32. Soy tu novio, no tu compa.

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¿Qué se supone que está haciendo mi papá aquí? 

Este día solo quería tener paz, pero bueno, gracias, señor destino por arruinarme mis planes. 

Mi mamá y yo nos quedamos viendo al señor que estaba ahí, quien decía ser mi papá. Él estaba solo o al menos eso parecía.

Angela entra también a la alberca y se queda viendo a mi papá —¿Lo conoces? —me dice ella.

—Umjum, es mi papá.

—¿Qué? No, eso no puede ser cierto.

—¿A qué te refieres? —habla mi mamá.

—Él es el borrachito de la calle, hace tiempo lo conocemos y solía pedirnos algunas monedas para quien sabe que cosa.

—Bueno... No cambio siguió en los mismos pasos —le digo con un poco se enojó.

Al parecer él sintió nuestras miradas porque se nos quedó mirando como diciendo ¿Esto es real? 

—¿Jade? ¿Angela? —habla él.

Wow, al parecer a mí no me conoció. ¿Se supone que lo haría? Me dejó desde muy pequeño. Que idiota fui al creer que al menos después de varios años cambiaría. 

—Hola. —lo saluda Angela alegre.

—Hey, no hagas eso —me miro mal. 

—¡Iyari! 

—¡Borrachitooo! 

Okay que incómoda situación. Mamá y yo nos quedamos callados observando cada uno de sus movimientos.

Nada hacia nosotros, vaya, al menos eso es lo único bueno que tiene. 

—¿Quiénes son estos chicos? —le pregunta papá a Angela.

Mi mamá contesta de inmediato —"Estos chicos" —hace las comillas en el aire —Es tu hijo, y él... —señala a Carl —Es su mejor amigo, Carl. 

—¿Hijo? ¿Gregory? Oh por dios, que grande estás mi amor...

—No me digas mi amor, ni siquiera me reconociste, jódete papá. —me alejo de ahí nadando volteo y veo que Carl se echa un clavado y Angela e Iyari llegan hacia nosotros con una gran dificultad.

Me siento culpable por hablarle así a quien dice ser mi padre, y después dejarlo ahí con mamá... Sé que él la quiere o al menos eso recuerdo, no creo que le haga daño.

—¿Estás bien? —me dice Angela mientras se seca algunas gotas de agua que tiene en el rostro.

—Sí... O eso pienso ¿Desde hace cuánto lo conoces? —me voy acercando a la parte más honda de la alberca y ella me sigue.

—Mm, desde hace seis años, solía ir casi siempre por dinero, pero desde al rededor de dos años dejo de hacerlo y dejo de parecer un borracho —hace una pausa —Perdón, no quiero que supongas que...

La interrumpo —Oh, no te preocupes yo entiendo a lo que te refieres.

—Gregory, no sabía que él es tu papá —dice Iyari.

No digo nada, solo me encojo de hombros tratando de restarle importancia, pero fallo en el intento.

En ese momento alguien por debajo del agua me jalo del pie, logrando que me hundiera, claramente me estaba ahogando porque no tuve tiempo para tomar un poco de aire. 

Cuando logré estabilizarme tome impulso para poder estar fuera del agua. Mis oídos se taparon con el agua y escucho risas lejanas.

—Mierda, Carl ¿Qué te sucede? 

—Lo siento amigo, se notaba tu enfado a más de no sé cuantos kilómetros, quería quitártelo al menos un poco —me lo dijo todo eso entre risas. 

Ok no lo podía negar, su risa era contagiosa por lo cual comencé a reírme e Iyari y Angela por igual.

—Bien, yo iré con esta chica de aquí a divertirme —me dice Carl mientras me hacía señas hacia Iyari, se supone que ella no entiende nada, pero aun así se ruborizó, parecía jitomate.

—Yo... Jirafa... Me... Ahogo —me dice Angela, mierda, olvide que ella es un bicho.

Camino hacia ella entre el agua y logro alcanzarla para sacarla.

—¿Verdad que no es gracioso, Angela?

—Perdón por reírme hace rato —habla con un poco de dificultad —Gracias, ya estoy mejor. 

—¿Sabes nadar?

—Un poco, pero soy pésima en esto.

—Yo te enseñaré.

Estuve enseñándole al rededor de media hora, después subimos a los toboganes, comimos y esperamos a que pasará el tiempo para poder volver a entrar a la alberca. 

Por todo ese tiempo estuve ignorando un poco todo lo que paso con mi papá, hablando de eso... ¿En dónde están él y mamá?.

Salgo de inmediato de mis pensamientos cuando de repente se empiezan a escuchar unos gritos de una señora.

—¡Ay mi pie! ¡Me está sangrando mucho! 

Angela y yo vamos a ver qué es lo que sucede, cuando llegamos al lugar de donde provienes los gritos vemos a una señora ya de la tercera edad, que efectivamente le está sangrando su pie, bueno no era su pie, sino la parte del gemelo interno.

Oh, por dios, tal vez una várice se le había reventado, me da asco la sangre.

—Greg —me habla Angela un poco exaltada —En mi mochila hay una venda, ¡ve por ella!

—¿Por qué traes vendas? 

—Oh... Porque papá siempre dice que es bueno traer vendas, eso no importa jirafa ¡Corre! 

Salgo de ahí en busca de la venda que dice, santo cielo, tiene muchas cosas aquí, después de hacer un revoltijo en su mochila por fin consigo la venda.

Corro hacia el punto de los hechos y se la entrego.

Ella con paciencia pone la venda al rededor de dónde sale la sangre —No la puse muy apretada —le habla con una sonrisa —Llévela a la enfermería —le dice a la otra señora que estaba ahí. 

—Eres muy amable señorita.

—Lo más importante es la humanidad —le responde Angela —Que se recupere pronto.

Nos vamos de allí hacia donde antes estábamos.

—¿Por qué hiciste eso? —digo mientras paso uno de mis brazos por sus hombros atrayéndola hacia mí.

—Güey, si alguien te pidiera ayuda ¿La negarías? —da una pequeña risita.

—Soy tu novio, no tu compa —volteo mis ojos.

—Si, eso no importa ¿La negarías? 

—Claro que no, nunca.

Ya es hora de irnos y llegamos todos hasta el estacionamiento, esperamos unos minutos más y llega mamá con mi papá del brazo.

Ay, ¿Es en serio? 

—Vámonos —dice mi mamá sonriente.

—Espera ¿Con él? 

—¿Hablas español? Wow, sí que estoy sorprendido de ti.

—Si, tú también lo hablas muy bien, papá —finjo una sonrisa.

—Sí, con él —dice mamá, bueno... ¿Se puede verdad Angela? 

Entre todos se genera un silencio sepulcral, Angela pasa la mirada entre todos como si esperara que nosotros le demos la respuesta.

—Claro que sí... —habla forzadamente.

Oh genial, esto no va a resultar para nada bien. 

𝔊𝔬𝔱𝔞𝔰 𝔡𝔢 𝔞𝔤𝔲𝔞 𝔡𝔲𝔩𝔠𝔢 [Terminada ✓]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora