Eclipse Lunar.

Capítulo 1

Pasado.

Alisson.

Dos años antes.

— No puedes dejarnos - digo tratando de contener mis lágrimas.

— Si puedo y es lo que voy a hacer - dice mientas dobla unas camisas.

Harta de su actitud me acerco a la maleta y empiezo a sacarle las camisas para tirarlas a el suelo.

— Tu y ese mocoso solo son una distracción para mis sueños.

— Ese mocoso es tu hijo también y se llama Ares imbécil - le gritó mientras le doy una cachetada.

Nunca he sido de apoyar la violencia, pero el se la a ganado.

Quién se creé que es para hablar de nuestro hijo de esa forma.

— Quién te creés que eres para golpearme maldita perra - grita apretando mis brazos con fuerza.

— Para golpearte no soy nadie, pero te mereces la cachetada por imbécil - le gritó.

Me es imposible contener las lágrimas.

Suspiro tratando de controlar mi llanto.

— Josh piensa bien estás tomando decisiones muy precipitadas.

No quiero que nos deje, lo amo no creó poder estar bien sin él.

— No son decisiones precipitadas tú nunca debiste embarazarte.

— No me embaracé sola animal - gritó perdiendo los estribos.

El llanto de Ares se escucha sobre nuestros gritos, las manos me están temblando.

Estoy asustada no quiero que nos deje. No creó poder criar a nuestro hijo sola.

— ¡Debiste haberte tomado las malditas pastillas y nada de ésto estaría pasando maldita loca! - grita empujándome aún lado.

Dónde está el Josh que jamás me había gritado dónde está. Siento que estoy admirando a un desconocido.

— Y tú bien que pudiste ponerte un puta condón, no me culpes a mi sola de esto que fue algo de los dos.

Si creé que voy a seguir rogarle está muy equivocado, no es ningún dios o un puto santo para que le ande rogando lo amo, pero ya estoy cansada de las humillaciones. Desde hace semanas está actuando como un Imbécil, pero hoy se a pasado.

— Josh solo te lo voy a decir una sola vez sí te vas, no quiero volver a verte en mi vida - digo fingiendo seguridad.

Sólo espero que se de por vencido y diga me quedaré con ustedes.

— No te preocupes ni tú ni el bastardo me importan - dice mientras recoje las camisas del piso.

— Que no se te olvide nada - digo con toda la dignidad del mundo. Que me insulte a mi está bien es algo que hace a diario, pero que insulte a mi hijo eso sí que no.
Tratando de regular mi respiración antes de ir a dónde está mi niño.

Entro un poco más calmada a la habitación de mi pequeño campeón que a dejado de llorar para mírame curioso.

— Solo seremos tu y yo de ahora en adelante - susurró solo para los dos tomándolo en brazos.