Yellow Socks - Winrina/Jiminjeong aespa (ADAPTACIÓN)

Cuatro.

Minjeong tocó la puerta de la habitación de Jimin, se quedo ahí esperando unos segundos e incluso tocó un par de veces más. Ya se lo esperaba, Jimin tenía el sueño muy pesado. Sabía que no debía entrar en las habitaciones de los demás sin permiso, pero cuando la perilla giró perfectamente sobre su mano, termino abriéndose la puerta y ya no había nada que la detuviese. Minjeong empezaba a olvidar como era Jimin recién levantada, había pasado exactamente un año desde su última pijamada.

La rubia asomó su rostro dando un vistazo. La habitación estaba en total oscuridad, esto dificultó el avance de sus pasos. Minjeong se paró a un costado de la cama, un cuerpo entre las sabanas dormía profundamente. Se metió entre las sabanas topándose con una Jimin que seguía durmiendo. Debajo de las sabanas, realmente estaba oscuro, solo llegaba a sentir su calmada respiración, chocando contra su rostro.

Minjeong observó a Jimin mientras dormía, la mayor no había notado su presencia entre las sabanas, no respondía en absoluto. Minjeong llevó sus ojos desde su rostro hasta su cuerpo, escaneo con dificultad, enterándose de que Jimin dormía sin sujetador. Minjeong intentó salir de entre las sabanas, pero unos brazos la rodearon y terminó con una Jimin durmiendo sobre su cuerpo.

Minjeong se queja en un sonido ahogado y Jimin ríe en una profunda voz de recién levantada. Jimin coloca su cara en el hueco del hombro de la rubia, está segura de que es Minjeong, porque nadie más se atrevería a entrar a su cuarto sin permiso. Minjeong mantiene sus manos lejos del cuerpo de Jimin, le pican las palmas de las manos por colocarlas en la fina espalda de la pelinegra, para poder sentir todo, quiere y tiene muchas ganas de hacerlo.

Las manos de Minjeong se motivan a moverse un poco hacia el objetivo, pero se detienen con tan solo rozar la piel, la punzada que siente su cuerpo la hace detenerse de inmediato. Minjeong cierra los ojos en frustración, no podía hacerlo. Sin estar segura de porque ya no podía tocarla, simplemente se sentía ansiosa, sus manos temblaban de a poco.

"Jimin." Salió de los labios de Minjeong en un susurro.

Jimin pasó su nariz a lo largo del cuello de Minjeong y se volvió a acomodar como si nada. "¿Mmm?"

Minjeong palideció con las acciones de Jimin. Respiró profundamente esperando que su mente dejase de estar en un completo blanco. "Me estas aplastando." Su voz tembló.

"¿Desde cuándo mis almohadas hablan?"

Jimin habló sobre el cuello de Minjeong, sus labios rozaban la piel intencionalmente. Minjeong podía escuchar los latidos de su corazón tumbando en sus oídos, se sentía débil. Estaba agradecida de que Jimin no pudiese ver su cara, estaba segura de que estaba completamente roja.

"No soy tu almohada Jimin, solo vine a felicitarte porque es tu cumpleaños."

Jimin se apoyó en sus brazos y miró a Minjeong. "¿Y tenías que meterte en mi cama para hacerlo?" Jimin seguía teniendo esa voz profunda.

La voz de Jimin endulzo los sentidos de Minjeong, pero ella luchó para mantener una cara seria ante la mirada de la pelinegra. "Veras tú, tienes un sueño muy pesado y era la única manera de despertarte." Minjeong miró hacia el pecho de Jimin, esquivo su mirada con culpabilidad.

"Entonces dilo." Jimin bajó su cuerpo un poco casi rozando el cuerpo de Minjeong.

"¿Decir qué?" Minjeong habló sin aliento alguno.

"Dime que me amas y que me deseas feliz cumpleaños." Jimin se acercó al rostro de Minjeong.

Minjeong miró desde los labios hasta los ojos de Jimin. "Feliz cumpleaños Jimin."