Sostenme fuerte (adaptación)

XX.Tú y yo

A Takemichi le gustaría decir que hizo algo productivo con su tiempo después de que Mikey se fue, pero eso sería una mentira.

Le gustaría decir que hizo un esfuerzo por ser sociable, pero eso también sería una mentira. No, prácticamente vivía en su habitación de hotel y era la definición de un adicto a la televisión. No habló con nadie, porque ignoró las llamadas de su tía y nadie más lo llamó.

Nunca había sido más evidente que no tenía amigos. Todos sus amigos siempre habían sido más de Hina que de él. Con ella fuera, claramente a ninguno de ellos le importaba lo suficiente Takemichi como para enviarle un mensaje de texto, y mucho menos llamarlo.

Puedes llamarlos tú mismo, dijo la voz sardónica de Mikey en su cabeza. Takemichi gimió y se tapó la cara con un brazo. Incluso su voz interior sonaba como la de Mikey en estos días. Estaba desesperado.

El tono de llamada de su teléfono lo hizo estremecerse. Takemichi suspiró, pensando que probablemente era tía Hasegawa de nuevo. Sacó el teléfono del bolsillo y miró el identificador de llamadas, por si acaso.

Era Chifuyu.

Después de un momento de vacilación, respondió.

—Hola, —dijo Chifuyu, su voz un poco tensa.

—Hola.

—Um, ¿cómo estás?

Takemichi arqueó las cejas. ¿De verdad?

—Estoy bien, gracias —dijo.

Una pausa.

—Has estado ausente sin permiso, amigo —dijo Chifuyu por fin, respondiendo a su pregunta no formulada.

—Estoy disfrutando de un poco de paz y tranquilidad, —dijo Takemichi. —¿Hay alguna razón por la que me estás llamando? —No me llamarías si no necesitaras algo de mí.

—Uh, sí —dijo Chifuyu, su tono vacilante.

Takemichi sonrió amargamente.

—Hanma Shuji ha despertado de su coma, —dijo Chifuyu.

Takemichi miró al techo, completamente indiferente a la noticia.

—¿Y? ¿Qué quieres?

—A Baji le gustaría recibir tu consejo sobre cómo proceder, —dijo Chifuyu.

Takemichi resopló, escéptico.

—¿Lo hace? ¿Desde cuándo?

—Está bien, no, pero sabes lo orgulloso que es—. Chifuyu sonaba cariñoso y un poco exasperado. —Sé que se siente culpable por llevar a la empresa a este lío y está decidido a arreglar todo él mismo, aunque está fuera de su área de especialización.

Eso sonaba más a Keisuke Baji. Un fanático del control.

Un idiota arrogante.

—Me temo que no podrá aplastar a Hanma con la fuerza de su personalidad, —dijo Takemichi, muy secamente. —Tuve el placer de tratar con Hanma hace unos años. Es tan asertivo como Baji.

—Lo sé. —Chifuyu suspiró. —Por eso necesito que hagas entrar en razón a Baji. Ha estado hablando con algunos abogados. Por favor, dile a Baji que debería intentar hacer las paces con el tipo en lugar de ir a la guerra con él.

—¿Por qué yo? Seguro que a él le importa más tu opinión que la mía.

—Sí, —dijo Chifuyu. —Pero confía en tu experiencia en este asunto. Él confía en ti para dirigir bien la empresa. Él sabe lo capaz que eres.