Todo iba bien, por lo menos así se lo hacia sentir la abuela, ella siempre fue buena con aquel chico de ojos llorosos, lloraba y lloraba, incluso Ruben sabia que aquel chico estaba destinado a sufrir, el siempre lo predijo, siempre sintió lastima por el y siempre intentaba protegerlo desde que el chico era un bebe recién nacido.
El tiempo paso y Ruben jamas se equivoco, ese chico sufrió y lloraba noche tras noche suplicándole a dios que le ayudara, ya que el no merecía sufrir de tal manera, sin embargo, aquellas suplicas jamas fueron escuchadas, el creció, maduro por su cuenta, aquel chico no tuvo una infancia, se le arrebato de las manos.
El creció y con el paso del tiempo, al llegar a los 13 años, se distancio un poco de Ruben y de su abuela, al igual que de sus hermanas y padres, el simplemente sentía un gran vacío, sin embargo el no se quejaba en lo absoluto, encontraba algo reconfortante de ese vacío, ya que era algo que lo seguía día a día y siempre lo sentía, por lo cual sabia que no estaba solo, pero el sabia que ese vacío algún día crecería y lo arrastraría al abismo, como ya había sucedido anteriormente.
-Cesar es un idiota, es un gordo al igual que toda su familia- dijo un estudiante del mismo salon de Cesar, justo antes de golpearlo
Cesar simplemente no decía nada, después de todo, ellos eran 13 y el solamente uno, ya no lloraba como anteriormente lo hacia; incluso Cesar se preguntaba a si mismo el por que ya no hablaba, dejo de hacerlo para ver si es que alguien lo notaba, sin embargo nadie notaba eso, simplemente pensaban que Cesar era "serio".
Cesar recibió cada golpe y insulto de aquellos compañeros, al igual que todos los años anteriores, nadie sabia como realmente era Cesar, a excepción de su amigo Damian, el era su único amigo, con el que podia reír y hablar, incluso parecería que Damian era lo único bueno de ese instituto, incluso de ese pueblo.
La hora del recreo estaba por terminar, pero Cesar fue a buscar a Damian
-No te vi en todo el recreo- sonríe un poco Cesar y mira a su amigo, el cual estaba escondido en los juegos del patio.
-Es que no quería verlos, odio a todos- dice y asoma su cabeza por el resbaladero
-Quieres ir a cafe?, podemos comprar unas pepitas de limón- dice Cesar, el sabia que las pepitas favoritas de Damian eran las de limón.
-Si, podemos quedarnos aquí después?- pregunta Damian, refiriéndose a que no quiere ir a la clase.
-Esta bien, pero si nos cachan, voy a decir que es tu culpa- dice Cesar con una sonrisa en la boca.
Cesar y Damian eran tan unidos, hacían de todo juntos, desde que se conocieron en tercero de kinder, ellos han sido inseparables, siempre estaban juntos, inclusive hacían muchas cosas extrañas, pero era algo que solamente era de ellos dos.
Ambos fueron a la cafeteria y Cesar compro las papitas, para después irse juntos a los jueguitos a esconderse.
-Otra vez te dijeron cosas?- pregunta Damian algo serio.
Cesar simplemente asiente con la cabeza y guarda silencio.
-Tu estas relleno de amor, eso es todo- dice Damian para después sonreírle
Cesar sonríe un poco y abraza a Damian.
-Me quiero ir de aqui- dice para que después las lagrimas se asomaran en sus ojos.
-Yo tambien- dice Damian, después de un corto momento de silencio, agrega: "Y si nos escapamos juntos?".
esa fue una frase que siempre se quedo en la mente de Cesar, nunca dejo de pensarlo.
-Si, siempre voy a seguirte- dice Cesar.
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un latido
Non-FictionNo es la típica historia que pinta todo de color rosa, los problemas no siempre son fáciles y Cesar demuestra eso, su vida es aburrida y le pasan cosas muy malas, cada una es peor que la anterior, no esperen un final bueno de este libro. TW: esta h...