La vista le resultaba borrosa en estos momentos, y la forma en que su cuerpo azotaba sin mayor cuidado le recordaba que debería de llevar ya ahí unos largos minutos.
El dolor ya no era ningun problema, ya no lo sentía, estaba tan lesionado, aturdido y perdido que la sangre que le resbalan a por la sien no era nada más que un borron rojo escarlata, el sonido retubaba como un fondo hueco, como si estuviera bajo el agua.
Sabía que si seguía así, moriría, pero, quien lo salvaría, lo que le resultaba aún muy extraño era que nadie(ni aún con el ruido que hacía su cuerpo al chocar con las puestas metálicas) había venido, ni si quiera a ver que pasaba, vaya día de mierda estaba teniendo.
Entre el tintineo de las luces y el sonido desagradable en sus oídos su conciencia iba perdiendose, como una vela.
- Hideo, Hideo - Llamó pero ni sí quiera el se escuchaba.
«voy a morir aquí»
Se lamento de manera cruel, las personas como él no tenían lugar en ese mundo, ya que nadie lo vandría a buscar, era como todas aquellas veces en las cuales las familias de acogida se deshacían de él, así como su propia madre lo vendió al mejor postor.
Suspiró lamentándose, se sintió dejado sobre el suelo, quieto por primera vez en un tiempo, esperó con resignación su muerte.
El sueño le ganó, cerrando los ojos, tan quieto, esperaba tener paz por fin.
Jadeo con el aire atorado en el pecho, el sudor bajaba por su frente dejándola aperlada, apretó sus frías manos sobre el edredón amarillo bebé, sus grandes ojos asustados recorrieron la amplia habitación decorada, todo estaba como se fue a dormir la noche anterior.
Sus cuadernos sobre el escritorio, su pequeña mochila en el respaldar de su silla de escritorio, su librero lleno de sus precios libros coloridos y bien acomodados, todo recogido a acepción del baúl de jugetes entre abierto y algunos esparcidos por el suelo, nada, ni un alma más en su habitación.
Se dejó deslizar boca abajo hasta que sus piecitos tocaron el piso alfombrado, bajo de la pequeña plataforma que dividía el lugar donde iba su cama y el resto de la habitación, comino lentito y silencioso, mami y papi podrían despertar.
Dio un vistazo rápido, tenía tres pero no era nada tonto, así que con cuidado miró de puntitas por la ventana, buscando algo que le dijese sobre el ruido, desconcertado, porque no había nada fuera.
Se preguntaba que había sido eso, intentó avanzar un poco más para salir por la puerta, pero a mitad de la habitación, uno de sus autos a control remoto se encendió y menejo directo a sus pies, haciendo ruido en el proceso.
Se quejo audiblemente por ese pequeño susto que el ruido le había provocado.
Trago saliva, viendo como el autito aún quería pasar su piecitos, dejó salir un sispiro apretado, con todos el cuerpo rígido, intentó no gritar, y mas cuando el pequeño porsche celeste levito hasta quedar frente a frete, como si estuviera viéndose frente a frente.
Una figura negra y grande lo veía con esos ojos rojos y destellantes de malas intensiones, y fue el motivo por el cual se quebró, dejó salír uno de los gritos más fuertes que su garganta había hecho en su corta vida.
- MAMIIIII - Grito pavorido, y agobiado.
Cuando menos lo espero estaba siendo levantado del suelo y estrellado contra uno de sus estantes que contenía cosas miselaneas pero lindas.
- TETSUYA, ABRE - El grito fuerte de su madre hizo que llorara con aún más intensidad, el miedo y el terror incrustado en su ser junto a los gritos de ambos padres dejaba al niño aún más ansioso.
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TOW SOULS
FanfictionEl nacimiento es algo increíble, y mas para una pareja que espero por nueve meses la llegada de un niño, pero para otros, no es algo realmente feliz y mucho menos cuando nace prematuro y tiene que pasar tiempo indefinido en incubadora. Al final, uno...