CAPÍTULO 9

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Nos llevaron a el patio del árbol.

Yo: ¡Soltame, villero de mierda!

Dios: ¡Soltame, pedazo de puto!

Me pusieron otra vez las manos en la tetas.

Yo: ¡Te dije que me dejes de tocar, gato!

Dios: ¡Deja de tocar a mí hermana, pedazo de puto!

Bruni: ¿Ustedes pensaron que se iban a llevar toda la vida de arriba, no?

Yo: más vale.

Mario: ¿Vas a plantar un árbol, Bruni?
No te hacia el jardinero.

Bruni: Voy a enterrar a dos hijos de puta.

Moco: ¡Bruni!
A Sol dejala.

Bruni: ¿Querés acompañarla?
Agrandamos la fosa.

Dios: ¿Te haces el vivo con estos cagones con mascarita?

Yo: ¿Por qué no dan, la cara pedazos de putos?

Bruni se me acercó.

Bruni: ¿Querés que de la cara?

¿Quien no la da?

Comenzó a golpearse.

¿Quien?

¿Quien?

Puse cara de asco.

Mario: Pégame un tiro a mí, boludo
¿Que haces todo este circo...?

Bruni: No te quiero matar, pedazo de mierda.

Te voy a dar a elegir.
¿Entierro viva a tu hermana o a tu hermano?

Yo: ¡Ni se te ocurra, viejo puto!

Bruni: No sé porque te doy a elegir, si los voy a enterrar a los dos.

A mí no me diste opción, y eso que te la pedí.
Y mandaste a hacer mierda a al más débil, a Marquitos.

¿Quien va a garpar por eso?
¿Vos o tus hermanos?

Mario: Yo, yo.
Matame a mí hijo de puta.

Yo: ¡No Mario, vos no!

Bruni: ¡Cállate, pendeja!

Dios: ¡Matame a mí! ¡A mis hermanos no le tocan ni un pelo!

Mario: Deja a mis hermanos, tranquilos.

Metete conmigo, hijo de puta.

Bruni: Entirrenlos ya.

Mario: ¡No, mis hermanos, no!

Me pegaron una piña, lo único que escuchaba eran los gritos de Mario. Me desmayé y aparecí en la tumba, Dios comenzó a gritar

Yo: ¡Diosito!
¡Diosito, tranquilo!

Dios: ¡Jere!
¡Jere, me escuchas!

Yo: ¡Si, pero necesito que te calmes!
¡Si vos seguís gritando se te va a acabar el oxígeno!

Estuvimos hablando un rato, Dios se comenzó a desesperar porque le faltaba el aire. En un momento no se lo escucho más.

Yo: ¡Dios!
¡Dios, contéstame!

Me empeze a agitar, me faltaba el aire.
Ya no daba más, cerré los ojos y desperté con Mario abrazándome.

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