Capitulo 2

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Sé que lo amo, pero a la vez lo dudó. Y ya no sé si esto es amor o solo nos estamos aferrando a esa ilusión que teníamos antes de que nos hiciéramos novios, él podrá ser el más guapo, el mejor jugador, pero al final eso no ayuda a nuestra relación, siempre discutimos y cada uno le da por su lado. Se perfectamente que él quiere que sea más como sus amigas, que no me preocupe tanto por el estudió, que disfrute la vida, que salga a fiestas, ya que yo solo deseo pasear y platicar con él sin importar que pasen horas, contarle de mi día e inclusive disfrutó el hacer tarea juntos, pero he notado que a Diego esto le parece aburrido.

Ya ninguno de los dos nos esforzamos por fingir, cada día las discusiones suben de tono y gana
quien hiere más, el remordimiento ya ni nos pesa y el amor se va a la oscuridad…

Ayer tuvimos una de nuestras discusiones, pero está vez se fue un poco más lejos. Aunque parece una tontería, ambos somos tan orgullosos cómo para tomar la iniciativa y pedir perdón.

Hoy tenemos que entregar un proyecto que será contado para obtener la mitad de la calificación
del cuatrimestre, yo estaba tan atrasada en los temas ya que en varias ocasiones lo había dejado por salir o hablar con él. Había decidido que el día de ayer me pondría de lleno y no descansaría hasta terminarlo, una hora después de empezar mi proyecto, Diego me marcó para invitarme a un pequeño convivió que tendría el equipo de fútbol donde él era miembro, todos sus compañeros irían con su respectiva pareja, cómo le dije que no podía porque teníamos tarea él se molestó y colgó, estuve toda la noche esperando que llamará y me dijera que no iría a la fiesta y tal vez terminaríamos haciendo el proyecto juntos, pero nunca llamó y yo no lo iba a hacer.

Hoy me enteré que si fue a la dichosa reunión, aunque asistió solo y todos sus compañeros se
burlaron de él por tener una novia aburrida, supongo que eso lo tiene aún más de mal humor y quizá hasta me echó la culpa. Y puede que por ello no me ha dirigido la palabra en toda la mañana, hoy ni siquiera hubo regalo, en las peleas anteriores siempre encontraba un detalle, aunque no una disculpa, pero hoy ni siquiera una llama o mensaje, tal vez es porque está en el aula apurado tratando de terminar el trabajo, yo podría ayudarle pero tiene que saber escoger
entre la diversión y el compromiso, hay prioridades y si él quiere ser alguien en la vida tiene que sacrificar ciertas cosas, cómo dice mi papá, ayuna hoy para que comas mañana.

Tiene dos horas para terminar, espero que sus amigos le ayuden, sin embargo, lo dudo, ya que
ellos están muy divertidos en la cafetería, justo enfrente de la mesa donde estoy con mis amigos. Si Diego me pide ayuda con gusto lo ayudo, pero no lo va hacer y yo no voy a ir a rogarle. Que se las arregle solo, tal vez así se dé cuenta quienes son sus verdaderos amigos.

Historias inconclusasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora