°Dime°

142 18 0
                                    

No sabía que hacer ante tal situación, la pregunta resonó en su mente y alma "¿Ya no me quieres?" ni siquiera sabía lo que sentía por él. ¿Qué respondes ante tal pregunta?

Con mucha fuerza de voluntad, su corazón latiendo fuertemente y un nudo en la garganta, junto valor y  alejó el cuerpo del moreno sin míralo a los ojos apartando su vista con una gran frialdad.

Aquel sintió como se rompía por dentro, la esperanza de recuperar al dulce castaño se veía inalcanzable. Walter jamás había rechazado algún gesto de Lance, ni un giño, ni un saludo, ni una sonrisa y menos un abrazo de este.

- Bien, creo que entiendo lo que quieres Walter. No seguiré insistiendo, si el silencio te hace sentir mejor y deseas continuar de esta manera, yo lo respetaré totalmente.

Fueron las últimas palabras del moreno antes de abandonar la sala y dirigirse a su habitación. Walter estaba complemente asustado, sabía cuando Lance iba totalmente enserio.

Su cuerpo ya hacía solo en ese sofá, no quiso subir a ninguna de las recámaras, su plan era salir de inmediato en cuanto llegará la mañana, después de eso no sabía que más hacer. No quería ir a casa, tampoco al trabajo y no tenía amigos con quienes pasar la noche. Unas ligeras lágrimas estaban por salir mientras se acurrucaba, deseaba que Lovey estuviera ahí.

A la mañana siguiente, el agente encontró la habitación vacía  -Maldición, no de nuevo Walter -  Fueron las palabras que sonaron en su cabeza mientras sacaba su celular de su bolsillo aceptando que el castaño había vuelto a escapar.

Hasta que un "buenos días" se escuchó atrás suyo, el moreno dio un ligero brinco. Su estado de ánimo y cara cambiaron radicalmente, algo muy notable y que fue difícil de disimular. Walter tenía dos tazas de té en sus manos, al igual que una de sus camisas, que por cierto le quedaba enorme, cubriéndole los  muslos casi hasta llegar a las rodillas. Se disculpó por haberla tomado y ofreció una taza a Lance, el cual aún se comportaba algo serio por la noche anterior.

-Lamento haberla tomado

-No necesitas disculparte, fue mi culpa, olvide ofrecerte ropa.- decía apartando la vista y concentrandoce en su bebida. El agente bebió un poco de té para controlar sus nervios y después hacerla a un lado.

- Muchas gracias por el té, pero ahora debo alistarme para el trabajo. Ya es algo tarde y creo que deberías hacer lo mismo, te llevaré para que no llegues tarde.

Cuando estuvo apunto de abandonar la habitación, la mano un tanto temblorosa de Walter tomó la de Lance y comenzó a acercarse sutilmente. Entrelazó sus delgados dedos en los gruesos del moreno hasta que los atrapó completamente. No había palabras, su enorme cuerpo se congelo por completo, sus pies eran los únicos que respondían sólo para acercarse más y más al cuerpo del castaño. Cuando estuvieron lo más cerca posible, el ojiazul se abrazó de su pecho.

- Lamento todo esto Lance, no mereces que te trate así, lo siento, y es que sé que quieres que te explique muchas cosas pero... No puedo, tengo miedo. Sólo no te alejes de mí, tú también eres todo lo que tengo.

- ¿Lo que decías en la carta era verdad? - Por supuesto que lo era

Aunque el moreno aún tenía sus dudas y mucho que resolver, estaba feliz y satisfecho de las disculpas del castaño. Ambos hubiesen querido que ese momento fuera eterno ya que por mucho tiempo no se sentían de esa manera, pero no era posible, debían ir al trabajo.

Hola, hace tanto tiempo que no nos veíamos ¿Cierto?
Debo pedir disculpas por desaparecer y si la historia no es tan buena. En el tiempo que estuve ausente, leí un poco más y creo mejore en el desarrollo. Espero vernos en el siguiente capítulo

 Manos heridasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora