-A veces pienso que estoy cayendo en la locura... A veces pierdo la esperanza de volver a verla -viendo a los ojos, al hombre en el suelo-. Sabes que es de mala educación quedarse dormido cuando te hablan.
Pise la pierda aún buena de hombre. Claro q...
Cuanto tiempo pase aquí abajo. Fueron semanas, meses o años. No, claro que no. Fueron seis días desde me acusaron de ser un traidor. No los culpo. Fui demasiado cauteloso, demasiado misterioso y, sobre todo, muy orgulloso. Creí que estaba haciendo lo correcto, pero olvide algo importante. Ellos sufrieron por años, casi desde su nacimiento fueron cazados por sus similares y por los míos. Era cuestión de tiempo que ellos se hartara y reclamara venganza.
-Que idiota fui- sonreía por la impotencia.
Solo fueron un par, para que todos se arruinaba. Mis ojos comenzaron a soltar lágrimas y apreté mis dientes. Mi sonrisa se distorsiono al recordar ese día. El día que levante mi espada antes los míos. El día que desafié a mi grupo, mis compañeros, mis amigos, mi familia. Mi esperanza.
Tenía que decidir entre esa raza que era odiaba tanto por mis similares y los suyos o mi sueño. Decidí mal. Fui ingenuo, fui orgulloso, insensible, idiota o demasiado soñador. Ahora solo soy un prisionero esperando a ser ejecutado. La gente que alababa mi nombre, ahora lo escupe e insulta. Al final defendí a un grupo de monstruos. No solo por ser monstruos. Gran parte de ellos mataron a una gran cantidad de aventureros, civiles, casi matan a la familia Astraea y mataron a muchos dioses. Era entendible que me odiaran, pero no todos participaron. Eran inocentes, ellos solo querían vivir, quería sentir el sol, ver el cielo, ver el mundo y poder convivir con los míos. Lástima que el mundo los odiaba y gran parte de ellos se unieron a aquellos que le prometieron ser temidos, para vivir. Protegí al inocente, como era mi lema y de mi organización.
Dirigí mi miraba en la puerta de acero, esperando que alguien la abriera. Una mujer peli blanca que rogara que fue mentira mi confección, un joven herrero que rogaba que sus creaciones no fueron usadas por esos monstruos, una niña de pelo dorado que me pedía explicar porque los elegí a ellos, una elfa de capucha verde que me veía con desprecio, el capitán que alzo su renombre en base de mentiras, una diosa con expresión de decepción, pero con ojos llenos de tristeza; una familia que al final despertó de su coma, el regreso triunfar de las dos familias más poderoso, un lobo que fue a vengar a familia muerta o la persona que no solo nos conectaba por la sangre, si no por nuestros objetivos. Nuestros sueños. Espere horas, viendo a aquella puerta de acero. Hasta que se abrió. No quería ver a aquel que me llevaría a la horca, solo sentí como los grilletes que sostenía mis muñecas caían al suelo, haciendo un molesto ruido metálico; y como me obligara a poner a pie.
Pasaron minutos y no me moví de mi lugar. Una última interrogación, fue lo que paso por mi cabeza, pero... pero. Un abrazo fue lo que recibí y un pequeño llanto comencé a escuchar. Abrí mis ojos y la vi. La persona que más de una vez me comparaba con ella y tanto ella, como yo compartíamos una visión similar del futuro.
-Por qué? -fue la pregunta que formule. Ella me dirigió su miraba a mis ojos y la tristeza cambio a determinación. Agarro el cuello de mi chaqueta y acerco nuestro rostro.
- ¡Porque creo que eres inocente! ¡¡¡No!!!-apretó más su agarre y me obligo a verla directamente a pesar de mis intentos de desviar la mirada-. ¡¡¡No creo que ayudes a evilus, no creo que tuviste que ver con el incidente de la familia Astraea, no creo que levantaras tu espada por envidia y celos; no creo que armaras a unos monstruos para destruir Orario y sobre todo... no creo que sea un traidor!!!... Bell.
Su voz se rompió a pronunciar mi nombre, pero su miraba aún se mantenía en mí y yo solo pude verla con miedo. Rezaba para que ella no cometiera una estupidez. Realmente rezaba para que no lo hiciera, pero mis pensamientos fueron detenidos por una cachetada.
-Voy a salvarte. Vamos a salvarte-declaro ella aun con su mando extendida en señal de su acción que realizo.
-¡¡¡Eres idiota!!!-grite con toda mi fuerza. La desesperación inundo mi ser y estaba dispuesto a dañarla para que no cometiera esa estupidez-. ¡Si lo hac...!
-¡¡¡ Lo sé!!!... ¡¡¡Se el peligro que significa sacarte, de salvarte, de evitar esta injusticia!!!-una sonrisa irónica adorno su rostro llego de lágrimas-. Tú sabes como soy Bell. Por favor Bell. Déjanos salvarte.
- ¿Dejamos? -estaba angustiado con esa palabra.
-No solo yo creo en ti Bell y estamos dispuesto a pagar nuestras deudas que tenemos contigo. Con la persona que nos dio esperanza, nos inspiró a ser mejor versión de nosotros, que ante la adversidad siempre mostro una sonrisa y que desafiaba al destino-intente detenerla, conversarla de no hacerlo, pero mis labios solo se abrían y cerraba. Ninguna palabra salía de ellos y solo podía sentir miedo-. Se egoísta Bell, deja esa mascara de heroísmos, dime lo que realmente quieres, dime que es lo que realmente deseas, dime la verdad Bell... ¿Quieres sacrificarte por esos monstruos?
-Yo, yo-las lágrimas volvieron a salir y un montón de pensamientos recorrieron por mi mente. Todo lo que viví, el dolor que sentí, la calidez que recibí y la traición que sufrí. ¿Traición? Fui traicionado, pero... ¿por quién? Por mis compañeros o esos monstruos. Una sonrisa amarga se dibujó y supe que mi mascara se cayó. Aquella mascara que me puse por el deseo de ser un héroe. No, por crear a héroes-. Quiero vivir Ardi, quiero salvarme, quiero ver de nuevo el cielo y quiero dejar atrás mi sueño roto... Quiero salir de aquí.
Ella sonrió y agarro de mi mano, ella me arrastro a afuera de esa prisión y sentía un mal presentimiento... lo ignore, no quería pensar que saldría mal, quería que saliera bien y así poder ver el cielo todas las veces posibles, hasta morir por vejes... Pero al final. Lo que puede salir mal, saldrá mal.
x.x.x
En unas ruinas, en lo más alejado de Orario. Un encapuchado estaba sentado en el suelo mugroso y su espalda apoyada en una pared que apenas se sostenía. Su rostro estaba cubierto de su propia sangre y un sin número de cadáveres lo rodeaba. Comenzó a moverse con dificultad y cuando intento abrir los ojos. La sangre de su rostro impedía abrir uno de ellos y apoyándose de una espada de hoja dorada se puso de pie. Vio el sol saliendo y un solo pensamiento recorrió por su mente.
-Debo continuar matando-con una voz ronca y sin emoción camino en dirección del sol.
Su objetivo era simple... matar a unos perros que arrebataron lo más importante para él.
Esto se puede decir que es un poco mas de contexto (No hagan ese maldito chiste ._.). De este fic. Si se pregunta por el cap esta en proceso de escritura... Así que les entrego un meme que cuenta una anécdota mía o mejor dicho una de mi amigo :v
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Si mal no recuerdo tenia 13 o 15 en ese entoces :v
