๛ treinta y nueve.

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La luz diurna que se colaba de lleno a través de las claras cortinas de la habitación de Jean fue lo que terminó de despertar por completo a Charlotte. Abrió sus ojos con pesadez y echó un vistazo a su alrededor, su ropa seguía en el piso al igual que la de Jean, quién dormía plácidamente sobre el pecho de la chica. Trató de incorporarse, sin embargo le fue casi imposible, le dolían las caderas y el hecho de que una persona con la complexión física de Jean estuviese durmiendo prácticamente encima de ella no la ayudaba mucho, simplemente no podía moverse de ahí hasta que a Jean le diera la gana de salir de encima de ella. Dirigió sus delgadas manos hasta la cabellera de Jean y comenzó a acariciar su cabello con cuidado de no despertarlo, sus ojos verdes comenzaron a escudriñar cada parte de la figura dormida de su pareja y sonrió, ¿acaso era lógicamente posible que él fuera tan bonito?

Eres muy bonito, ¿lo sabías? —cuestionó en voz baja sin esperar respuesta alguna— No, claro que lo sabes.

—Sí, pero amo oírlo salir de tus labios.

Charlotte se sobresaltó en cuánto Jean respondió su pregunta y le sacó la lengua en cuanto este levantó la mirada para verla con una sonrisa en el rostro.

—¿No estabas dormido?

—Acabo de despertar, ¿qué tal dormiste?

—Uhm, bien, solamente me duelen un poco las caderas.—murmuró con vergüenza en sus palabras a lo que Jean rio y se inclinó para darle un piquito en los labios.

—Lo siento mucho, prometo no ser tan brusco la próxima vez. ¿Quieres que te haga desayuno cómo compensación?

Recuerdos fugaces de la noche anterior se presentaban en la mente de Charlotte cada cierto tiempo; besos, jadeos, gemidos, frases lindas, todo aquello pasaba fugazmente por su mente y no quería, pero terminó sonriendo cómo una idiota una vez más. Jean la volvía vulnerable, y odiaba admitirlo, pero le gustaba la sensación de sentirse así por alguien, se sentía bien, se sentía lindo.

—Sip.—asintió cómo una niña pequeña y Jean sonrió embobado, la adoraba— Panqueques, por favor.

—Lo que pidas, bonita.

El castaño se levantó de la cama y tomó su ropa antes de salir de su habitación rumbo al baño. Por su parte, Charlotte se quedó acostada en la cama, reviviendo cada momento de la noche anterior en su mente hasta que su teléfono vibró sobre la mesita de noche, avisando de una llamada entrante y obligándola a inclinarse hasta el mueble para contestarlo sin siquiera ver el remitente.

—¿Sí? —cuestionó una vez ya se había llevado al teléfono a la oreja.

—¡Al fin contestas, dios! —exclamó la voz frustrada del otro lado de la línea, era Floch y sonaba bastante molesto— ¿Sabes cuantos mensajes te dejé? ¿¡Es que acaso no sabes avisar que no vas a llegar!? ¡Maldita sea, Charlotte Brzenska!

—Lo siento.—fue lo primero que salió de sus labios en cuanto el monólogo de su mejor amigo terminó— Realmente lo olvidé, conversé con Jean y luego–

—No necesitas decirme que ocurrió después, puedo deducirlo.—la interrumpió con ironía— Me alegro de que las cosas estén mejor entre ustedes dos, ¿volverás?

—Sipi, esta noche iré a cenar con Jean así que tengo que volver para, ya sabes, arreglarme y esas cosas.

—Bien, te veo esta tarde entonces, te quiero.

Te quiero más, nos vemos.

La ojiverde colgó la llamada y con pereza en sus acciones se levantó, buscó sus bragas junto a alguna camiseta de Jean y se dirigió al baño en donde se aseó un poco antes de bajar a la cocina. Toda la primera planta de la casa olía a café recién preparado y a menta, lo cuál era probablemente porque Jean siempre le preparaba té de menta ya que no le gustaba mucho el café —a excepción del americano—, también había un muy leve aroma a panqueques, aquello sólo hizo su estómago rugir más fuerte. Irrumpió en la cocina y lo primero que vio fue la fornida espalda de Jean, sus músculos tensándose con cada mínimo movimiento que hacía; caminó silenciosamente hasta él y una vez estuvo lo suficientemente cerca, rodeó el torso desnudó de su pareja con ambos brazos, estrechándolo así en un abrazo algo raro, pero cálido.

troublemaker | jean k.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora