ocho [lado b]

236 18 3
                                    

Lumine trató de calmarse sola, ya que de por sí era bastante humillante llorar en la escuela. En las siguientes horas, Childe seguía hablando felizmente con Keching, y eso le destrozaba, pero sabía que si le rechistaba, Childe la miraría agotado.

Cuando terminó la clase, Childe les invitó a ella, a Keching y a Zhongli (el supuesto chico que llamó la atención de Lumine al inicio), a pasar el día en el centro comercial, para celebrar su cumpleaños número diecisiete. Para Lumine caminar hacia el centro comercial fue lo más incómodo, literalmente iba detrás de Tartaglia, quien iba de la mano con Keching. Lo bueno es que por lo menos iba hablando con Zhongli, sino todo sería peor.

Aunque realmente, si fue peor.

En un momento, Lumine, perdió de vista a los chicos, además se decepcionó cuando vio que nadie la había seguido, porque le había dicho a Childe que la acompañara a comprarse un café, pero cuando llegó a la tienda, se dio cuenta que no la había seguido.

Lo llamó por celular, pero éste no le contestó.
Le escribió, pero no le llegó el mensaje.

Sus ojos se llenaron de lágrimas, y sólo escribió por texto.

"Feliz cumpleaños ;)"

Ese día hacía mucho frío, y ella sólo iba con polera.
Pensaba pedirle a Zhongli o a Tartaglia que le prestaran un abrigo por el momento, pero no pudo hacerlo.
Se sintió más humillada que nunca, tuvo que irse sola en el atardecer, llorando, con frío, y con el regalo de Childe en la mano (ya que ni siquiera lo notó porque solo veía a Keching) a su casa. Sola.

Recordó todas esas veces cuando Tartaglia insistía en acompañarla a todas partes para protegerla, pero en esa ocasión no pasó.

Cuando llegó a su casa lo primero que hizo, fue cortarse sus brazos con una navaja. Se sentía humillada, deprimida, desesperada, ansiosa, tenía un sinfín de emociones y sentimientos encontrados.
Posteriormente, se acostó en su cama, llorando sin parar.

"¿Qué te ocurrió, Childe?"

En unas dos horas después, alguien la abrazó por la espalda, vio que era él, Childe. Ella lo apartó rápidamente y con furia.

—Vete.

Childe sólo la miraba en silencio.

Lumine agarró todas las cosas que le había regalado, y se las tiró en la cara.

—También llévate todas estas cosas, ah, sobre este anillo —le tiró la cajita de ese anillo de compromiso falso—, quédatelo, y dáselo a tu nueva noviecita.

—Lumine...

Lumine volvió a llorar, Tartaglia intentó acercarse a ella pero ella volvió a empujarlo.

—Me vine a casa... llorando, con mucho frío, y con miedo. No he comida nada en días, sentía que me iba a desmayar y tenía miedo de las calles oscuras, todo mientras tú estabas con tu novia feliz de la vida —se agarró el pelo con desesperación.

—No estaba feliz, me puse bastante triste porque quería que estuvieras ahí, eres importante para mi después de todo. Ni siquiera comí lo que pedí.

Tartaglia la abrazó, y aunque ella hizo fuerza, él no la soltó.

—No debiste haberte ido.

—Te dije que me acompañaras a comprarme el café, no lo hiciste, no respondiste mis llamadas ni mis mensajes, esperé por quince minutos para ver si venías, y nada.

—Estaba pagando la comida, Lumine.

—Si tanta confianza le tienes a Keching, ¿por qué no le dijiste a ella que pagara mientras tú me acompañabas? Carajo Childe, pasaste tres días seguidos a solas con ella.
Tú... ya no me quieres... y me reemplazaste.

040422 [chilumi;au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora