La casa que compartimos

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-¿Qué?- dije mientras me acomodaba en mi lugar.-

-Que voy a poner una de terror.-

Estábamos sentado sobre el futón, tapados con una manta y con nuestras espaldas apoyadas en la cama de Giyu. Yo tenía mi taza entre las manos mientras él acomodaba la colcha sobre nuestro regazo. El proyector apuntaba a la pared, donde podía ver el título de varías películas.

-¿Estas tratado de asustarme para parecer valiente?- me giré para mirarlo - ¡Oh... no, Giyu, es demasiado aterrador! - fingí que trataba de esconder mi rostro contra su pecho aterrorizada.-

-Puede ser - empezó a reír mientras me abrazaba con un solo brazo y con el otro alejaba su taza de nosotros.-

-No voy a ver una película de terror. - me alejé para poder verlo.-

-Ya es tarde.- dijo mientras le daba comenzar a la película. -

-Sabes que si no la cambias me voy a ir al living ¿Verdad?- nos miramos desafiantes durante unos segundos.-

-¿Por qué mejor no hablamos?- puso en pausa la película y se acomodó para poder verme.-

Se sentó de costado para que quedáramos de frente, apoyo su brazo sobre la cama y dejó descansar su rostro sobre su mano. Sentí como la sangre se me helaba. ¿Hablar? ¿De qué quería hablar? ¿De lo que paso en la cocina? Yo no estaba preparada para hablar de lo que había pasado en la cocina, o en mi living, o de como me sentía. Entonces volví a tomar conciencia de todo, estaba sola con Giyu en su habitación, mejor dicho estábamos solos en su casa, yo no podía irme y dejarlo solo.

-¿Cómo va el trabajo?-

-¿El trabajo?- levanté la mirada de mi taza para poder verlo - Bien, estuve cubriendo los turnos de mis compañeros para poder descansar estas dos semanas, pero estoy agotada. -

-Por eso no te veía tanto en tu casa.-

- ¿Cuándo fuiste?-

-No se, ¿dos veces cada semana? me quedaba un rato jugando con las niñas cuando tenía tiempo, también lleve a Aoi a casa de un amigo. -

-Gracias, por cuidar de ellas mientras nosotras no estamos.- dije mientras apoyaba mi mano sobre la de él, pero la retiré al sentir su calor.-

-No tienes que agradecérmelo, sabes que las quiero.- estiró su manos para volver a tomar la mía.-

-Lo sé- dije apretándosela- Has estado en los grandes momentos de nuestra vida, pero yo quisiera estar más con ellas. Naho, Sumi y Kiyo aún son muy pequeñas y Aoi debería pensar más en ella. Estaba pensando...- mi voz se fue apagando de apoco.-

-¿En que pensabas? - buscó mi mirada para que siguiera la oración.-

- Pensaba en abrir mi propio consultorio, pero es mucho dinero y no se que tan estable sería, pero me dejaría elegir mis horarios de trabajo. ¿Crees que es una locura? - me avergoncé de decirme mi plan.-

-No, creo que si es lo que quieres deberías hacerlo. -

Me dedicó una sonrisa dulce, el tipo de sonrisa que le dedicaba a mis hermanas pequeñas cuando le mostraban algo que habían hecho. Él era así, dulce y atento, lo había visto siempre con su hermana y las mías, y en este momento me sentía como una niña siendo contenida por sus padres. Una sensación cálida broto en mi pecho y quise abrazarlo, pero me contuve con mucho esfuerzo.

-Gracias- respondí mientras me giraba hacia la pantalla.- Si queres podemos ver una peli de terror, pero si no duermo sera tú culpa.-

-Me encantaría que lo fuera- dijo con una sonrisa de lado mientras intentaba hacer contacto visual conmigo.-


Intentar ver la película con él era imposible. No podía concentrar toda mi atención en la película porque era muy miedosa y él aprovechaba cada oportunidad que tenía para asustarme.

-Basta- dije mientra lo golpeaba con la almohada - ya es suficiente con que te dejara elegir la película, y ahora ¿vas asustarme cada vez que puedas? -

-Es que es muy gracioso.- trato de sujetar mis manos pero fui más rápida, por lo que me hizo cosquillas y así logró quitarme la almohada.-

-Eres un tonto, Tomioka Giyu, y pagarás por eso.- dije mientras sujetaba sus pies para hacerle cosquillas, ese era su único punto débil y lo había descubierto cuando eramos niños.-

-No... para... Shino... Shino...-

Se agitó entre risotadas mientras le hacía cosquillas. Le había trabado sus piernas con las mías y sabía que podía liberarse si quería, pero la primera vez que habíamos jugado a las cosquillas me había pateado en la cara haciéndome sangrar la nariz; después de eso no volvió a dar patadas, por lo que me dejaba ganar, siempre.

- ¿Me dejarás tranquila? - dije riendo. -

- No... nun... ca -

-Vamos, Giyu, di que no me harás cosquillas, ni me asustarás.- seguí torturándolo mientras me reía.-

-Esta... jaaja esta... jaja bien.-

-Dilo- decidí torturarlo unos segundo más.-

-Lo... pro... jajaja, lo prom... ¡Shinobu! jajaja Lo prometo.-

Mi futón estaba todo revuelto mientras un Giyu desparramado y colorado respiraba agitado. Solté sus piernas y me acerqué a él. Me arrodillé a su lado y lo mire desde arriba. Él me sonrió aún agitado. Tenía sus brazos esterados sobre su cabeza y algo de la piel de su abdomen quedaba expuesta, pero no podía apartar la mirada de su deslumbrante sonrisa y le sonreí devuelta.

-¿Vas a querer ver otra película?- dije mientras le secaba el sudor de la frente sin poder contener las ganas de tocarlo.- ¿dormir o quieres hablar?-

-Prefiero escucharte- ladeo su rostro hacia mi mano- no tenemos tan seguido la oportunidad de estar a solas.- dijo apoyándose sobre sus hombros, acercando su rostro al mio.- hay que aprovecharlo.-

-Hablando de estar a solas- dije riendo sin alejar mi rostro- Creo que tendrás problemas con Sanemi.

-¿Sanemi?- frunció el ceño al escuchar su nombre- ¿Por?-

-Hable con él por teléfono mientras dormías.-

-¿Qué dijo?-

-Solo no quería que me quedara en tu casa e insinuó que podrías estar fingiendo. - dije mientras me encogía de hombros-

- Sabes que no estoy fingiendo, no haría eso.-

-Lo sé- le sonreí con dulzura- ya sabes como es, Sanemi.-

-Sí,pero...- se quedo cayado y se sentó a mi lado mientras miraba sus manos.-

-¿Pero?- incliné mi cabeza para entrar en su campo de visión y tomé una de sus manos.-

- Pero no había pensado que podrías terminar enferma.- parecía un poco preocupado.-

-No voy a enfermarme por pasar tiempo contigo.-

-Pero si por estar tan cerca, Shino, y no parece que queramos alejarnos. - levantó nuestras manos unidas. - y eso haría que te quedaras más tiempo.- volvió a sonreír de lado mientras se llevaba mi mano a sus labios y la besaba.-



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Ya he crecido (Tomioka Giyu x Kochō Shinobu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora