Historias Para No Dormir

La Oficina de los Asesinatos

Mi amiga Emily siempre fue muy curiosa. En nuestro pueblo hay un viejo edificio de oficinas que lleva cerrado más de treinta años. La historia dice que un empleado de esa oficina se dedicaba a asesinar a aquellos que se quedaban hasta la medianoche trabajando. El caso es que un día me invitó junto con su hermana Sarah de la que llevo años enamorado a hacer un tour por el destartalado edificio pasada la medianoche e intentar contactar con algunas de las víctimas por una oiuja. Nunca debí haberla seguido. Esa misma noche salí a escondidas de mi casa sin que se enteraran mis padres y me reuní con ellas a unas calles del edificio.

"Ya era hora de que llegaras Ben" me dijo mi amiga. 

Su hermana estaba a su lado y parecía emocionada por la aventura. Al llegar al viejo edificio de tres plantas, buscamos algún lugar por el que colarse, pues estaba tapiado. Nos colamos por una ventana rota y subimos hasta el último piso. La humedad había provocado algunos agujeros en el techo, pero como no llovía no nos importó. Sarah sacó el tablero de su mochila y empezamos.

 "¿Hay algún espíritu dispuesto a hablar?" preguntó Sarah primero. 

Los tres teníamos los dedos encima del vaso y me puse tenso cuando el vaso se movió hacia el sí. 

"No tiene gracia Em" le dije a mi amiga. 

"Yo no he sido" se quejó ella. 

"Callaos" nos regañó Sarah. 

El vaso se empezó a mover sin ninguna mano encima hacia las letras. "El asesino está con nosotros" nos dijo el ente. 

Nos pusimos blancos y salimos de ese piso a toda prisa, pero cuando bajábamos escuchamos romperse una ventana y nos escondimos separados. Me escondí en una vieja taquilla y me tapé la boca. Escuchaba los pasos por el pasillo en dirección hacia mi. Entonces noté un aliento frío en mi nuca y me puse tenso. 

"No hay escapatoria. Nos encontrará enseguida." Salí de la taquilla a toda velocidad y bajé por las escaleras sin mirar atrás. Lo último que recuerdo antes de mi muerte, es el grito de terror de Em antes del disparo.