La mañana estaba tan tranquila ese día. El cielo se encontraba despejado. No habían indicios de haber lluvia. Solo parecía ser un caluroso día.
Los gemelos Itadori. Yuuji y Sukuna caminaban a la par hacia la nueva escuela a la que entrarían. Este último año, se decidieron por entrar en una escuela más cercana a su nuevo hogar, ya que tiempo antes surgieron unos problemas, por lo que de alguna manera terminaron en ese lugar.
Esta era una escuela normal, no tenía mucho de especial. Así que esperaban algo muy tranquilo en su llegada al lugar.
Sin embargo, al llegar fue todo lo contrario.
A las afueras de la escuela se encontraban un gran grupo de chicas con uniformes de la escuela.Todas con cintas en la cabeza, y con carteles con el nombre de alguien.
Aquella acción los dejó desconcertados.Sukuna visualizó el nombre escrito en ellos, y no lo pensó dos veces, deslizó sus dedos hasta el rostro de Yuuji y cubrió sus ojos. Con la otra mano tomó a Yuuji de la cintura, y lo llevó directo al salón, aunque sabía que probablemente sería inevitable, quería que sucediera más tarde que temprano.
Yuuji, por su parte no logró ver el escrito, ya que sólo le interesaba que era lo que seguía después. Era emocionante ver algo que normalmente no ocurría en las escuelas. Así que, cuando Sukuna cubrió sus ojos. Se enojo y entristeció. Pero no podía hacer nada. No podía reprocharle nada a su hermano. Sukuna era alguien muy testarudo y necio. Nunca escuchó a nadie hasta ahora. Por lo que, sólo tuvo que obedecer y seguir adelante.
Sukuna recorrió con dificultad los pasillos hasta el salón. Ya que, al mismo tiempo que ellos entraron. Las chicas también decidieron repentinamente entrar a buscar a Satoru. Y se podía decir que estaban en todos lados.
–Mierda...
Bufó, Sukuna.
La frustración invadía la mente de Sukuna. Toda la situación lo atrapó desprevenido. Levantó la mano que sostenía la cintura de su hermano, peinó su cabello rosado, y volvió a deslizar sus dedos al mismo lugar. Sukuna no podía dejar que su hermano vea. No podía dejar que su hermano volviera a recordar ese nombre. Yuuji no debía recordar. Sukuna no dejaría que eso pasara costará, lo que costará. Después de todo Yuuji era su sangre. No podía dejar que recordará cosas innecesarias, no valía la pena.
–Hermano... No puedo ver... ¿Podrías quitar tu mano?...
Yuuji levantó la mano, e intentó quitar los dedos que cubrían su rostro.
–Después... No necesitas ver cosas innesarias.
“ Que situación de mierda... esto no podría ser peor...”
Pensó, Sukuna.
Enseguida encontraron el salón que para su suerte, nadie problemático corría por los pasillos.
Parecía que todas se sincronizaron, y habían descendido hacia fuera del edificio.Entonces, alejó sus manos de Yuuji. Y entraron.
Todo parecía transcurrir con normalidad dentro de este. El profesor los presentó como los nuevos alumnos. Se presentaron, e hicieron una reverencia.
Al levantar la vista, Sukuna se dio cuenta de algo que no pasó desapercibido frente a él. A diferencia de los demás, que miraban su presentación de manera tranquila y atenta. Solo una persona se exaltó.
El chico abrió mucho los ojos por la sorpresa, y su boca se torció de manera sutil.Se veía impactado. Solo fue un momento, ya que luego volvió a tener una expresión tranquila en su rostro.
–Entonces estudiantes, pueden tomar asiento... Cerca del estudiante Suguru. Dos sillas se encuentran disponibles para ustedes.
Habló el profesor. Y señaló los asientos cerca de Suguru. La persona de la que sospechó Sukuna momentáneamente. Ya que, al escuchar su nombre se relajó, y no le volvió a tomar importancia. Después de todo, era un alivio. Aquella persona no era dueño del nombre que escucho en el pasado...
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Memories, Memories, and Love [GoYuu]
CasualeSatoru, últimamente ha soñado con cierta persona de cabellos rosas. Son experiencias amorosas tan vividas junto a él,que quedó enamorado.Y junto a esto, ciertas sombras del pasado salen a flote.