El Secreto De Lee Félix [En Edición]

40

—Oye te dejo si aún iré a mi casa para darme un baño antes de llegar con Félix—tomo sus cosas.

—Pense que lo verías aqui?—confundido.

—Hubo cambio de planes.

—Ya veo pero cuando o como...

—Me hablo cuando fui por un café y tampoco me vi obligado a decirle que no.

—Entiendo—serio—Bueno pues vete tranquilo cualquier cosa yo te aviso.

—Gracias nos vemos-salio.

Miro la hora y aún faltaba, pero para llegar a su casa y de nuevo dar la vuelta estaría tardado.

Bien podría pasar por Félix sin embargo por algo no se lo dijo en la llamada lo cual estaba raro para él, por el simple hecho de vivir a unos pasos de su casa.

No le dio mucho a la pensada y se dirigió a su casa lo más rápido, en cuanto llegó dejo el auto estacionado para salir de nuevo pasando por las escaleras luego de bajar y abrir la puerta encontrándose con sus padre sentado en la sala un poco molesto con él sin embargo no se detendría.

—Vaya hasta que te dignas a venir—dijo con el seño fruncido.

—Ahorita no tengo tiempo para pelear—paso a su lado.

—Debido a?—Curioso.

—Tengo una cita y no puedo llegar tarde es todo—Subio las escaleras.

No dijo nada más dejando al mayor pensando sin tomarle importancia.

Llegó a su habitación en donde coloco sus cosas en la cama y seguir a la bañera para darse una ducha.

No tardó de mas y salió buscando algo bueno en su armario del cual salió un pantalón azul no tan marino y poco ajustado acompañándolo de una camisa del mismo color resaltando lo con un cinturón negro como accesorio.

Peino un poco su pelo amarrandose solo un poco y dejar lo demás suelto lo cual le caí muy bien, termino por colocarse colonia y salir de ahí nuevamente.

Miro la hora siendo las 7:57 le daba tiempo aún, así que fue a la cocina en donde se sirvió algo ligero para comer en dado caso de que Félix quisiera cenar.

—Ya te vas?—el mayor se recargo en la puerta.

—Si ya me voy—Dejo migas solamente lavándose las manos ahora.

—Supongo que te verás con Félix?—alzo la cabeza viéndose superior.

—Si—se seco en la pequeña toalla a un lado del fregadero.

—Que raro que no halla venido contigo—Serio.

—Carajo se me olvidaba que nuestro matrimonio falso existía de por medio—trago saliva—Si, esque quería pasar a ver a uno de sus amigos y bueno me dijo que nos veríamos después.

—Claro sus amigos—Miro de lado

—Bueno me voy—camino un poco

—Vendras con él verdad?—lo detuvo.

—Claro a menos que decida quedarse con sus amigos entenderás que acaban de perder a uno ...

—si lo se—Se quitó.

—Bien.

Siguió su paso sin detenerse más,  hasta llegar a su auto encenderlo y seguir sin nada más que lo detuviera.

Luego de unos minutos llegó al lugar que el peligris lo había citado apenas eran a las 8:30 lo cual le dio ventaja ya que faltaban solo siete minutos más al menor para llegar.