A veces aunque todo marche bien, puede haber momento de insomnio, y eso justo estaba experimentando Denise. Posiblemente por la adrenalina de la emoción de esos días. El sueño fue intermitente, al grado de que prefirió levantarse antes de que Sarah se despertase y preparar el desayuno.
Después de estar alistada para un nuevo día, bajó a la cocina, con la intención de cocinar, al menos, hasta que se cuestionó lo que haría.Pensó que sería buena idea hacer lo mismo que el lunes, pero al revisar no contaba con los ingredientes necesarios. Eso hizo que comenzara a buscar por la cocina que otra cosa pudiera hacer, gracias a ello encontró un recetario. Lo ojeó hasta que una receta en particular llamó su atención; arepas.
Estaba muy emocionada de hacer esa receta, se veía bastante fácil, además de tener los ingredientes necesarios. Ya estaba imaginando la sorpresa que le daría a Sarah. Su imaginación empezó a volar, creando ese escenario en donde la mujer se deleitaba de la comida, hasta que el olor a quemado la sacó de esa ensoñación. Al regresar la vista al sartén, se percató que la masa se estaba quemando. Esto la preocupó y de forma rápida quiso poner la arepa en un plato con la mano para salvarla, cosa que le provocó una quemadura, leve, pero dolorosa.
—Bueno... siempre el primero sale mal. —recordó las veces que llegó a preparar hotcakes y le pasaba lo mismo... pero sin quemarse.
—A veces sí. —contestó Sarah que estaba entrando a la cocina. —Lo que no es normal es que se queme así, estabas distraída, seguramente. El olor llegó a mi habitación.—pese a decir tal verdad, no se le notaba dejo de enojo o recriminación ni en su voz ni en sus ojos. Estaba con una sonrisa calmada, al menos hasta que notó la quemadura en la mano de la joven. Caminó hasta ella un poco más rápido para levantarle la muñeca, con cuidado de no lastimarla.
—Sí... un poco. Lo siento. —ahora sentía bastante vergüenza por haberse quemado dé una manera algo torpe. Debió usar un utensilio.
—No te preocupes por eso, pero vamos a que te curen esa quemadura. —apagó la hornilla para evitar accidentes, entonces tomó sus llaves y con suavidad tomó de la otra mano a Denise para llevarla donde Julieta Madrigal ayudaba a los demás aldeanos con algunos malestares.
La extranjera se sentía un poco avergonzada, no sólo había hecho que Sarah no desayunara, sino, que ahora la tenía que llevar a que la sanaran. Era un sentimiento bastante abrumador de culpa. Cosa que para Sarah, parecía algo normal, pues, se la pasó platicando de varias situaciones en las que la Madrigal la había ayudado con sus arepas.
Cuando llegó, se sorprendió la cantidad de personas que estaban haciendo fila para obtener la ayuda de la mujer. Sarah dejó a Denise en la fila y fue a saludar a Julieta, de manera bastante animosa.
—¿Te pasó algo? —una voz cálida le habló a la de cabellos bicolor, haciendo que volteara y solo lograra asentir de manera lenta con la cabeza. —No te preocupes, no estés asustada. Mi mamá te va a curar. Qué te pasó? —Mirabel le sonrió a Denise de la misma forma en la que hablaba, transmitiéndole confianza para que se relajara, pues, asumió que era nervios lo que sentía y no culpa.
—Me quemé al intentar hacer el desayuno... cosa que también quemé.—respondió de forma avergonzada.
—¡Oh! ¿Te lastimaste mucho?
—No, no. Por fortuna fue leve. —fue en ese momento donde cayó en cuenta que le dolía más de lo que pensaba, pues el malestar emocional era mayor que el físico.
La morena, tomó la mano de Denise cuando esta le mostró dónde se había quemado, inspeccionándola. Tras cerciorarse que efectivamente no era de gravedad, volvió a sonreír.
ESTÁS LEYENDO
Sólo tú y nada más(encantó)
أدب الهواةUn nuevo habitante llega al pueblo nadie sabe como llego o de donde proviene, esta persona afectara el destino de la familia madrigal para buena o mala forma pero mas de un integrante de la familia. NOTA: la historia transcurre unas meses antes de...