo muy emotivo aparte de todo eso, que hizo decidir a Bruce que esto no seria un juego, que la quería a su lado.

En un momento, con razones más clarar y al parecer sin dudas en el camino, se escucho la vos de un niño abandonado y con ansias de amor materno.

-Solo prométeme algo- dijo mirándola con seriedad. Ella hizo lo mismo y asintió segura, tenía un aire infantil -Que tu no te iras, que no solo vienes a ilusionarnos como ella, que tu vienes a tratar de darnos lo que perdimos y que se que merecemos, sobre todo Dami- dijo con pequeñas lagrimas acomulandose en sus ojos, con temblor en su vos pero igual con mucha seguridad -Prometeme que tú si serás nuestra mamá para siempre...-

Para eso todos en la mesa la voltearon a ver, esperaban esa respuesta, que no admitirían que anhelaban... solo fueron horas, pero ya la querían ahí, para siempre, hasta ese momento tan grande que están pensando, hasta a ese ya querían que ella fuera que los acompañara y les diera ánimos.

-Eso no lo dudes- fue la frase que menciono con tanta seguridad, que hizo que Tim por fin soltara esas lagrimas. Al final, solo tenia 14, solo 2 años más que Dami.

Ella lo único que hizo fue cambiar de lugar, sentarse a u lado y acurrucandolo en sus brazos; ella sabia que como niño, esperas todo y das todo para tenerlo. El niño en sus brazos ya estaba tan solo, tan cansado, con un corazón rabado para solo al final ser desechado, que con sus pocas esperanzas lo único que hizo esta noche fue, darle todo su amor a espera de que sea protegido, amor que ella resguardara por la eternidad, el amor que ellos deseen darle lo guardaría como la esperanza en la caja de Pandora.

La escena fue guardada discretamente por una cámara robada, una cámara adquirida esa día por el canario vestido de rojo pero en estos momentos, en manos del cardenal.

Los otros 3 varones veían todo con una sonrisa, los menores siendo rodeados por la zona del hombro por lo brazos del patriarca, esta es el inicio de la aceptación de la nueva integrante; es el nuevo rosal del jardín, rosas negras pero brillantes, con muchas hojas para evitar pincharte, desértica que parece nunca se seca, ni pide mucho como para que la sigas viendo todos los días al llegar a casa, solo algo de agua de vez en cuando, pero mucho sol.

Thalia es una rosa del desierto, no pide que le digas te amo todos los días, ni abrazos o besos todos los días, solo de vez en cuando una sonrisa o una ligera charla hasta un pequeño favor, solo pide verte todos los días, un mensaje de si estas bien o solo los buenos días cada mañana para seguir radiante, con sus colores y sus hojas, con ese amor y sonrisa.

Al acabar regresaron a casa, Thalia cargaba las cositas pequeñas de los niños, mientras Jay y Bruce cargaban a los infantes ya dormidos tapados por las chamarras de estos.

-Cariño nosotros dejaremos los niños en sus cuartos, tu ve a prepararte para dormir- calmadamente se dirigió a su casi prometida.

-Esta bien, igual yo ire a verlos más tarde en la cueva- informa para después dirigirse a su habitación.

Justo llegando a ella, al final del pasillo se veía la luz de la luna, que dejaba ver la silueta decaída del mayor de los niños de su pareja.



El reto es dormir al demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora