LOVE FOOL ;; LAO K [FALLING INTO YOUR SMILE]

05

JING ESTABA CON EL CARRITO LLENO, TANTO CON SUS COSAS PERSONALES COMO LAS COMPRAS DEL MES DE ZGDX, a su lado estaba K, molesto con un par de besos marcados de labial pegajoso en sus mejillas por las fotografías de algunas fanáticas, algo despeinado y con cara de pocos amigos.

—¡¿Tu hijo?!—soltó molesto— ¡¿tienes un maldito bebé?!

—Si, y no le hables feo porque se siente mal

—¡¿Y quién mierda es tu bebé?!

—Yo, yo soy mi bebé—se apuntó— además, te hacía falta estrógeno, que tanta testosterona marea un poco, ¿no?

—Cuando te suceda eso con un montón de babosos—le quitó el carro para comenzar a llevarlo al estacionamiento— no voy a ayudarte

—¿Y a mi qué?, aún no se anuncia mi rostro—le sacó la lengua— así que, nace solo, sufre solo

—Oh no, si yo caigo, tu caes conmigo—le soltó con rabia— ¿así o más claro?

—¿En qué te afecta que te haya dejado con tus fans?

—¿En qué?, pues, en que me dejaste solo

—Pensé que querías estarlo, además, Cheng me había enviado la lista de compras—mostró su teléfono— además, es un supermercado, no te vas a perder por quedarte en los shampoos

Sin embargo, no era esa la respuesta que quería ni mucho menos, Jing, lo comprendió.

—Bien, ¿tienes dinero, no?

—¿Vas a hacerme ir en taxi, no?

—¿Qué?, yo nunca...—se hizo el inocente, bastante cabreado.

—¿Quieres un besito o una palmadita?—dijo burlona— tienes casi 60 años, ya no da hacer berrinches por eso

—Sabes, no me hables.

Y Jing siguió caminando, guardando luego las compras, apenas K abrió el maletero, tarareando para ella alguna canción de moda, ignorando la presencia del contrario, quién simplemente decidió subirse frustrado al auto.

Jing le estaba haciendo perder la cabeza, desde su gran estilo de moda y estilo de maquillaje hasta, como era su carácter... era como todo un gato agresivo, incluso, en los videojuegos era como uno, cautelosa y al momento inesperado, atacaba. Decidió mirarla por el retrovisor, notando como simplemente acomodaba bien las cosas y sacaba las pantuflas celestes y cerraba la maleta, guardándolas en su chaqueta para acercarse al vidrio y dar dos golpecitos.

—Bien, novia tóxica, tengo que ir a ver una cosa porque al parecer, en la boleta nos están cobrando algo de más—anunció— puedes irte, yo volveré en taxi

Sin embargo, no respondió, y ella volteó, yéndose de nuevo al super y sacando las pantuflas, haciéndole sonreír de manera inconsciente.

—Definitivamente está loca