𝗦𝗲𝗹𝗰𝗼𝘂𝘁𝗵 ミ 𝗝𝗶𝗺𝗦𝘂

Recuerdos

“Lo quiero cerca, cerca de mi, porque hace magia cuando está aquí”

La gente, por lo general, maneja estados de ánimo similares todos los dias. Como una rutina. Pero cuando algo pasa, por mínimo que sea, se descontrola todo. Puede ser una discusión, un despido en el trabajo, una enfermedad, la muerte de un ser querido o una mascota, o cualquier otra cosa que puedas imaginar.

Incluso abrir una caja con fotos de la infancia puede movilizarte como a mi. Verme teniendo solo un par de meses de nacido, tan pequeño e indefenso en una cuna; o antes de entrar a mi primer dia de kínder, llevando mi uniforme azul, de la mano de mi madre. El dia en que pasé a hizar la bandera por primera vez también es memorable para mi.

Encontré una foto con mi maestra favorita, los dos sonreíamos, y me destrozó el corazón su recuerdo. Porque cuando cumplí quince años la recordé luego de cinco años, volví al ala de primaria a buscarla, yo solo quería saludarla; y al preguntar por su nombre me dijeron lo que nunca hubiera esperado: "Murió hace unos meses". Y lo peor es que nadie me dijo "lo siento" aun sabiendo cuanto la amaba. Malditos bastardos.

Todos sabían sobre lo sucedido, menos yo. ¿Porqué? Nunca supe realmente. Algunos me dijeron que se les pasó de largo, otros me dieron la tonta excusa de que era pequeño para ir a un velorio.

Tomé otra foto, encontrándome con ella nuevamente. Estaba sola, haciendo una pose graciosa por mi pedido. Era invierno, hacia mucho frío y teníamos un acto pero no recuerdo sobre que era.

Las siguientes fotos que encontré, me hicieron pensar lo siguiente: «Mirame, estoy azul y gris» No solo por la tonalidad de las imágenes, si no por las diferentes expresiones de mi rostro. A los dieciséis era un chico muy diferente al de las primeras fotos, tenía un aspecto decaído y cansado. Me sentía triste y sin ánimos. La vida no tenía ningún sentido para mi.

—¿Hyung? ¿Que estás haciendo?

Levanté la vista, y parados bajo el umbral de la puerta estaban mis hermanos. La única razón por la que sigo con vida; esos dos niños revoltosos.

—Estaba mirando unas... cosas. Pero que tal si... ¿Quieren ir al parque un rato?

—Jaehyuk y yo veníamos a pedirte eso—aclaró mi hermana con una sonrisa apenada.

Y no se dijo más, nos dirigimos al parque. ¡Hace tanto no salíamos juntos!

Ni siquiera habíamos pisado la vereda del parque, cuando lo vi.

—¡¿Jimin?!—me emocioné al verle. Hace un par de días que no quedamos para encontrarnos, creo que es porque a su novia no le agrado y eso puso distancia.

—Hola hyung.

Los niños le saludaron con una reverencia, y el simplemente les revolvió el cabello.

—¿Quieres tomar algo con nosotros?

—¡Me encantaría! Muero de hambre y me vendría bien.

Hablando de cosas irrelevantes nos dirigimos a una mesa y Jimin se ofreció a ir con mi hermano a comprar algo de tomar para todos a un negocio del otro lado. Mi hermana aprovechó para jugar en las hamacas y yo simplemente la observé hasta que ellos regresaron con yogurt y cereales.

Jaehyuk se sentó con Yooneul y Jimin a mi lado, quedando los cuatro enfrentados. Me tocó Yogurt de durazno, uno de mis sabores preferidos. Cada uno le puso los respectivos cereales y comenzamos a comer en un silencio... más o menos incómodo.

—¡Ay, miren!—señalé hacia la derecha, una mujer paseaba su mascota—, es un perrito Chihuahua, ¡que lindo es!

—¡Es precioso!—me secundó mi hermano.

—Tú eres aun más lindo—siendo coqueto, Jimin me guiñó un ojo, y sentí el calor subir a mi rostro—, ¿alguna vez te viste en el espejo cuando te pones así? Pareces una lucecita roja, como las de navidad.

—Me estás avergonzando frente a mis hermanitos, cállate—me cubrí el rostro con las dos manos.

—Oye, no—intentó descubrirme el rostro, pero ante el forcejeo y de una manera que no entiendo, quedé prisionero en su pecho a causa de sus brazos—. Ja-Ja, perdiste.

—Jae—voltee a verlos, la cara de pocos amigos de Jaehyuk me hizo querer reir—, Jae ven, ¡vamos a jugar en el tobogán!

Mi hermano finalmente aflojó y se dejó arrastrar por ella, cada uno llevando consigo su vaso de yogurt.

—Son idénticos a ti—comentó viéndolos alejarse—, creo... que a Jae no le caigo tan bien como aparenta.

Es verdad, y de hecho, pude notarlo. Creo que son celos de hermano, o quizá sea por que nota entre nosotros una conexión... peculiar. Y él no está acostumbrado a eso.

—Mientras a ella le agrades—una risita se me escapó—, creo que no hay problemas.

—Mientras tú me quieras deja de importarme el resto.

Suspiré cerrando los ojos, la claridad del sol me daba sueño y estar entre sus brazos también.

—Cállate, por favor. Pero, b-bueno a mi... m-me gusta tenerte cerca.